El boom de los indies a principios de la década es algo innegable. Juegos como Cave Story, Minecraft, las obras de Edmund Mcmillen, Spelunky, entre otros grandes juegos, fueron las obras que lograron este boom. Claro, juegos indies han existido desde siempre. Los juegos de primera, segunda y tercera generación eran juegos hechos por pocas personas. A lo sumo unas 5, calculo yo, pero no más allá de eso. Pero no eran juegos indies como tal. Porque les faltaba algo, la libertad creativa. Eso es lo más importante en los juegos independientes de hoy en día. Había juegos que habían sido desarrollados por pocas personas, como dije antes, pero que ni siquiera habían logrado salir al mercado por caprichos y cobardías de los peces gordos. Como Devil World del NES cuyo villano ahora está en Super Smash Bros como asistente. En cambio, los juegos indies pueden hacer lo que se les dé la gana. Edmund Mcmillen, uno de los desarrolladores independientes más importantes, literalmente creó un juego sobre un pene disparando esperma a una vagina. Ya, me estoy desviando. No hago este blog para hablar sobre libertades creativas, sino para hablar de una obra maestra que fue de ese grupo de catalizadores de la escena indie. Les presento a VVVVVV.
¿La historia? Resulta que vas tú con tu equipo en una nave espacial haciendo quién sabe qué, y de la nada chocan en una especie de planeta desconocido, en el que todos los miembros se separan, y es nuestro trabajo encontrarlos. La historia no es pretenciosa, porque el juego no es un juego narrativo, es un juego divertido. Del tipo de juegos difíciles de encontrar hoy en día (sí, el juego salió en 2010 pero sigue siendo actual). La mayoría de juegos relevantes de ahora son “historias serias con grandes temas reflexivos y filosóficos” y toda esa berga. No digo que esté mal que quieran contar grandes historias, digo que está mal centrarse tanto en eso, y olvidarse de la diversión (como South Park). ¿Por qué se piensan que el mundo entero se bajó los pantalones y se puso en cuatro patas, y abrió su ano ante Toby Fox y su magnum opus? Porque Undertale es de los pocos juegos que logran hacer un balance entre diversión y narrativa. No me quiero extender mucho en eso porque de hecho ya tengo un análisis escrito de Undertale hecho hace ya tiempo sólo que todavía no me convence mucho como me quedó, aunque un amigo me haya dicho que le gustó lo que escribí. Sólo diré que, si bien VVVVVV no hace un balance como el de Undertale, busca lo que pocos juegos actuales buscan: DIVERSIÓN, pura y dura. Que te diviertas, te entretengas con un buen gameplay y no con una historia absurdamente compleja y abstracta. Cosa que ya de por sí expresa con sus diseños y arte, que son de lo más simple.
Hablando del gameplay…
El gameplay de VVVVVV y su mecánica base (la de invertir la gravedad) son de lo más inteligente que he visto en este medio. Está perfectamente bien hecho, se nota que no es algo puesto nada más por dar la ilusión de innovar, sino que el equipo de VVVVVV tenía eso en mente desde que empezaron con el juego. Es decir, la mecánica se siente natural, está ahí acompañando al jugador en la experiencia porque sin ella, el juego no se podría acabar. Los niveles, y el mapa (porque el juego tiene algo de metroidvania) están hechos específicamente para ese gameplay. Y se vuelve aún más inteligente, llegado Veni Vidi Vici:
Veni Vidi Vici es un salto opcional del juego. Miren el principio del video: ¿Ven ese círculo morado que parpadea? Es uno de los coleccionables del juego. No tengo idea de qué es lo que desbloquea, puesto que me faltó 1 por conseguir (y no haré todo el juego de vuelta para averiguar cuál es). ¿Y ven ese cubito pequeño, más pequeño que el protagonista, que los separa? En cualquier otro plataformero que te imagines, sería un simple salto. Pero en VVVVVV, ese maldito pixel da lugar al salto más complejo de todo el juego, apodado por la comunidad como Veni Vidi Vici. Eso es sentido del humor con las propias mecánicas del juego. No con chistes malos como los de Nuke Nukem Forever, sino, sin siquiera usar diálogos ni ningún medio visual, sino el hecho de que un maldito cubo pequeño sea el culpable de la pesadilla de muchos (miren, sin exagerar, me costó una puta hora y media agarrar ese coleccionable, y en el proceso perdí unas 300 veces, eso lo sé por un contador de muertes del juego).
Hablemos del soundtrack. Es maravilloso. Punto.
En conclusión, se podría decir que VVVVVV junto con los indies que mencioné al principio del blog, marcaron un antes y un después en la industria. Es una de las obras maestras que catalizaron el boom independiente. Si tuviera que criticarlo por algo, sería por el hecho de que dura como 4 horas, y de que el port para 3DS (versión que jugué) tiene barras laterales, pero eso no importa al fin y al cabo, porque todos los errores que el juego pueda tener se compensan con creces con la maravillosa experiencia que puede ser.
PUNTAJE FINAL: 9,5.
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