Hace unos días, un amigo publicó en su Tumblr una lista de 30 libros que, de una manera u otra, lo han marcado. De inmediato quise hacer una propia, pero el único blog que tengo es en una página de videojuegos. Decidí entonces sacar a relucir mi personalidad nerd y adaptar las preguntas a dicho medio. Pude encontrar por lo menos un título para cada una, con excepción de la 12.
Aquí, entonces, mi lista de los 30 libros que me han dejado marcado... en versión de videojuegos.
1. Uno que acabó de una sentada.
En pleno furor de los First Person Shooters de la Segunda Guerra Mundial, un amigo compró “Medal Of Honor: Rising Sun” y descubrimos con entusiasmo que se podía jugar en co-op. Después de unas horas, nos topamos con algo que nadie quiere ver el mismo día que compró un juego nuevo: los créditos finales.
2. Uno que se haya demorado mucho en acabar.
Tengo un gran problema con los RPG; los amo, pero puedo contar con los dedos de una sola mano aquellos que he acabado. “Final Fantasy X” fue uno de los primeros títulos que me compré junto con mi Playstation 2. Finalmente lo terminé hace poco... diez años después.
3. Uno que sea un placer culposo.
A los 32 años de edad, es muy vergonzoso ser atrapado en pleno cut-scene dramático cuando nuestro héroe y protagonista está pasando por la fase emo obligatoria de cualquier RPG japonés. ¿O no?
4. Uno que le gusta a todos menos a usted.
Todo mundo está enloquecido por la llegada del quinto “Grand Theft Auto”— yo no soy uno de ellos. Nunca me sentí atraído por la serie, a pesar de haber jugado el primero en consolas modernas. Estoy muy agradecido por el estilo sandbox que ayudó a popularizar, pero cuando se trata de robarle el auto a un conductor inocente y meterse al tráfico para ir a hacer desmanes al otro lado de la ciudad... meh.
5. Uno de viajes.
Es difícil reducir lo suficiente esta categoría para escoger un solo título. La mayoría de los juegos incluye algún tipo de viaje—ya sea a otra tierra, o a otro planeta—. Manteniéndonos dentro del mundo semi-real, disfruté mucho acompañar a Ezio Auditore da Firenze en “Assassin's Creed II” y conocer a personajes reales del Renacimiento y ver cómo fueron modificados para tener cabida en la historia de la franquicia de Assassin's Creed.
6. Uno de un Nobel.
Si tuviera que otorgar un Nobel a un videojuego por primera vez, el ganador sería elegido de manera unánime; sin ayuda, “Mario Bros.” rescató a los videojuegos de una segura desaparición y pavimentó el camino para que se convirtieran en la monstruosa industria que hoy conocemos. Le debemos mucho a ese plomero fungífago.
7. Uno muy divertido.
La comedia no aparece muy seguido en los videojuegos. Son muy pocos los que logran arrancarme una risa. “Super Smash Bros.” lo ha hecho en el pasado. Darse de cates con los personajes más famosos de Nintendo no podría tener otro efecto que causar un gran número de carcajadas en los participantes.
8. Uno para jugar por fragmentos.
Entiéndase por “fragmentos” a un título que tiene que ser interrumpido frecuentemente para poder jugar otro por la larga lista de tareas que su mundo virtual ofrece. Cuando se piensa así, la respuesta resulta obvia: “Skyrim”.
9. Uno con una excelente versión cinematográfica.
Lo admito. “Final Fantasy: The Spirits Within” me gustó muchísimo. Si bien tiene sus fallas, como ser prácticamente irreconocible como un “Final Fintasy”, me atrevo a decir que es la mejor versión cinematográfica de un videojuego hasta ahora... sí, más que “Advent Children”.
10. Uno con una pésima versión cinematográfica.
Solo con Uwe Boll, el catálogo que calificaría para esta categoría sería infinito—más si se le agregan “Double Dragon” y “Street Fighter”. Pero hay una que me parece peor por haberme atrevido a verla en una sala de cine. Sí, realmente pagué dinero por ver “Mortal Kombat”. Aún estoy esperando mi reembolso.
11. Uno que lo haya motivado a visitar algún lugar.
Si bien visitar Italia solo para ver qué tan exacta es la representación que hizo Ubisoft de sus ciudades más importantes sería un desperdicio, admito que, de encontrarme frente al Campanario de Giotto en Florencia, trataría de seguir con la mirada la ruta que Ezio hubiera tomado para escalarlo en “Assassin's Creed II”.
12. Una biografía.
13. El primer juego que acabó en su vida.
Ya sabía de la existencia del Bombardero Azul cuando jugué “Megaman 2” por primera vez. Me gustó tanto que lo pedí de regalo en mi próximo cumpleaños, a pesar de ya haber visto la mayoría del juego, incluyendo el final. Tenía que terminarlo por mí mismo, ganándose así un lugar especial en mi corazoncito de gamer.
14. Uno que haya odiado hace años y hoy admira.
Mi relación con los Belmont no empezó bien. Tuve la poca fortuna de conocer a Simon en “Simon's Quest”. No me gustó su látigo, ni los ambientes oscuros y no sabía qué hacer la mayoría del tiempo. Como resultado, evité cualquier cosa llamada “Castlevania”, perdiéndome de los “Metroidvanias” y demás excelentes títulos a los que ahora quiero clavarles el colmillo.
15. Uno que haya amado hace años y del que hoy reniega.
Después de la obra maestra que fue la aventura de Cloud, tenía grandes expectativas para “Final Fantasy VIII”. De inmediato me pareció inferior a su antecesor, pero era un “Final Fantasy”—debía ser bueno, así que lo mantuve en un altar por años. Ahora, la mecánica de juego me parece tediosa; su historia, insulsa y llena de agujeros; y su protagonista, terrible. No soporto sus lloriqueos ni su puberta depresión—todo un emo, ese Squall.
16. Uno ruso que sí haya jugado.
...¿Tetris?
17. Uno de este año.
Inicié el año con “Final Fantasy XIII-2”. Como todo fan de “Final Fantasy”, también tengo una larga lista de quejas acerca los dos que llevan el número de la mala suerte, pero que sean malos no es una de ellas. Mantengo la teoría de que hubieran sido mejor aceptados de haber contado con un título propio.
18. El que más veces ha acabado.
Tras mi mal episodio con “The Adventure Of Link” (que contaré más adelante), evité cualquier contacto con los RPG. Pero fue el mismo Link quien me interesó nuevamente en este tipo de juegos cuando decidí darle una oportunidad a “A Link To The Past”. Lo disfruté tanto, que a la fecha sigo tomándome tiempo de vez en cuando para visitar Hyrule en el SNES.
19. Uno que lo haya sorprendido por bueno.
¿A quién le interesa arreglar automóviles en la vida real, sin mencionar en los videojuegos? Así solía pensar antes de jugar “Gran Turismo 2”. El gran catálogo de automóviles de marcas reales, y carreras por ganar, hacían del juego original de Sony algo extremadamente adictivo. Uno que no ha tenido igual.
20. Uno que lo haya sorprendido por malo.
Cuando se hacían videojuegos de películas—y no al revés—, renté “The Hunt For Red October”, listo para enajenarme todo el fin de semana. Cinco minutos después, mi inocente mente de 11 años había sido pervertida—¿quieren decir que existe tal cosa como un videojuego malo?
21. Uno de cuentos.
Es difícil encontrar un videojuego que se adapte a un género literario. El único que se me ocurre por ahora son “Alice” y “Alice: Madness Returns”, que toman como protagonista a la joven que viajó al País de las Maravillas, y ocurren después de lo sucedido en dicho lugar, con una visión bastante más oscura y terrorífica que aquella de Lewis Carroll.
22. Uno de poemas.
Si hubiera que encontrar un equivalente a la poesía en los videojuegos, seguramente sería un título de Thatgamecompany. “Journey”, el más reciente, no busca ofrecer un reto al jugador, sino una experiencia—una experiencia bella—borrando así un poco la línea entre videojuegos y arte.
23. Uno que le gustaría volver a jugar en su vejez.
Nunca terminé “Final Fantasy VII”. De tener una bucket list exclusivamente de videojuegos, la aventura de Cloud ocuparía el primer lugar. Sobre todo porque no la dejé a la mitad, sino me vi cara a cara con Sephiroth, que me despachó en segundos. Juro derrotarlo, aunque sea lo último que haga.
24. Uno que no le prestaría a nadie.
Mi primer Playstation fue de segunda mano, y con él, me hice de “Final Fantasy Anthology”, que contiene el quinto y el sexto de la serie—ninguno de los cuales he acabado—con monos cut-scenes animados al estilo de los “Final Fantasy” de la época del primer Playstation, y un CD con el soundtrack de los dos juegos—me la llevo a la tumba.
25. Uno para aprender a perder.
No cabe duda—los videojuegos en ocho bits eran más difíciles. “Ninja Gaiden”, en el NES, es culpable de que acuñáramos nuevas palabrotas. Nos enseñó a aprender de nuestros errores y parte de la filosofía Zen. En pleno 2012, todavía somos muchos los que no hemos visto los créditos finales.
26. Uno que asocie con la música que le gusta.
No fue sino hasta el formato en CD de los juegos del Playstation que noté las excelentes composiciones musicales que tenían algunos. En lugar de mencionar un juego específico, merece la pena mencionar a un compositor—Nobuo Uematsu—quien se encargó de escribir la música más reconocible de “Final Fantasy” hasta la fecha.
27. Un juego que le regalaron y que no le gustó.
Acostumbrado a los niveles lineales de la época de los ocho bits, recibí de regalo “Zelda II: The Adventure Of Link”, y simplemente no lo entendí. Al no saber inglés, los pueblerinos que ofrecían pistas sobre qué hacer podían haber estado hablando el idioma original del juego. No tardé mucho en dejarlo—algo de lo que me arrepiento hoy en día.
28. Uno que lo haya asustado.
Los años 90 vieron el surgimiento del survival-horror, y han sido perfeccionados para causar alta presión sanguínea y palmas sudorosas—pero cuando uno no se atreve ni a jugarlo, ya estamos hablando de otro nivel de miedo. Eso me pasó con el primer “Dead Space”. Me tomó algunos meses (y un par de cervezas) el juntar el valor suficiente para abordar el USG Ishimura.
29. Uno que se haya robado.
El único juego que me he robado (sin intención, lo juro) fue “Al Unser Jr.'s Turbo Racing”, para el NES—un juego genérico de carreras. Mis disculpas con quien sea que tenga ese hueco en su colección.
30. Uno que pueda salvar vidas.
No hace mucho leí una nota escrita por el dueño de una tienda de videojuegos que contaba que un hombre de avanzada edad había entrado a pedirle ayuda con “Resident Evil 2”. Tras platicar con él se enteró que el hombre había perdido a su esposa no hace mucho y había encontrado consuelo en los videojuegos. No sé qué le hubiera pasado de no haberse refugiado en las consolas. Probablemente hubiera encontrado algo más. Aún así le doy el crédito, de—por lo menos—alivianar a alguien en un momento difícil, al segundo título de “Resident Evil”.
Adultez gamer.
por Kingcool {"src_avatar":"https:\/\/cl2.buscafs.com\/www.levelup.com\/public\/uploads\/images\/34118\/34118_64x64.jpg","nickname":"Kingcool","user_name":"Mario B","user_link":"\/usuario\/Kingcool","posts":3613,"theme":"default","cover":false,"status":true}
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