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Mientras parte de la industria recoge sus pedazos e inicia una reconstrucción, algunos estudios se mantienen de pie y fieles a lo que saben hacer, comprometidos con su obra y procesos creativos sin mirar, siquiera de reojo, a las tendencias del mercado. Fue hace 7 años que Ninja Theory apagó la polémica de DmC presentando Hellblade: Senua's Sacrifice, catalogado como uno de los mejores indie de la historia. Premios, halagos y reconocimientos, tendieron un camino que los llevó a ser comprados por Microsoft a medio camino de la secuela. Después de años de hype y avances que emocionan, Senua's Saga: Hellblade II por fin está aquí y gracias a Xbox tuvimos la oportunidad de jugarlo antes para esta reseña.
La importancia de no traicionarse a sí mismo
Ninja Theory hizo un juego pensando en los fans de la primera entrega. Senua's Saga: Hellblade II continúa la historia de esta incomprendida guerrera celta que busca respuestas al sinfín de preguntas que surgen en su mente. No hay excesos, no hay cientos de millones de dólares corriendo por doquier, sólo el trabajo apasionado de más de 80 desarrolladores que decidieron seguir su propia idea "contar una historia a través de los videojuegos y del avance tecnológico disponible". Es una obra hecha para los seguidores y si alguien quiere subirse a ese modesto barco, es bienvenido.
"El concepto, otra vez, es la psicosis, los estados mentales comprometidos, el estigma que pesa sobre ellos y la manera en que el mundo los observa mientras decide si asimilarlos o rechazarlos"
Por todo eso, esta secuela no se siente extraña, ni desconocida. El concepto, otra vez, es la psicosis, los estados mentales comprometidos, el estigma que pesa sobre ellos y la manera en que el mundo los observa mientras decide si asimilarlos o rechazarlos. Senua aceptó quién era y su viaje hacia el reino de los muertos en busca del regreso de su amado le enseñó que una vez que el destino alcanza no hay marcha atrás. Sin embargo, no está escrito en piedra y aunque sobre ella pende el odio de su propia gente que la consideró portadora de lo maldito y la muerte, ese lado bondadoso y que todavía no ha sido carcomido por el odio le hace emprender un viaje hacia la raíz del problema. ¿De dónde vino el horror? ¿Por qué los vikingos esclavizan y matan a su pueblo?
Pronto, y en calidad de esclavizada, Senua inicia una odisea que desde el primer momento nos muestra la perspectiva de esta secuela: ahora la guerrera Celta busca comprender al mundo y actuar sobre él.
Todo monstruo fue humano alguna vez
Senua's Saga: Hellblade II fue pensado como una experiencia inspirada por la cinematografía, aunque no olvida que es un videojuego y la oportunidad de esta secuela fue aprovechar el poder de Unreal Engine 5 para llevar a la protagonista hacia distintas locaciones generando una sensación de mayor escala, aunque no sea así realmente.
La historia lleva a Senua en busca de respuestas sólo para ser víctima de un suceso desafortunado que la desvía de su camino original. El horror y la caída en desgracia del mundo nórdico va más allá de lo que imaginó y la gente cuenta, traumatizada, de la presencia de gigantes que no hacen sino devorar a todo aquel que encuentren a su paso, pero, como sucedió con ella, hay un origen y villanía en una historia mal contada plagada de culpa y odio. La misma historia, que dicho sea de paso es muy interesante y está bien contada, toma forma con el trabajo realizado por Ninja Theory que apostó por el realismo no solo de personajes, sino de escenarios que capturan la realidad de los parajes naturales de Islandia para representar su versión del siglo X, todo aderezado con la cosmogonía nórdica.
El resultado visual es francamente impresionante, en primer lugar, por el realismo de Senua y el resto de personajes que encuentra en su camino. El objetivo del estudio británico fue crear una experiencia inmersiva que nos hiciera "sentir y pensar" y vaya que lo han logrado. Al tratar un tema tan delicado como la psicosis, el cuestionamiento de la persona misma y el mar de emociones que surgen de ello, era esencial expresarlo a través de los rostros, gesticulaciones y miradas. El enfoque en Senua y su reacción al mundo y las situaciones es sorprendente pues su mirada y sus expresiones faciales muestran a la perfección lo que está sintiendo en un momento dado. El miedo, la ira, la tristeza, la desesperación; nada queda fuera de su rostro y es muy fácil empatizar con ella, su historia y sus motivos.
"El objetivo del estudio británico era crear una experiencia inmersiva que nos hiciera "sentir y pensar" y vaya que lo han logrado"
El mundo de Hellblade II, aunque lineal y limitado, atina a generar esa sensación de traslado que experimenta Senua en esta nueva historia, desde el accidente en barco que da origen a todo hasta el punto de conclusión, se cumple con diversidad de escenarios contextualizados, cada uno siendo en sí mismo un capítulo en la travesía. Sí, la experiencia es breve: dura menos de 10 horas, pero es un gran viaje.
A escala gráfica, Senua's Saga: Hellblade II luce muy bien en sus momentos cumbre, en especial con un efecto de profundidad bien cuidado. Al inicio quedé boquiabierto con una situación: una villa destrozada, restos humanos por doquier, soledad y muerte. Sin embargo, a los lejos hay fuego y cada determinado tiempo aumenta su incandescencia. Entre más me acerco percibo sonido de tambores y cantos, cada vez más fuerte, cada vez más iluminado, pero lo que parece ser un faro en plena oscuridad es algo peor a lo que me recibió. Un ritual de sangre y fuego, la barbarie frente a mí.
"Entre más me acerco percibo sonido de tambores y cantos, cada vez más fuerte, cada vez más iluminado, pero lo que parece ser un faro en plena oscuridad es algo peor a lo que me recibió. Un ritual de sangre y fuego, la barbarie frente a mí"
Afortunadamente, esta no fue la única ocasión en que quedé sorprendido. Ninja Theory procuró que Hellblade II luzca impresionante cuando debe hacerlo y el resultado es excelente sobre todo en duelos decisivos. Eso sí, el alto nivel de calidad visual no se mantiene todo el juego y hay algunas partes en que lo visual no es tan atractivo y otras que evidencian los límites del proyecto mismo y los del hardware, amable aviso de que lo jugué en Xbox Series S y si en esta consola alcanza este nivel, me imagino lo que será en Xbox Series X y no se diga PC.
Como obra integral, el diseño de audio y el trabajo del estudio británico para explotar el audio binaural es impresionante. La recomendación es usar un buen par de audífonos pues solo así podemos estar en el papel de Senua y las voces que surgen de su mente, claro que si tienes un buen equipo de audio para este tipo de experiencias también puedes usarlo. Al experimentar con audífonos, Hellblade II corona su propuesta de inmersión y el concepto que da vida a la franquicia. Escuchar las voces de las Furias, cada una en un lado y con distintos diálogos, así como la voz aterradora de la Sombra que persigue a Senua, pasando por la Narradora, se vuelve una experiencia en sí misma. Tan relajante y aterradora como te puedes imaginar. El concepto expresado a través del apartado audiovisual es excelente.
"Al experimentar con audífonos, Hellblade II corona su propuesta de inmersión y el concepto que da vida a la franquicia"
Eso sí, es inevitable considerar la polémica del doblaje. Detesto el esnobismo y en el caso de los videojuegos que se dé por hecho que el usuario sabe inglés. Lo que mi generación hizo lidiando con un solo idioma extranjero y jugando con diccionario en mano no es un mandato para las generaciones posteriores. Sin embargo, hay que considerar que el trabajo de audio fue titánico y replicarlo en distintos idiomas es algo que sale de los tiempos y el presupuesto del estudio, pero esto a su vez genera un choque que no pasa de largo. Ninja Theory quiere que pongas atención en todo momento en el juego, y para asuntos de idioma ofrece más de 20 opciones de subtítulos. Lamentablemente, hay partes en que lees o ves. Las voces que escucha Senua son parte del diseño y las mecánicas; dan contexto, pistas, enriquecen la experiencia, pero al voltear hacia la parte posterior para leer en español lo que están diciendo hace inevitable que tu atención se distraiga por un momento y perderse siquiera una expresión es desagradable, pero, al final, es lo que hay y toca entenderlo y aceptarlo.
La sabiduría tiene un precio
Senua's Saga: Hellblade II se ve y escucha muy bien, pero ¿qué tal se juega? Como mencioné, la secuela no es terreno desconocido y si jugaste el primer título sabrás qué hacer. La propuesta de juego se desarrolla en el ciclo conocido: una fase para desarrollar la historia, exploración, lidiar con uno que otro obstáculo, acertijos y combate.
Nada nuevo en el horizonte, sólo una propuesta más pulida y vistosa, además de responsiva con el control. El ritmo sigue siendo lento, no se trata de un juego de acción, y la mayor parte es contemplativa con interacciones básicas. La habilidad de Senua para concentrarse y encontrar símbolos sigue siendo el centro de la resolución de puzzles y la mayoría están relacionados adecuadamente con el entorno. Encontrar formas en símbolos armados por los bárbaros con partes humanas es brutal, de igual forma analizar el entorno en busca de patrones que desde cierto lugar formen figuras.
Sin embargo, hay uno que otro acertijo que únicamente está ahí de relleno y puede caer en lo ridículo. La lógica detrás se entiende, pero no así su relación forzada con un escenario en particular y más cuando esta fuerte guerrera celta no puede alcanzar una esfera debido a que le estorba una roca de un metro, entonces hay que resolver todo un acertijo que modifica el lugar poco a poco para que pueda lograr su objetivo. Molesto, definitivamente.
Por otra parte, hay porciones de escenarios que se alargan más de lo debido. Detesté la zona de cuevas pues avanzaba, y avanzaba, y avanzaba, resolvía acertijos, había momentos de historia, combate y el recorrido no terminaba. En lo general, pienso que Ninja Theory, en un afán de no tener un juego tan corto, explotó de más algunos recorridos y caminatas pues llega un momento en que no hay más contexto, voces o algo que pase alrededor, simplemente hay que caminar hasta que inicie una secuencia de historia.
"No se trata de un combate especializado, más bien de una coreografía macabra bien lograda e implementada con el diseño del juego y como mecánica"
En cuanto al combate, Senua's Saga: Hellblade II mantiene su propuesta original. No se trata de un combate especializado, más bien de una coreografía macabra bien lograda e implementada con el diseño del juego y como mecánica. Senua cuenta con 2 movimientos de ataque, uno de bloqueo y uno de evasión. El combate es rústico, bruto, lento pero se vuelve satisfactorio, al menos las primeras veces, pues tiempo después se torna repetitivo y monótono. El truco está en el ritmo y en analizar los movimientos de los enemigos para saber cuándo atacar, cuando bloquear y cuando esquivar. El espejo de Senua cumple su función como movimiento especial para ralentizar el paso del tiempo y aprovechar este breve lapso para acabar con el rival. La única queja en este apartado es su propuesta limitada y repetitiva, pues el control responde bien.
Quizá el punto polémico de Hellblade II será su accesibilidad, no lo digo por los fans de la franquicia, sino por aquellos que gustan de los altos niveles de dificultad y reto. Ninja Theory tomó nota de todo aquello que no gustó en el primer juego, como el backtracking y la permadeath, así como los caminos enredados y las situaciones que generaban frustración. Eso no existe más en pro de no poner en un predicamento al jugador y también del enfoque como propuesta cinematográfica. De hecho, el juego es benévolo con el jugador al indicarle de distintas maneras hacia donde ir, ya sea con efectos de iluminación, aquí no hay pintura amarilla pero sí blanca, la mirada de Senua o incluso la vibración del control. Un dios mucho más justo que cruel en esta ocasión.
La saga de Senua
Al final, Senua’s Saga: Hellblade II es un paso firme y a lo seguro. Ninja Theory no se complicó la existencia y honraron su propia idea de crear una secuela para los fans del primer juego, no para alguien más. De ahí que sea terreno conocido para quienes vivieron la primera parte. Como obra con esencia indie y valores de producción AAA, cumple su cometido, y aunque sus fallos y limitaciones son evidentes, no merman su concepto y el fuerte potencial que tiene para generar emociones demostrando que el medio puede tomar otros caminos más allá de lo tradicional. Sí, Hellblade II es más que un videojuego: es una gran experiencia audiovisual que no se traiciona a sí misma; una obra que merece tu tiempo y tus sentimientos.
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