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En el 2016, un estudio español llamado Lince Works sorprendió al medio con el lanzamiento de un juego de sigilo que vendió más de 500,000 copias: Aragami. A pesar de no recibir calificaciones tan altas por parte de la crítica, se ganó una fiel legión de seguidores.

Después de 5 años y un DLC para el primer juego, Lince Works lanzó al mercado la segunda parte, simplemente llamada Aragami 2. La secuela prometía perfeccionar lo visto en el primer juego. ¿Lo logró?, ¿o resultó ser más de lo mismo? Acompáñame a descubrirlo en la reseña de Aragami 2.

Han pasado 100 años

La historia de Aragami 2 ocurre 100 años después de los sucesos del primer juego. Después de una gran batalla que ocurrió en ese tiempo, las cosas se calmaron y regresó la paz. Sin embargo, los causantes del sufrimiento fueron maldecidos y desaparecieron como tinieblas. Aragami, un guerrero que usamos y es capaz de controlar las sombras, intentará salvar al clan Kurotsuba de la maldición y liberarlo del clan Akatsuchi.

Sentí que la historia era un mero pretexto para dar pie al juego, ya que es muy superficial y sin profundidad. En ningún momento logró captar mi atención. Aún así, no es algo tan malo para un juego con estas características, pues el enfoque principal es el gameplay.

Buenos movimientos y combate mediocre

Aragami es sencillo de controlar y sus movimientos básicos son correr, esquivar y saltar. Casi todas las acciones del personaje le quitan vigor o estamina, la cual se recupera con el tiempo, así como sucede en juegos como Dark Souls. El objetivo principal del juego es avanzar, ya sea evitando que te detecten los enemigos o acabando con ellos. La mayoría de las veces se utilizan mecánicas clásicas de los juegos de sigilo como caminar agachado en pasto alto, avanzar por los techos, llegar por una cornisa o atacar por la espalda.

Por otro lado, el movimiento insignia es el salto sombrío, que sirve para llegar a lugares altos. Ese movimiento me recordó a usar el gancho en los juegos de Batman: Arkham para acechar a los enemigos desde las alturas. Además, Aragami también puede usar la visión sombría, similar también al modo detective en los juegos de Batman: Arkham o The Last of Us cuando escuchas para detectar a los enemigos.

En el lado del combate, podemos acabar con los enemigos con un asesinato sigiloso, derribarlos o comenzar una batalla directa en el caso de ser descubiertos. El sigilo y los derribos se sienten muy bien y se nota que para eso fue hecho el juego, pero las batallas directas se sienten mal pulidas y con un timing muy extraño y frustrante. Dudo que algún jugador disfrute esas batallas, así que es un juego 100% para los amantes de la estrategia y el sigilo.

Por otro lado, existen ítems que podemos recoger y usar con un botón, como frascos de vida. Esos objetos nos ayudarán a que el juego sea más sencillo, aunque tampoco tienen nada del otro mundo.

Uno de los problemas que encontré con todo lo referente a los movimientos y las mecánicas, es que Aragami 2 no se siente original o innovador en ninguno de los aspectos. En cada momento te recordará a otro juego que hace lo mismo, e incluso en muchos casos, mejor.

El diseño de niveles es de lo mejor

En cuanto al diseño de niveles, son mapas abiertos con una gran variedad de opciones que te tendrán pensando en la mejor estrategia para avanzar desapercibido, analizando las rutas de los enemigos, el ambiente y las estructuras que hay alrededor. El problema es que las misiones se sienten repetitivas y piden hacer lo mismo una y otra vez, como eliminar enemigos y recoger cosas.

Al completar misiones, recibimos puntos de experiencia dependiendo del rendimiento. Los puntos nos sirven para mejorar al protagonista, con nuevas habilidades que nos ayudarán a crear distracciones o asesinar de maneras diferentes. Esa parte se siente muy bien planeada, otorgando un gameplay único dependiendo del enfoque y de la creatividad de cada jugador.

Duración artificial

Aragami 2 está formado por 9 capítulos y tiene una duración de más de 15 horas. El problema es que nos hace visitar los mismos lugares una y otra vez sin la variación necesaria para hacerlo interesante. Eso sí, los niveles están bien diseñados y se disfrutan durante la primera vez que los juegas, pero es tan repetitivo que ni siquiera es necesario escribir mucho sobre el juego para describirlo por completo, como te podrás dar cuenta en esta reseña.

Otro aspecto negativo de Aragami 2 es que a veces los enemigos se sienten poco inteligentes. Por otro lado, es normal encontrarse con algunos bugs, aunque en mi caso, ninguno me afectó por completo la experiencia. Lo que sí vale la pena mencionar, es que si lo juegas en un Xbox One X, el juego crashea en muchas ocasiones y provoca que tu consola se apague por un error de sobrecalentamiento, algo que le provocará un gran susto a cualquiera.

Conclusión

En conclusión, Aragami 2 es un título recomendado sólo para los más clavados del género de sigilo, quienes repetirán una y otra vez cada sección hasta perfeccionarla y no ser descubiertos. Para aquellos que prefieran un juego rápido y lleno de acción, será una experiencia difícil de acabar. Con buenas ideas y mecánicas que hicieron al primer juego muy querido, pero ideas fallidas y una extensión exagerada que hace que se sienta extremadamente repetitivo, Aragami 2 se convierte en un juego olvidable y se queda en las sombras. Lo bueno es que está en Xbox Game Pass para que saques tu propia conclusión.