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Edición final de la última entrega de la trilogía Souls, Scholar of the First Sin es una actualización y mejora gráfica y de dificultad para el título de 2014 que, entre otras cosas, causó una enorme polémica por el evidente downgrade gráfico que sufrió respecto al demo original mostrado en E3 2013. La pregunta es, ¿se trata realmente de la edición definitiva de este duro juego? La respuesta es sí, además de tener el mérito indudable de refrescar notablemente el título para los usuarios veteranos al cambiar completamente la localización de enemigos e ítems así como algunas facetas de su IA; sin embargo, esta mejora no deja de ser una especie de remix de una entrega evidentemente pensada para la generación pasada, con muy tímidos añadidos pensados para probar la fibra de los jugadores acostumbrados a su reto.
Como sabrán los veteranos, la historia de Dark Souls II transcurre en el reino de Drangleic, un lugar maldito debido a las transgresiones de su rey, Vendrick. El original era vago en muchos detalles y sólo incluía un final, lo que desilusionó a muchos. Scholar of the First Sin expande el lore y presenta un personaje nuevo: Aldia, Erudito del Pecado Original, una masa torcida e indescriptible que te dará acceso a nuevo lore y un final extra que acerca este juego a predecesores como Demon's Souls y Dark Souls.
Una versión todavía más díficil del Dark Souls II original
Lamentablemente, en esta versión de Dark Souls II sólo hay un jefe nuevo y ninguna variedad nueva en cuestión de enemigos y áreas. Las diferencias respecto a su predecesora consisten en mejoras gráficas y modificaciones de colocaciones de enemigos e ítems, que convierten a Scholar of the First Sin en una experiencia completamente diferente respecto a la versión original. Primero hablemos de estos cambios de colocación de ítems y comportamiento de enemigos.
Básicamente, Scholar of the First Sin es una versión todavía más díficil del Dark Souls II original. Sólo hace falta dar unos pasos y ver a uno de los gigantescos ogros del Santuario de Amana en el primer segmento del bosque de los Gigantes Caídos para saber que ésta será una experiencia muy, muy diferente. Los cambios están por doquier: formidables invasores NPC en lugares que nunca habíamos imaginado, enemigos, nuevas emboscadas, un dragón en la Torre de Fuego de Heide y todo tipo de transformaciones pensadas únicamente para hacerte la vida difícil.
Por otro lado, la localización de ítems importantes, como los fragmentos de Estus y del polvo de huesos para mejorar tu recuperación, ha cambiado completamente, lo que implica una experiencia de juego prácticamente nueva para los que ya hayan memorizado todos los recovecos de este título. Ciertamente, no hay cambios en cuanto al diseño de los mapas, que sigue siendo idéntico, pero estas pequeñas modificaciones alteran significativamente la progresión y el flujo del juego, lo que representa una novedad atractiva para los interesados en este reto.
La inteligencia artificial de los enemigos también ha sido mejorada: es más agresiva y tenderán a buscarte activamente incluso cuando intentes pasar corriendo, en lugar de quedarse asombrados e ignorarte como en la versión anterior. Los enemigos también tienen stats incrementados y hacen más daño; durante las primeras partes del juego tuve que recurrir al Estus y a las Life Gems, cosa que jamás me pasó en el original.
Otra ventaja de esta edición es el contenido: no sólo incluye los 3 DLC anteriores (Crown of the Sunken King, Crown of the Old Iron King y Crown of the Ivory King), sino también nuevos NPC, mejores descripciones de ítems y cambios al sistema en línea, especialmente al arreglar los problemas del polémico stat Soul Memory. En general, intentaron pulir la experiencia en línea y presentar mejor matchmaking y balance.
Ahora pasamos al otro apartado que justifica esta edición: los gráficos. La resolución y los efectos fueron mejorados notablemente, el nivel de detalle es mucho mejor, la iluminación dinámica es más realista y las texturas son más detalladas. El juego luce bien en consolas next-gen, aunque conserva muchas de las limitaciones de la versión original, incluyendo los assets en cuestión de modelos y la presencia de texturas que no fueron mejoradas significativamente y muestran feos jaggies con sólo hacer zoom.
Ahora bien, la pregunta del millón: ¿Scholar of the First Sin es la entrega original que From Software nos prometió en el E3 de 2013, con sus impresionantes gráficas, efectos de partículas e iluminación avanzada? La respuesta es un rotundo no. Parece que dicha versión era imposible de jugar en consolas, lo que provocó que en cierto momento de su desarrollo sufriera un muy severo downgrade. Scholar of the First Sin no es esa versión, sino una mejora cuantitativa de la de consolas y PC de 2014. Es decir, contiene mejoras muy apreciables respecto a su primitivo (y francamente feo) lanzamiento original, pero no es el impresionante título de avanzada que alguna vez existió, sino una especie de trabajo de sastre remendón para dar una presentación aceptable en la next-gen.
¿Nuestro veredicto? Scholar of the First Sin es la versión final y definitiva de Dark Souls II y no deja de ser recomendable, pero no podemos evitar cierto cansancio ante sus numerosas versiones, releases y DLC, que fueron desgastando su fórmula a pesar de agregar, al mismo tiempo, una generosa cantidad de contenido que hacen que se sienta como un paquete completo en cuanto a experiencia dungeon crawler.
Por otro lado, los cambios no hacen sino incrementar algunos de los vicios que se hicieron más y más prominentes con cada uno de los nuevos DLC; a saber, el hecho de ofrecer incrementos más exagerados de dificultad sin otorgar recompensa significativa en términos de inmersión y lore. Es decir, el juego es un regalo para los amantes de la dificultad dura, pero no hace mucho más para motivar que ofrecer un final extra muy predecible que, de hecho, debió estar en la versión original.
Dark Souls II: Scholar of the First Sin es una edición recomendable para quien no conoce el título o para aquellos veteranos que quieren un poco más, pero el carácter poco balanceado del desarrollo se hizo sentir con cada añadidura, parche y zurcido que From Software ejecutó. El resultado es una experiencia un tanto incoherente y no una obra íntegramente pensada para perdurar. Por tanto, calificándolo como una reedición y no como el original, debemos reservar una nota de cautela y recomendar, a quienes buscan una experiencia nueva en el género, que se acerquen a nuevos clásicos como Bloodborne. Sin embargo, quienes no tengan suficiente con este duro juego, quizás el más difícil de toda la saga, quedarán satisfechos y podrán dejar descansar esta leyenda.
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