Abandonando casi por completo el terror para abrazar plenamente la acción, Resident Evil: Operation Raccoon City marca un rumbo diferente en la franquicia y la convierte en una propuesta de disparos. Ahora la sobrervivencia ya no se basa en la soledad de un protagonista, ni en la ayuda que pueda recibir de su pareja en turno, este título adopta todos los convencionalismos del género de acción para imponer la colaboración de un versátil escuadrón con el fin de ofrecer una experiencia intensa, atestada de zombis, en donde lo principal es demostrar tu destreza con el gatillo.

Lo peculiar de Operation Raccoon City es que, como denota su nombre, nos transporta de regreso a la icónica ciudad en donde se originó el holocausto zombi, pero ya no en los zapatos de los héroes de antaño sino en su contraparte, operativos especiales de seguridad de Umbrella cuya única tarea es destruir todo registro de las actividades ilegales que el corporativo había mantenido en sus laboratorios, y eliminar a los testigos que supongan una amenaza para la estabilidad del mismo, es decir, aquellos individuos que buscan revelar la verdad, como Leon S. Kennedy, Claired Redfiel o Jill Valentine. Por supuesto no será sencillo, ya que en tanto Umbrella intenta limpiar el desastre que provocó con sus experimentos, el gobierno envía tropas para coordinar un rescate e investigar la causa de la epidemia.

Al tomar el papel de villano en los eventos sucedidos durante el segundo y tercer juego, tienes la posibilidad de explorar una vertiente argumental distinta a la establecida hasta ahora en la saga, y descubrir lo que pasaría si los protagonistas de entregas anteriores hubieran tenido un destino diferente a sobrevivir a tanto peligro y al final Umbrella lograra sus macabros propósitos. Se trata de un acercamiento interesante a la mitología de la franquicia, pues se vale de personajes nuevos y una mecánica de juego perfeccionada como nunca se había visto en un título de Resident Evil; el inconveniente es que Operation Raccoon City asume que eres un erudito de la franquicia, y por ello desecha cualquier explicación de lo que sucede, omitiendo detalles importantes para aquellos que tienen poco de haber incursionado en la tradición de la serie.

Tal vez parezca risible o inútil, pero es importante considerar a las nuevas audiencias, pues aparentemente ese era el objetivo de Operation Raccoon City al cambiar su contexto de survival horror para llenarlo de acción explícita. Lamentablemente para ellos, la historia abre con la irrupción de la unidad de asalto en los laboratorios de Umbrella y Hunk dando algunas nociones de la misión; no habría inconveniente en el desarrollo argumental si no es porque a menos que hayan jugado Resident Evil 2, quedarán confundidos con las interacciones entre personajes, no entenderán sus comentarios respecto a lo que está sucediendo y la misión les parecerá tal vez irrelevante o peor aún, podrían ni siquiera estar conscientes de quién es ese señor Umbrella y por qué es tan malvado. Podemos decir que se trata de una propuesta diseñada para satisfacer a los fans y ofrecerles una perspectiva diferente, además de que es difícil desconocer por completo los aspectos generales de la franquicia –sea por cultura general o al ver las nefastas películas–, pero incluso otras iteraciones de la saga se han mantenido medianamente modulares, actualizando el contexto si es que pusimos poca atención o simplemente no jugamos los anteriores. Desafortunadamente, esta penosa situación afecta algo más que a la trama, y se hereda a otros componentes de la experiencia, desde el trasfondo de los sujetos que controlas hasta las opciones de personalización para las clases y el funcionamiento de la mecánica de combate.

Antes de dar paso al tema de cómo se juega, hagamos un recuento de los personajes que protagonizan esta historia: los miembros del Umbrella Corp’s USS Black Ops parecen sacados de una película postapocalíptica, y en inicio pensarás que son idénticos; tras un examen más detenido y pasar algún tiempo de calidad con ellos rompiendo cráneos de muertos vivientes, te darás cuenta de que cada uno tiene una personalidad definida y una identidad peculiar. Tristemente, no son memorables y quedan nada más como perfiles interesantes, aunque hay que mencionar que la diversidad es buena, y por mencionar algunos, Vector se expone como un ninja de la época actual con tecnología futurista en el ámbito de la infiltración, mientras Beltway es el estereotípico tipo rudo con una necesidad incesante por volar todo en mil pedazos. Dentro de la colección, hay seis excéntricos especímenes que componen tu equipo, tienes opción de elegir al que desees para cumplir misiones y ganar experiencia para aumentar sus habilidades o mejorar su arsenal tras utilizarlo.

Las diferencias de personaje son más que estéticas, se refieren a cambios drásticos en habilidades. Uno tiene balas incendiarias que aniquilan con peculiar efectividad a los zombis, otro es capaz de recuperar la salud de sus compañeros o sanarlos en caso de infección, mientras que uno más es virtuoso en la aniquilación cuerpo a cuerpo. Cada uno posee sus propias características y algunos talentos de soporte que puedes adquirir con puntos de experiencia obtenidos tras cumplir objetivos en una misión. Es entretenido usarlos y comparar los resultados; la variedad hace que la experiencia se perciba fresca durante más tiempo, además de que te motivan a experimentar combinaciones, pues mientras algunos miembros funcionan mejor juntos, hay habilidades que son especialmente útiles en circunstancias específicas, como la capacidad de Vector para hacerse invisible y adquirir la apariencia de los enemigos.

Ahora, tener a un grupo de súper soldados enfrentándose a descerebrados zombis suena ventajoso, por ello se compensa con hordas de muertos vivientes acechando desde cualquier dirección y que si te descuidas, pueden aniquilarte en pocos segundos, sin mencionar que las fuerzas especiales gubernamentales están presentes en casi cada rincón de la ciudad, o que hay letales armas bio-orgánicas (BOW) esperando a tomarte por sorpresa, además de emblemáticos antagonistas de la talla de William Birkin, Nicholai Ginovaef, o el mismísimo Nemesis.