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Sucesor espiritual del clásico de Wii, Xenoblade Chronicles X es la última entrega de la franquicia de mundos paralelos o metaserie creada por Tetsuya Takahashi. ¿Qué tenemos qué decir sobre X? En una palabra: espectacular, un tremendo salto para las ambiciones del género JRPG, que en esta entrega nos ha traído algunas de sus propuestas más interesantes y arriesgadas, con un gigantesco mundo vivo lleno de hermosas vistas e interacción, increíbles mecánicas de mechas y cientos de horas de juego, aunque la trama ciertamente no sea tan apasionante como la de su predecesor.
Cientos de horas de juego
Es el año 2054. Dos razas alienígenas cuyos imperios abarcan años luz de extensión libran una batalla en la cercanías de la Tierra: nuestro planeta, el insignificante hogar de una raza primitiva, es destruído en el proceso. Sin embargo, la raza humana no está perdida. Previniendo este Apocalipsis, los gobiernos mundiales crean flotas de arcas interestelares para resguardar a la humanidad; sin embargo, sólo una nave logra sobrevivir a la batalla: White Whale. Sin embargo, en su escape a través de los espacios interestelares, White Whale es localizada y atacada por los Ganglion, una de las razas responsables de la destrucción del planeta. Los hábiles pilotos de la nave logran hacer un aterrizaje de emergencia en Mira, un planeta habitable, lleno de increíbles vistas, fauna y razas extrañas, quizás pacíficas... Sin embargo, la destrucción en la nave fue tal, que partes importantes del legado Terrícola se perdieron, incluyendo el Life-Hold, un artefacto crucial para nuestra supervivencia como especie, aunque es un misterio altamente clasificado.
Tú eres uno de los múltiples supervivientes en estasis criogénico que fueron eyectados por el White Whale durante el aterrizaje y eres despertado por Elma, la hermosa y aguerrida comandante militar de uno de los más exitosos escuadrones de BLADE, la organización cívico-militar encargada de recuperar el legado de la Tierra. En una lucha contra el tiempo, nuestros protagonistas intentarán buscar el Life-Hold mientras exploran un nuevo mundo: ¿podrá la humanidad sobrevivir a una guerra de razas galácticas que nos hacen parecer hormigas en el universo?
Si tuviéramos que describir a Xenoblade Chronicles X, diríamos que es el paso del JRPG al mundo abierto contemporáneo propiamente dicho: tenemos un mundo masivo, mucho más grande que el de cualquiera de sus predecesores y quizás ligeramente más grande que el de su competencia, lleno de interactividad, misiones y puntos de interés. Por supuesto, el argumento o el combate son centrales, pero lo que realmente brilla en X es la exploración. La premisa básica del juego es explorar el planeta desconocido de Mira, pero aquí no tenemos los kilómetros de vacío que los triple A se están acostumbrando a darnos, sino que cada sector hexagonal del mapa (son cientos) tiene su propio objetivo particular.
Tu personaje tendrá que recorrer miles de kilómetros mientras enfrenta poderosas criaturas, hace scouting, rescata tesoros, planta sondas de reconocimiento, derrota guarniciones enemigas, descubre flora y fauna, rescata a sus colegas en peligro y mucho, mucho más. Esta interactividad se refleja en el porcentaje de exploración del mapa, el cual no sólo sube cada vez que instalas una sonda topográfica sino que toma en cuenta cada misión y objetivo de cada sector para llegar al 100%. ¿El resultado? Centenares de horas de combate, exploración y juego garantizados. De manera increíble, y al contrario del viejo Xenoblade Chronicles, en el que acababas por saltarte el enorme pero un tanto vacío mundo para seguir con la historia, la cantidad y variedad de cosas qué hacer aquí mantienen tu atención constantemente gracias a una estructura altamente cuidada que tiene como principio el no permitir vacíos en su diseño.
El juego es de una ambición enorme
No podemos dejar de hacer hincapié en esta sensación de un mundo desconocido y lleno de vida. El juego es de una ambición enorme: desde la gigantesca arca White Whale, que incluye una pequeña ciudad entera (New Los Angeles), talleres, industrias, hangares y hasta una nave interdimensional de una especie alienígena amigable estacionada para vender cosas, hasta todo tipo de biomas deslumbrantes y hermosamente diseñados o escenarios interplanetarios dignos de una ópera galática. En Xenoblade Chronicles X, el protagonista es el mundo de juego, y gracias a una red de mecánicas sumamente compleja es que nuestro interés no decae. Por ejemplo, para explorar es necesario instalar sondas cartográficas que nos revelan puntos para quick travel, pero cada lugar de instalación tiene un nivel específico: por tanto, no es posible ver todo el juego de una vez, es necesario subir nuestro nivel como agentes de BLADE para acceder a ellas; cada sonda puede excavar recursos para ti y forma redes; puedes obtener misiones en el panel electrónico de los agentes de BLADE pero también gracias a los rumores de New L.A. o de los NPC, lo que actualiza constantemente el mapa. El resultado es que debes poner atención constantemente a todos tus entornos si quieres sacar el casi imposible 100% del juego.
La variedad del sistema de juego se refleja en las diversas divisiones de BLADE, la organización de rescate del legado de la humanidad. Cada guild o división tiene una finalidad distinta: los Interceptor, por ejemplo, se dedican a eliminar amenazas de manera defensiva; los Harriers, a limpiar a los tyrants, monstruos fuera de control; los Pathfinders, a plantar sondas; los Reclaimers, a buscar tesoros y recuperar humanos en estasis; los Curators son buscadores de materiales raros; los Prospectors son básicamente mineros de recursos estratégicos, los Outfitters son desarrolladores de armas y los Mediators ayudan a resolver situaciones de la vida cotidiana. En realidad, tu personaje hará todas estas labores a diario, con lo que puedes ver la variedad y profundidad del sistema de juego que Xenoblade ofrece.
El combate, una versión mejorada del sistema de Xenoblade Chronicles para Wii, también es un acierto. Básicamente es un sistema activo, en el que tus personajes tienen un ataque básico automático y una serie de habilidades (Arts) con cooldowns. Sin embargo, en X cada personaje tiene 2 armas básicas (de cerca y de lejos) que puede intercambiar en cualquier momento; asimismo, hay varios tipos de Art ofensivos y defensivos. La principal diferencia con Chronicles viene gracias al sistema de comandos: cada cierto tiempo, tus personajes te pedirán ciertos tipos de Arts ("está debilitado, es hora de atacar de cerca", "gana el control del terreno, usa tal posición", "usa un buff", etc). De tal modo, el juego no se convierte en una rotación simple de cooldowns, sino que tiene cierto elemento táctico y de atención, pues si usas el Art correcto cuando te lo piden tu ataque tendrá diversos bonus (curará, pegará el doble o te dará un buff). Esto cambia dramáticamente las batallas: por ejemplo, es posible matar a un jefe de varios niveles por encima del tuyo si eres lo bastante hábil. Esto provoca que el combate no sea un piloto automático eterno como en Xenoblade Chronicles, sino una experiencia más interesante para el jugador.
El juego presenta además un sumamente completo sistema de clases que te permitirá especializarte en varias combinaciones de ataque, defensa y apoyo. Puedes elegir ser un poderoso Full Metal Jaguar, especializado en el DPS de corta distancia, un Psycorruptor, especializado en destruir al enemigo mediante debuffs y penalizaciones, o un Galactic Knight, poderosa clase híbrida entre buffing y ofensiva, por ejemplo. Estas clases pueden ser cambiadas en cualquier momento y tienen una progresión razonable, de modo que cada personaje pueda dominar varias a la vez.
La mecánica estelar del juego, los Skells, es decir, mechs o robots gigantes que se transforman en vehículos, es simplemente espectacular y da una dimensión totalmente nueva al título después de obtenerlos. El mundo de Mira es imponente en escala: al tener a un poderoso gigante de tu lado (y es más, al darle uno a cada miembro de tu equipo), se convierte en algo completamente distinto. Mientras cuando andabas a pie había criaturas tan grandes que simplemente te ignoraban o te mataban de un golpe, al tener tu Skell te volverás un verdadero gladiador de monstruos. Asimismo, los Skells son sumamente personalizables: tienen armas en cada brazo, cada antebrazo, cada pierna y en cada costado. La locura es ver a un robot samurai gigante con un sable de luz, metralleta, escudo de plasma en antebrazo, cohetes en las piernas, baterías antitanques en los hombros y alas. Cada una de estas armas se convierte en un Art en el combate, lo que abre nuevas posibilidades para el sistema de clases. En fin, la mejor implementación de robots gigantes en un RPG que hayamos visto, tanto por la dimensión de exploración como la de combate.
Tetsuya Takahashi ha declarado que el enfoque de Xenoblade Chronicles X no es tanto la historia sino las mecánicas, la exploración y el combate, y esto es patente en el juego. La trama, aunque no le falta encanto, es mucho menos interesante que la de la saga de Shulk y no tiene personajes ni de lejos tan memorables. Tanto los humanos como los alienígenas son un poco insípidos (con la excepción de cierto príncipe galáctico esclavizado por los Ganglion), y en general la historia es rígida y acartonada. En resumen: se sacrificó historia por mecánicas. Esto puede ser divisivo para algunos, porque la metaserie Xeno ha sido destacada por sus ambiciosas tramas, pero al menos tiene el contrapeso de las mecánicas y la interactividad en línea, con rankings globales y cacerías en equipo. Es lo que pasa con el salto a mecánicas más MMO en muchas franquicias (Warcraft, etc.) con la diferencia de que tanto el combate como la exploración aquí son de primera.
La historia es rígida y acartonada
Otro punto menos que estelar son las inconsistencias gráficas. El juego luce hermoso e impresionante por sus paisajes, teniendo un desempeño ejemplar sin caídas de framerate ni sobrecalentamiento del Wii U, lo que demuestra una programación excelente. ¿La desventaja? Varios problemas gráficos, como pop-ups y sobretodo tiempos de carga de texturas y hasta modelos enteros excesivamente retrasados, lo que provoca incomodidad: es desalentador ver a un Skell o un entorno con texturas de Nintendo 64 durante casi 10 segundos (bueno, en casos excepcionales) hasta que se convierte en un objeto de generación actual. En lo demás, el juego es deslumbrante, quizás de los que mejor se ven en el Wii U hoy en día. Hay muchas quejas sobre los modelos tipo maniquí, pero en general no lucen tan mal como en ciertos trailers y publicidad, a excepción de ciertos NPCs hechos con muy poco esfuerzo.
La música también es una bendición mixta. El soundtrack tiene pistas absolutamente maravillosas, llenas de energía e intensidad, cortesía de Hiroyuki Sawano, compositor de Attack on Titan y Kill la Kill. Sin embargo, el tema "americano" del juego implica la presencia de ciertos ritmos hip-hoperos nada épicos y que a nadie gustan, o canciones estilo Linkin' Park totalmente ridículas. Personalmente, me hubiera gustado más un tono ópera espacial estilo Legend of The Galactic Heroes, pero quizás soy más anticuado. En todo caso, un sólido soundtrack, pero no a la altura de piezas como Satorl Marsh Night de su predecesor.
Xenoblade Chronicles X es el JRPG más ambicioso de la actualidad, un título que no compite contra los títulos de alcances más bien limitados que abarrotaron el Wii U sino contra los mundos abiertos contemporáneos (Witcher 3, Fallout 4, etc). Es una lucha desigual: pertenece a una consola con déficit de poder, creado en un país que está abandonando la industria de alto nivel para pasarse a los celulares, en un género que muchos consideran anquilosado. Sin embargo, a pesar de todas sus limitantes, Monolith Software nos ha traído un título de primera línea, que introduce innovaciones muy elogiables en mecánicas y exploración que te asombrará y te mantendrá ocupado durante cientos de horas. En ese sentido, debemos quitarnos el sombrero ante Monolith: nos han dado el mejor título de RPG aventura para el Wii U, una consola que es excelente en títulos de acción arcade pero a la que siempre faltó algo más de profundidad en sus propuestas (lo cual es lamentable). ¿Nuestro veredicto? Para hablar en lengua de los fans de la metaserie Xeno: mejor que su predecesor en mecánicas, inmersión y exploración, pero no en historia ni música. Para el público en general: un juego indispensable para el Wii U, y probablemente el único título de mundo abierto contemporáneo de alto calibre junto con Zelda. Bravo, Monolith Soft.
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