El verano se encuentra lleno de lanzamientos de películas, muchas de las cuales vienen acompañadas de su propio videojuego, como es el caso de Kung Fu Panda 2, que en esta ocasión llega con una versión de juego distinto para las tres consolas principales y otra para el Nintendo DS. Y, a diferencia de las versiones de Xbox 360 y Wii, que utilizan un periférico especial (Kinect y el uDraw, en el caso del 360 y el Wii, respectivamente), la versión para PlayStation 3 no requiere de otra cosa más que el control normal de la consola.

La historia del juego nos transporta justo al final de la trama mostrada en la película homónima y en ella Po y los cinco maestros del kung fu, conocidos como los Furiosos Cinco deberán enfrentar una enorme legión de enemigos formada por gorilas, lobos y dragones de cómodo, quienes se habían mantenido alejados del mundo por siglos. Para conseguir su objetivo y salvar al mundo, el Guerrero Dragón y sus acompañantes deberán hacer uso de todo su poder y habilidades, además de aprovechar toda la sabiduría que su maestro, Shifu, puede compartir con ellos.

El gameplay del juego es sencillo, aunque también es el principal problema del juego. Kung Fu Panda 2 es un juego de acción en tercera persona, lo que quiere decir que deberás avanzar a lo largo de distintos escenarios, llenos de enemigos, utilizando dos tipos distintos de ataque y algunas técnica secretas, para patearle el trasero a los oponentes que se crucen en tu camino. Durante las peleas, Po y sus acompañantes podrán mezclar ataques débiles y rápidos con golpes fuertes y brutales para sorprender a sus contrincantes, además de que podrán lanzarlos por ahí para después clavarlos en el piso con ataques subsecuentes, además de que el peso del panda guerrero favorito de las masas servirá como un arma contundente que no dejará a nadie de pie.

Como mencionamos anteriormente, el juego se enfrenta a un gran problema de diseño y este es que su sistema de pelea solamente puede ser descrito como mal diseñado (para evitar conceptos como mediocre o malo). Al tener una variedad de ataques como la que presenta, uno pensaría que las batallas requerirán de astucia y planeación, pero la verdad es que podrías pasar a lo largo de toda la historia haciendo cualquier cosa menos pensar. Y es que la velocidad del ataque débil es tal que simplemente puedes dedicarte a lanzar uno tras otro sin que los enemigos puedan reaccionar y defenderse, por lo que el reto del juego se limita a una mera competencia de resistencia dactilar. Y, por si eso no fuera suficiente, puedes utilizar los ataques especiales de kung fu para mandar a los enemigos a mejor vida, ya que casi todos ellos morirán inmediatamente al ser impactado por estas habilidades especiales.

Y los problemas no terminan aquí, otra cosa bastante notoria es que los ataques no siempre tienen el efecto deseado o experimentado en ocasiones anteriores, por lo que planear una estrategia se dificulta aún más. Un ejemplo de esto es que uno de los ataques de Po dañará a todos los enemigos en pantalla en algunas ocasiones y en otras el panda simplemente acabará con todos los enemigos que se encuentren frente a él, aunque esto no es tan terrible como uno podría pensar, ya que si de repente te encuentras rodeado de sobrevivientes enfurecidos, puedes recurrir a la vieja técnica de presionar el botón de cuadro ininterrumpidamente, cual primate con electrodos conectados a la corteza prefrontal.

Por otro lado, el desarrollador parece haber determinado en algún momento, que toda la acción del juego era demasiado para el videojugador promedio, por lo que incluyó una enorme cantidad de escenas cinemáticas a lo largo de la historia, cerca de un 50% diría yo. Y, por más que me gusta disfrutar de un buen cinematic, esta experiencia se convierte en algo pesado y aburrido después de la cuarta vez en la que el juego te releva al papel de espectador cada vez que terminas de patearle el trasero a los enemigos que habitan los distintos escenarios del título. Y si a esto le agregas que la otra mecánica de juego, los puzzles, requieren de un mínimo de habilidad y destreza para ser resueltos y que, aún así, Po te gritará las respuestas tras algunos segundos de duda, Kung Fu Panda 2 se convierte en una de las experiencias menos emocionantes que he vivido durante este año.

A fin de cuentas, Kung Fu Panda 2 resulta un título que no cumple con los estándares de calidad que el jugador promedio espera actualmente, incluso sabiendo que se trata de un juego de acompañamiento para una película veraniega. Los problemas gráficos, la falta de dificultad generalizada de sus acertijos y el hecho de que las batallas no presenten ningún tipo de reto para todo humano cuyo nivel de inteligencia se encuentre entre el de un ladrillo y el requerido para no ponerse los pantalones al revés, son más que suficientes para que quieras mantenerlo alejado de tu PlayStation 3 y, más que nada, tu cartera.