Tomb Raider es una saga que muchos asociamos con bandas de maleantes, grandes felinos, templos perdidos y grandes aventuras en las que debemos saltar de un lugar a otro mientras disparamos un par de pistolas como si no hubiera mañana o resolviendo complicados acertijos, sin embargo, el reboot de esta franquicia nos presenta una situación por demás interesante: la reinvención de Lara.

La historia es más o menos la que podríamos esperar de un título de la serie: Lara viaja a bordo del Endurance, un barco con base en Plymouth, hacia un mítico lugar, en busca de los tesoros y secretos de una civilización perdida, pero a diferencia de juegos pasados, tomaremos el lugar de una joven arqueóloga sin experiencia de campo, a quien acompañan otros expedicionarios.

El reino perdido de Yamatai, una tierra misteriosa cuyas leyendas hablan de una reina con poderes divinos, ha eludido todos los intentos del mundo moderno por encontrarlo. Los mitos de la reina Himiko aseguran que el sol y el viento obedecían a la poderosa monarca y que con su furia se desencadenaban extrañas tempestades, por lo que Lara cree que Yamatai se encuentra en una peligrosa zona de tormentas conocida como el Triángulo del Dragón.

Después de que una tempestad destruye su barco, Lara se encontrará perdida en una isla donde habita una peligrosa secta, cuyos miembros obedecen las órdenes de un misterioso y violento patriarca. Al avanzar por el lugar, descubrirá que las leyendas podrían tener más de cierto de lo que alguien pensó alguna vez y el destino de sus acompañantes estará en sus manos.

Un gran detalle es que, al comenzar la historia, Lara será poco más que una chica asustada y temerosa, pero las circunstancias y la necesidad de sobrevivir la obligarán a hacer cosas de las que no se creía capaz, como asesinar a un venado para comer y seguir peleando. Al realizar determinadas acciones, como matar enemigos, encontrar restos (salvage), y más, aumentará su experiencia y ganará puntos de destreza que podrás gastar para mejorar sus habilidades de sobrevivencia, caza y lucha. Al mismo tiempo el juego se tornará menos difícil, ya que Lara se convertirá en la letal aventurera que todos conocemos, así que será importante decidir qué quieres mejorar.

Para canjear los puntos de destreza deberás encontrar una fogata desde la que accederás a un menú donde elegir en qué gastar tus puntos, modificar y mejorar tus armas y viajar automáticamente entre ciertos campamentos. Si quieres modificar tus armas tendrás que utilizar los restos que encuentres y con ellos comprar distintas mejoras que te harán la vida más fácil; además, al explorar la isla hallarás partes adicionales que realizarán mejoras más sustanciales en tu armamento.

Algo que también resulta un poco distinto a lo que muchos conocemos es, precisamente, el armamento, ya que en esta ocasión las clásicas pistolas dobles no serán arma básica, ahora tu habilidad con el arco te abrirá las posibilidades de abrirte camino. Este servirá para acabar con tus enemigos de manera silenciosa y, conforme lo mejores te permitirá crear puentes amarrando una soga a tus flechas o provocar incendios al prender fuego en sus puntas.

Esta mecánica de mejorar tu equipo será importante, ya que la isla estará llena de lugares a los que solamente tendrás acceso después de obtener determinadas herramientas, como el piolet, con el que podrás abrir puertas y cajas, tendrá una versión mejorada para escalar algunas paredes de piedra porosa y, posteriormente te servirá como arma. Esto significa que si encuentras algún secreto detrás de una barrera o puerta que no puedas abrir, después podrás regresar con el equipamiento adecuado para obtenerlo.

Otro elemento que destaca es el aspecto gráfico. Los modelos de los personajes están muy bien diseñados, el lipsinc es bueno y los efectos de luz te harán sentir que de verdad estás visitando un milenario monasterio abandonado. La ambientación te sumergirá en la aventura, especialmente cuando empiezas a descubrir las tumbas más antiguas donde habrá cientos de cadáveres de visitantes de distintas épocas, desde tropas francesas y alemanas del tiempo de la Segunda Guerra Mundial hasta marineros portugueses del siglo XVII.

Y, por si eso fuera poco, la apariencia de nuestra saqueadora de tumbas predilecta se transformará conforme avances por la historia: su ropa se ensuciará y rasgará y las manchas de sangre de sus heridas más graves quedarán como testigo de su duro paso por Yamatai. Incluso podrás ver sangre y lodo en su piel, así como rasguños y moretones de los golpes que sufrirá.