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Última entrega en al aclamada serie de simulación de construcción y economía con elementos de estrategia en tiempo real, Anno 2205 lleva la exploración más allá de nuestra órbita, al ofrecernos la oportunidad de colonizar la Luna mientras luchamos contra corporaciones rivales y hasta piratas espaciales. ¿Vale la pena esta nueva versión del clásico de estrategia económica? Sí, pero con sus matices: el juego, que ciertamente luce hermoso gracias a la tecnología de Ubisoft, ha sido simplificado considerablemente con respecto a sus predecesores, en especial el magistral Anno 2070, aunque por la misma razón quizás sea recomendable para los novatos que busquen acercarse a una experiencia de administración de economías en un escenario futurista e interesante.
Como su título lo dice, Anno 2205 está ambientado siglos en el futuro, más allá del escenario de crisis de las capas polares manejado por su predecesor, 2070. En esta ocasión, gracias a la terraformación, los elevadores espaciales y las nanotecnologías, la humanidad, que ahora está representada por un conjunto de corporaciones, ha emprendido la colonización de la Luna. Decenas de competidores están ansiosos para terminar el proyecto, y harán todo lo posible para retrasarte e impedir que ganes la concesión; asimismo, facciones de terroristas y fundamentalistas lunares están dispuestos a sabotear el proyecto por la fuerza si es necesario. La colonización comprende tres etapas: el establecimiento de tu compañía en la Tierra, la cual ha sufrido los efectos del calentamiento global y es un conjunto de islas con súper tecnología pero poco espacio; la explotación de los recursos en el Ártico, donde abundan los minerales, peces y demás, pero donde el frío y las condiciones impiden la explotación a gran escala; y finalmente, tras completar tu elevador espacial, la Luna, donde la débil atmósfera y las necesidades de la terraformación son un reto formidable.
El juego es esencialmente una mezcla entre simulador de construcción/administración de ciudades y un Real Time Strategy con combate ocasional. Todos los escenarios del juego ocurren de manera simultánea, por lo que puedes cambiar entre, digamos, la Tierra, el Ártico y la Luna en cualquier momento: tres imperios que administrar, mínimo, con todos sus sub-escenarios, lo que hace que el juego sea bastante ambicioso. Como hemos mencionado, comienzas en la Tierra, donde los casquetes polares se han derretido y sólo quedan minúsculas islas qué colonizar con súper tecnología: fábricas de nano-robots, nano-cerámicas, alimentos ultra-orgánicos, biocombustibles y demás recursos futuristas. Tu primera misión es establecer una fuerza de trabajo lo bastante grande para este minúsculo territorio: esta etapa es una especie de Sim City donde construyes distritos residenciales e industriales, los conectas con calles, distribuyes energía solar, eólica o hidráulica, además de cuidar la logística mediante sistemas de transporte e información, todo sin descuidar la producción y consumo (alimentos, medicinas y manufacturas). El objetivo en esta etapa es familiarizarte con las mecánicas básicas y preparar la construcción de tu elevador espacial para conectar con la Luna.
Eventualmente, y después de promover a tus trabajadores a trabajos más especializados, viene la segunda etapa del juego: el combate en tiempo real. Fundamentalistas lunares intentan disrupcionar tu compañía mediante el robo de embarques, por lo que necesitas tomar el mando como almirante y combatirlos. En realidad las cosas están sumamente simplificadas, casi en un estilo arcade: simplemente arrastras tus unidades por el mapa como en un RTS común, intentando evitar minas y barricadas, para acabar con algún objetivo. Tu flota tiene una unidad de reparaciones y eventualmente puede mejorarse con mejor armamento, pero en realidad la cosa es bastante básica. El verdadero problema, sin embargo, no es su simplicidad sino el hecho de estar separado de la acción principal: los escenarios de combate ocurren en otro mapa diferente al de tus colonias, lo que le quita mucha tensión (no pueden destruir tus edificios) y convierte al combate en un tipo de extra con bonificaciones y recompensas más que en una parte integral del gameplay.
Posteriormente, tu empresa desbloqueará el escenario del Ártico, donde es posible explotar los aluminios, tierras raras y metales preciosos, además de establecer pesquerías y plantas procesadoras. El principal reto del Ártico es, por supuesto, el frío, que impide que establezcas casas por donde quieras: todo debe estar cerca de fuentes de calor, además de que los caminos son muy limitados. Uno de los mayores aciertos del juego es reflejar estas dinámicas de cambio ambiental para obtener una atmósfera más auténtica dependiendo de la zona del planeta que estés colonizando.
Finalmente tras obtener los recursos y tecnología necesarios, es hora de dejar la Tierra: tras investigar tecnologías de cohete y elevadores espaciales, tu corporación podrá comenzar la colonización de la Luna, un ambiente completamente distinto. La Luna se caracteriza por su falta de atmósfera, lo que implica la construcción de unidades de terraformación, invernaderos espaciales y escudos de meteoritos para siquiera poder comenzar a establecerte. Sin embargo, sus recursos, como el Helio-3, son vitales para el desarrollo de la Tierra y deben ser comerciados periódicamente. Con el tiempo, estarás administrando un poderoso imperio comercial en al menos 3 lugares a la vez (más escenarios están disponibles), intentando equilibrar oferta y demanda, satisfacer necesidades básicas y elevar la felicidad de tus ciudadanos/fuerza de trabajo, todo mientras combates piratas espaciales, estableces relaciones diplomáticas y de competencia con corporaciones rivales, y exploras tus mapas para encontrar los mejores lugares para tus expansiones, minas, plantas, etc.
Otro elemento importante del sistema de juego son los módulos. En lugar de construir fábricas al por mayor y acabar con tu escaso espacio, el juego te da la opción de expandir y reutilizar instalaciones existentes mediante nuevas tecnologías o simples unidades extra. Sin embargo, esto viene con el costo de transformar tu traza urbana: afortunadamente para los novatos, el juego es sumamente irreal y permite el traslado de instalaciones sin ningún tipo de restricción. Al final, sin embargo, el título no es demasiado intuitivo con el diseño de cuadrículas, por lo que debes prepararte para esos espacios redundantes y feos caminos a ningún lugar que es más difícil ver en un juego más tradicional como Sim City.
Como marco de la acción, esta entrega tiene una interesante estructura de campaña que, al inicio, sirve como tutorial, y después ofrece misiones alternativas y desarrollo de la historia del título, con los elementos de intriga intergalática y algunos personajes menores que te guiarán por los objetivos del mismo. Sin embargo, todo esto es opcional. Lamentablemente, la rejugabilidad del juego es muy inferior a la de sus otras entregas, al menos hasta que agreguen más contenido: no hay modo sandbox, escenarios de desafío ni multijugador, como en la entrega pasada, además de que no hay facciones (ecologistas vs industrialistas vs. tecnólogos). En varios respectos, el juego ha sido rebajado (todo es mucho más accesible, en especial la interfaz), y muchas de las opciones más interesantes en cuanto a tecnología han desaparecido, lo cual será una lástima para los fans más duros de la franquicia. En especial, la ausencia de multijugador es el mayor contra de este juego, por lo que los amantes de este modo deberán esperar futuras expansiones.
En general, el conjunto ofrecido por Anno 2205 es bastante completo y sólido: administración, RTS, mejoras tecnológicas, algo de diplomacia y misiones alternativas, todo presentado con gráficos magníficos y una interfaz muy accesible que intenta conservar de la mejor manera posible la complejidad de la serie. En algunos sentidos, es un pequeño paso para la franquicia, pero, después de todo, el verdadero gran salto es mantener viva la experiencia de administración y estrategia en un mundo cada vez más casualizado. Una entrega honesta, sólida y equilibrada que honra la calidad de Ubisoft.
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