La serie de Tomb Raider tiene una gran tradición y es una franquicia muy querida por los fans, por tal motivo, en 2010 recibió un spin-off muy diferente a todo lo que se conocía de la serie. El cambio más radical fue la manera de jugar, pues presentaba una perspectiva casi isométrica, pero seguía la tradición de la saqueadora de tumbas: presentaba retos y acertijos que debían completarse en ruinas olvidadas y había interacción con folclor histórico inyectado con fantasía. El resultado fue una refrescante y entretenida propuesta cooperativa fiel a sus raíces, así que la única incógnita es, ¿por qué Crystal Dinamycs decidió suspender el desarrollo de esos títulos?

La genialidad es la interacción entre personajes

Ahora, después de 4 años, el spin-off por fin recibió una segunda entrega. Lara Croft and The Temple of Osiris sigue las aventuras de la saqueadora de tumbas cuando descubre el templo perdido de Osiris y libera una maldición que también pone en libertad a Set, el dios de las tormentas, el desierto y la violencia. La misión aquí, será detener la destrucción del mundo. La historia sigue levemente a la mitología egipcia: sabemos que Set asesinó a su hermano, Osiris, y que con su esposa Isis tuvo un hijo, llamado Horus. Ellos están en el título y acompañan a la señorita Croft en sus aventuras para aportar habilidades que le ayuden a sortear los retos.

En Temple of Osiris deberás explorar tumbas y ruinas egipcias de forma similar a las primeras entregas de la saga. Para progresar por los niveles, Lara Croft y sus amigos tendrán que cumplir los retos y combatir criaturas inspiradas en la mitología egipcia. La genialidad es la interacción entre personajes y la cualidad de que hasta 4 jugadores puedan participar. Cada uno cuenta con una habilidad especial, además de poder disparar a los enemigos. Lara tiene un gancho para escalar paredes y una antorcha con la que enciende braseros e ilumina el camino y que es útil para algo más que prefiero no mencionar. Isis y Horus usan un bastón para activar elementos como plataformas levadizas y con energía generan una esfera que el resto de los jugadores pueden emplear como plataforma para acceder a lugares altos.

Es una experiencia genial coordinar las habilidades de cada particpante para presionar un interruptor, resulta en un divertido baile de prueba, error y una constante lucha por descifrar la solución correcta. Puedo decir que, en algunos momentos, se siente como si fuera Portal 2 en modo cooperativo, a causa de la combinación de acciones. Es un gran festival de trabajo en equipo: en una ocasión, la misión era presionar un interruptor ubicado detrás de un precipicio mortal; Lara podía cruzar el vacío gracias al gancho que se sujeta en una argolla especial, el problema era saber quién tenía al personaje más apto para cada acción. Aquí inició la lucha: el primer intento falló miserablemente; en el segundo Lara cruzó y enseguida usó su gancho para sujetar a Isis y que pudiera trepar con la cuerda, pues de esa manera Lara podía bajar y presionar el Interruptor. Otra solución hubiera sido usar el gancho en la argolla y permitir que Isis cruzara por el cable. Lo interesante de los retos es que escalan en complejidad y eso te obliga a pensar la solución y a intentar diferentes estrategias para activar el requerimiento y progresar.

Temple of Osiris cuenta con un hub central, un mapa gigantesco que podrás explorar en su totalidad para ingresar en las diferentes etapas; lo especial del terreno es que puedes jugar con el ciclo día-noche y con los climas para descubrir nuevas zonas. Esto sucede en una sección especial del mapa que te permite girar una gran perilla para cambiar los elementos del escenario. Como mencioné, estos son importantes para progresar; por ejemplo, desactivar la lluvia permite acceder a una sección que estaba inundada, mientras que el frío genera un puente temporal para llegar a otra sección.

El título cuenta con un apartado de combate, pero es un elemento secundario porque no hay muchas secuencias de acción; aún así, funcionan correctamente y liberan la tensión generada por fallar en los retos mentales. Igual que en la entrega previa, conforme progreses encontrarás armas, cada una más poderosa que la anterior. El combate, a pesar de ser escaso, es dinámico gracias a las capacidades de movimiento de los personajes, ya que pueden rodar como parte de su maniobra evasiva, pero lo genial es que pueden cambiar de dirección mientras giran en el suelo, por lo que es posible reaccionar en los combates con gran eficacia. Es muy satisfactorio usar la escopeta de alto poder, rodar hacia un enemigo y enseguida liberar una carga mortal de plomo en su rostro; es un gozo poder escapar de situaciones apretadas rodando hacia la seguridad; y también es un deleite ver a Lara girar y girar, ya que la animación del personaje cambia de giros en el suelo a vistosas volteretas en el aire.

Ningún jefe es igual al anterior

Los jefes al final de algunas escenas son geniales; algunos son costales de puntos de salud con mecánicas interesantes, como una pelea donde había que esquivar torrentes de hielo. Imagina bailar contra un jefe, esquivando sus ataques, el hielo y legiones de enemigos o a un cocodrilo gigante donde era necesario usar explosivos para catapultar una esfera explosiva a una red en el agua; si fallabas había que intentarlo en otra locación. Ningún jefe es igual al anterior, y eso los hace divertidos y desafiantes, además de que la sensación de victoria por eliminarlos al primer intento es indescriptible; sin embargo, ten presente que conservan su barra de salud cuando eres eliminado, así que al regresar del país de los muertos, únicamente bastará un par de disparos para acabar con ellos, lo cual reduce la emoción.

Terminar la historia te tomará una cuantas horas y eso quizá te decepcione, pero no temas, pasarás muchas más horas de diversión si te gusta completar todos los retos a la perfección. Tienes que saber que cada nivel cuenta con requerimientos para obtener recompensas, como mejora en salud e incrementos en munición, y es posible recolectar gemas para abrir cofres que contienen ítems para mejoran tanto defensa como ataque. Los cofres tienen diferentes grados de rareza, entre más gemas requiera abrirlo, más posibilidades tendrás de que el premio sea de mejor calidad. También habrá tumbas con retos similares a los niveles, pero su dificultad es muy alta; aquí hay que derramar todo lo que tu intelecto ofrece para encontrar una solución. Otra variedad son los retos de combate, donde tendrás que derrotar oleadas de enemigos.

Ésta es Lara Croft como muchos la recuerdan y admiran

La versión que probamos de Temple of Osiris fue la de PC en Steam y la calidad no es satisfactoria. En un equipo que supera los requerimientos recomendados, el juego se comporta erráticamente desplegando un bajo conteo de cuadros por segundo y congelamientos repentinos. Da la impresión de que la compañía que desarrolló el port no hizo su mejor trabajo o no tuvo tiempo suficiente para terminarlo.

El título es muy similar a su precuela de 2010 y sigue las raíces de saquear tumbas de los clásicos títulos a finales de los 90, donde la hermosa señorita Croft enfrentaba a criaturas de fantasía en templos olvidados. Ésta es Lara Croft como muchos la recuerdan y admiran, pero lo importante y más satisfactorio es la acción multiplayer: un apartado cooperativo fresco con elementos suficientes para ofrecer tiempo de calidad con un compañero de juego. Si te gustó la entrega anterior, no te puedes perder Lara Croft and The Temple of Osiris.