La mala racha de Sonic parece no tener fin. A pesar de que durante los últimos años hemos visto buenas entregas del erizo azul, como Sonic Colors y Sonic Generations, otras como Sonic Unleashed o Sonic Lost World, hicieron que perdiéramos algo de nuestra fe en la mascota de SEGA. En 2014, la compañía quiso dar un nuevo respiro a la saga con Sonic Boom, proyecto que incluye una serie de televisión, cómics y 2 juegos para las consolas de Nintendo; lamentablemente, puedo adelantar que Shattered Crystal, para 3DS, no llegó ni cerca del objetivo de la distribuidora.

Al arrancar el juego, elegí 1 de los 3 archivos que usaría para guardar mi avance. Enseguida inició un pequeño cinema en el que se narra la trama: Amy descubre un manuscrito en un idioma antiguo que detalla la historia y el paradero de un cristal perdido, pero el villano Lyric la secuestra en su afán de conseguir ese poder que se encuentra en algún lugar de las selvas y los cañones de una isla misteriosa. Debido a esto, Sonic debe formar equipo con Tails, Knuckles y su nueva amiga, Sticks, para rastrear los pasos de Amy y salvarla de las garras del enemigo y su ejército de robots.

Desde el inicio te das cuenta de que las misiones están distribuidas en un mapa que recuerda a los tableros de Mario Party, donde cada casilla representa un nuevo lugar al cual acceder. En la pantalla inferior del 3DS están las estadísticas de cada nivel: desde el tiempo en que lo completas hasta los ítems que recolectas. Una vez en el escenario, la acción en 2D se muestra en la pantalla superior, mientras que en la otra es posible cambiar lo que en ella aparece con L y R, por ejemplo los objetos obtenidos, el mapa, el porcentaje de exploración y hasta los personajes disponibles que puedes intercambiar al instante gracias al D-Pad; cabe resaltar que no todos son accesibles desde el inicio, los desbloqueas conforme avanzas en la aventura.

La misión es recolectar la mayor cantidad posible de ítems porque eso permitirá abrir nuevos niveles o recibir mejoras. Algunos movimientos básicos son saltar, rodar a toda velocidad y atacar con un látigo, el cual sirve para romper objetos, quitar el escudo a enemigos a fin de acabar con ellos más fácilmente y balancearse al más puro estilo de Donkey Kong. Cada protagonista cuenta con habilidades propias que le dan ventaja en algunas secciones o que son necesarias para seguir avanzando. Por fortuna, el Homing Attack, típico de la serie, se mantiene intacto, igual que los clásicos puntos de control. Además, a lo largo de los escenarios existen signos de interrogación flotantes que ofrecen tips en caso de que no sepas qué hacer a continuación.

Uno de los primeros problemas que descubrí, es que el título te obliga a jugar varias veces el mismo nivel con el fin de encontrar todo lo que hay en él, ya que para abrir nuevas áreas es necesario contar con un mínimo de ítems. También es claro que los escenarios fueron diseñados en poco tiempo y sin planificación, ya que existe gran parecido entre ellos y la localización de los objetos en muchas ocasiones carece de sentido, lo que los hace poco atractivos. A esto hay que sumar que los acertijos son extremadamente simples y que el mapa sirve de poco, ya que está mal implementado y es poco legible.

Por si lo anterior fuera insuficiente, los gráficos pobres y el aspecto sonoro, donde incluso hay ocasiones en las que se omiten los sonidos lógicos al recoger un objeto o en las que las voces de los personajes no coinciden con el movimiento de su boca, hacen de la experiencia algo poco llevadero. Y para rematar, no existe la posibilidad de omitir los cinemas, así que tienes que leer cada diálogo carente de gracia de los protagonistas. Lo único que podría denominar como decente dentro del título son las peleas con los jefes, ya que están muy bien recreadas, el problema es que duran poco y no lo salvan de obtener una calificación reprobatoria.

Al final, Sonic Boom: Shattered Crystal resulta un producto que falla en aspectos básicos de diseño, quizá por falta de tiempo, dinero o, en el peor de los casos, amor por la franquicia. Su intención de innovar en las mecánicas de gameplay es buena, pero resultó un desastre por el evidente poco esfuerzo en su desarrollo. Esperemos que la serie de televisión y el resto de los productos transmedia que acompañarán al juego y a su hermano mayor en Wii U, Ryse of Lyric, traten mejor al erizo azul, quien de nueva cuenta cae en un profundo bache después de 2 entregas menos catastróficas: Colors y Generations.