Como si se hubiera convertido en el rey Midas de los videojuegos, el más célebre fontanero regresa para una nueva aventura de ambición por el oro y recolección frenética de dinero en New Super Mario Bros. 2, una más de las historias que se cuentan del Reino Champiñón, pero a diferencia de otras ocasiones, el principal objetivo no es salvar a la princesa Peach, sino recolectar tantas monedas como sea posible hasta romper la meta del millón.

Aunque no hay propiamente una trama a seguir, este título es secuela directa del primer New Super Mario Bros. para Nintendo DS, que salió en 2006, y sigue los pasos de su ancestro en cada aspecto con frívola precisión, tanto para bien como para mal. Es importante tomar en cuenta la referencia, porque en aquellas épocas el regordete héroe regresaba a sus raíces y se renovaba sin perder la esencia. Para esta segunda parte, lo nuevo sólo está en el nombre, pues en realidad es una especie de tributo a los juegos de la saga, sin agregar una gota de novedad. Por supuesto, no significa que sea un juego malo; se puede decir con jugar un solo nivel o tras recorrer cada rincón, que es una experiencia casi perfecta, pero similar a lo que se ha hecho antes en torno a este bigotón aventurero.

Y es que cada Mario suma una dosis de frescura a la fórmula, sea con multiplayer –o las infames herramientas para facilitar las cosas–, nuevas habilidades o hasta cambiando las reglas de la física. Por esta razón, la franquicia ha estado al frente del género de plataformas en cada generación, pero el caso de New Super Mario Bros. 2 es una repetición de conceptos al pie de la letra que no está a la altura de reinvenciones ingeniosas como Super Mario 3D Land.

Así las cosas, todo es exactamente igual a como recuerdas del primer juego: corres y brincas incontables veces entre los más diversos escenarios, reúnes 100 monedas para acreditar una vida extra, te escurres entre tuberías y esquivas cualquier clase de peligros. Para seguir con la tradición, también obtienes power-ups que van de la flor para disparar bolas de fuego hasta el hongo que te hace gigante –y su contraparte para hacerte diminuto–, además de la icónica hoja para convertirte en Tanooki; cabe mencionar que el listado de habilidades es un tanto reducida y pese a que son suficientes para sobrevivir con maestría a cada situación, la falta de variedad hace que la experiencia se sienta, en ocasiones, repetitiva.

Afortunadamente, la falta de novedad no significa que todo sea exactamente igual, pues New Super Mario Bros. 2 intenta cambiar ligeramente la mecánica por medio de la fiebre de oro, empujándonos a una adictiva recolección de monedas a cada momento. Dicho de otro modo: a cada paso hay monedas que recoger, sea eliminando enemigos o golpeando bloques, pero ahora puedes conseguirlas de muchas otras formas, no sólo al presionar un P-Switch. El mejor ejemplo de las nuevas opciones es que al tomar una flor de oro puedes lanzar esferas doradas que convierten lo que tocan en el metal precioso. Y si eso te parece insuficiente, encontrarás una serie de anillos que al atravesarlos, hacen que los enemigos se transformen en oro y si los eliminas, te recompensan con más moneda; las tortugas dejan un camino dorado cuando avientas su caparazón, mientras que los Hammer Bros. lanzan monedas en lugar de martillos. Por último, hay veces que encontrarás un bloque dorado que deja mayor cantidad de monedas a tu paso entre más rápido corres.

Monedas y más monedas, y la forma de conseguirlas no se limita a lo anterior. Hay interruptores POW que al activarlos cambian secciones completas de tabiques en oro, y óvalos punteados dibujados en el fondo que al pasar frente a ellos se materializan en monedas. También es frecuente hallar bloques que a modo de ruleta rusa, ofrecen monedas en múltiplos de cinco y la recompensa depende de a cuál le atines. Lo más interesante son los niveles arcoiris, que al omitir enemigos, te dejan libre para desquitar la ansiedad por conseguir oro.

Es importante recalcar que, al margen del parentesco con otros juegos del Comehongos, New Super Mario Bros. 2 es divertido, y debemos dar justo elogio al excelente diseño de niveles que, como siempre, están construidos para que los novatos los encuentre accesibles, a la vez que ofrece desafíos para los veteranos en forma de secretos que muchas veces serán realmente difíciles de encontrar.

Cuando acaba la aventura y exploras cada escenario, puedes acudir a una modalidad llamada Coin Rush, que elige al azar 3 escenarios y te obliga a recorrerlos en el menor tiempo, con la tarea de recolectar el mayor número de monedas posible. Lamentablemente, hay poca diferencia entre la versión normal del escenario y esta modalidad, por lo que es simplemente una forma de agregar incertidumbre… nada más. De la intensa colecta de monedas puedes presumir tu récord via StreetPass, lamentablemente no hay una tabla de posiciones, así que sólo servirá con personas cercanas y no frente al resto del mundo.

Al igual que una destellante moneda de oro, New Super Mario Bros. 2 sorprende con el atractivo inicial, pero después no ofrece una manera de continuar la experiencia mucho tiempo. La idea de recolectar grandes cantidades de monedas suena bien en inicio, pero basta un rato para darse cuenta de que los pequeños medallones dorados no aparecen tanto como se había prometido (al terminar el juego apenas acumulamos 35 mil), y peor aún, conforme avanzas entre niveles te enteras de que no hay recompensas intermedias en la carrera por el millón, sólo simples avisos de tu desempeño. De haberse introducido un sistema significativo de reconocimientos, la vida del juego se hubiera extendido durante mucho más tiempo. Como parte de la familia, este título se quedó un tanto atrás: es divertido, pero le faltó pAara provocar la misma emoción que antes.

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