High on Life se convirtió en el lanzamiento de Xbox Game Pass más exitoso de 2022 y en uno de los mejores debut en la historia del servicio. A pesar de este buen rendimiento inicial, no pudo escapar de la controversia. Ahora, tanto el estudio desarrollador como su cofundador están en el ojo del huracán.
Según los reportes, el estudio Squanch Games enfrentó fuertes acusaciones hace unos años por presunto acoso sexual, despido injustificado y discriminación en contra de Sarah Doukakos, una exdiseñadora de la compañía. La demanda formal se presentó ante el Tribunal Superior de Los Ángeles en agosto de 2018.
Squanch Games, estudio de High on Life cofundado por Justin Roiland, fue demandado por acoso
La diseñadora afirmó en la demanda que fue menospreciada en el trabajo y acosada sexualmente por el exdirector técnico Jeff Dixon, quien supuestamente le forzaba a darle abrazos, cuestionaba tanto su inteligencia como capacidad laboral y la trataba diferente por ser mujer.
Sarah Doukakos alega que presentó su descontento a sus gerentes, incluida la cofundadura Tanya Watson, pero indica que sus quejas nunca se abordaron de manera correcta. En la demanda, explica que le solicitó al actual director de diseño Erich Meyr que presentara sus ideas a Jeff Dixon para que las tomara en serio.
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“El 11 de agosto de 2017, la demandante habló con Watson y expresó sus problemas con el Sr. Dixon, incluido el contacto no deseado y cómo Dixon trataría a la demandante de manera diferente por ser mujer. En respuesta, Watson le dijo al demandante, “así es esta generación de muchachos” y le indicó que se sentara en silencio, tomara notas y sonriera cada vez que los hombres, incluido Dixon, hablaran”, reza la demanda.
La exdiseñadora de Squanch Games explica en el documento legal que se le puso en el plan de mejora de desempeño a pesar de que recibió comentarios positivos sobre su trabajo de sus gerentes, incluidos Tanya Watson, en agosto de ese año. Poco despues, el 1 de noviembre, fue despedida por supuestos problemas de rendimiento. Sin embargo, ella afirma que fue en represalia por sus quejas.
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La demandante explica que Tanya Watson le presionó para que firmara una liberación de todos los reclamos y las quejas en contra del estudio para recibir su pago final y un paquete de indemnización. A pesar de que Squanch Games negó todas las acusaciones, ambas partes llegaron a un acuerdo en septiembre de 2019, aunque se desconocen los términos.
De acuerdo con la información, el director técnico Jeff Dixon abandonó la compañía poco después del despido de Sarah Doukakos, mientras que Watson hizo lo propio en febrero de 2021.
“Squanch Games se compromete a crear un entorno de trabajo inclusivo y de apoyo para nuestro equipo. No divulgamos públicamente asuntos de personal y mantenemos la decisión que tomamos en 2017 de no revelar la información confidencial relacionada con este caso”, comentó un portavoz de Squanch Games al portal Kotaku en un comunicado.
Esta controversia toma especial fuerza tras los reportes recientes. Esta semana, Justin Roiland, cofundador de Squanch Games y creador de High on Life, se le acusó de violencia doméstica, entre otros delitos.
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