Históricamente, todas las figuras seleccionadas para aparecer en la portada de Madden con excepción de Larry Fitzgerald en 2010, han sufrido de una lesión o notoria baja en su nivel de juego durante esa temporada. Ahora tocó el turno a Peyton Hillis, corredor de los Cafés de Cleveland, quien ya se perdió los últimos dos partidos por una magulladura de ligamentos de la que parecía estarse recuperando satisfactoriamente.
La de hoy fue la primera práctica en la que tomó parte el oriundo de Arkansas desde que se lastimó. Tras efectuar una carrera por el centro de la línea ofensiva, Hillis salió del campo cojeando y presionando la parte posterior de su muslo izquierdo. Cuando arrojó el balón y el casco al pasto con enfado se confirmaron los peores temores: la molestia no sólo reapareció, sino que probablemente se agudizó.
El entrenador de los Cafés, Pat Shurmur, informó que su jugador estrella se someterá a una resonancia magnética para determinar las características y razones de la recaída y, por lo pronto, su presencia aparece como cuestionable para el partido contra los Texanos de Houston este domingo.
Pase lo que pase, Hillis ya forma parte de la lista de más de diez atletas que sufrieron las consecuencias de engalanar la caja de Madden. Esta superstición ha llegado al punto en el que algunos jugadores, como LaDainian Tomlinson optaron por rechazar la oferta de EA.
La explicación racional para estos eventos es que los jugadores seleccionados van saliendo de una temporada extraordinaria, pero también muy demandante, así que es predecible que no mantengan el mismo nivel o, como consecuencia de su esfuerzo acumulado, se lastimen.
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