Estar Guars: Oldies but goodies.

¿Qué es Star Wars? La pimera película fue un proyecto al que George Lucas veía como una película a la que dedicaría algunos meses de su vida y después pasaría a hacer otras cosas. Terminó siendo algo que definió su vida por completo... y que también cambió muchísimas cosas del cine, algunas para mal. Es muy difícil expresar con palabras el colosal impacto de Star Wars para la cultura pop occidental o incluso mundial, para la industria cinematográfica, para la forma en la que se comercializa una película de verano, y para un sin fin de cosas más. Hoy en día no podemos imaginar al cine sin sus props, música, actores, trajes, escenarios, diseño de producción... en suma, todo lo que es Star Wars. Podemos medir el impacto de la siguiente manera: gente que nunca ha visto las películas sabe quiénes son, o al menos reconocen a personajes como Darth Vader, Luke Skywalker o R2D2.

Pero, ¿en verdad Star Wars merece tantísimo reconocimiento? ¿Merece toda esta valoración? ¿O sólo hemos estado sobrevalorando una saga cinematográfica porque se ha vuelto en una parte indeleble de la cultura popular?

Bueno, al respecto sólo puedo opinar que las tres películas que lo iniciaron todo... no, la película que lo inició todo, Star Wars, estrenada en 1977, es de hecho una película bastante buena. La trama es muy divertida y emocionante, los diálogos son una mezcla extraña entre ciencia ficción y fantasía del género "capa y espada", pero simpáticos y creativos, y los personajes tienen un carisma que se siente intacto décadas después de su estreno. Su director se esforzó muchísimo para terminar de filmarla, y eso es algo que se nota mucho en el resultado final: una película con guión sólido e intensísimo clímax que enamoró a toda una generación de niños y adultos. Desde un punto de vista cinéfilo, tiene cierto encanto que muy pocas producciones tienen: la unión entre altos valores de producción y la visión algo inexperta pero apasionada de un director que tiene ganas de crear un cine nunca antes visto. Se nota a leguas en su inusual edición y en la poco pulida dirección de los actores que George Lucas era mucho más como un amateur apasionado que el frío hombre de negocios en el que se convirtiría después.

Si la primera película es como rock de garage inspirado pero de producción descuidada, la segunda parte, la incomparable El Imperio Contraataca, es como una pieza música orquestal: lenta, pero bella e impecablemente ejecutada. A menudo he dicho que si la primera fue la chispa que originó todo, fue la segunda película la que le dió enfoque y visión a toda la trilogía clásica. Sin duda alguna, El Imperio Contraataca es el alma de Star Wars, su sustancia en su más refinada expresión. Y es que el tema básico de la trilogía es que cualquier persona, cualquiera, puede caer en el "Lado Oscuro", en cualquier momento, porque es una cuestión de elección. Esto funciona en muchos niveles, porque en la vida real, aunque no tengamos una dicotomía tan drástica siempre para juzgar el "bien" del "mal", todos podemos hacer decisiones que nos llevarán al "Lado oscuro", sea contribuir en la corrupción, hacerle bullying a alguien, abusar de alguien física o emocionalmente, aprovecharse de los sentimientos de otros, y un largo etcétera. Es por eso por lo que Star Wars sigue siendo algo más que unas películas de acción y fantasía para nostálgicos: porque es una puta fábula, y su mensaje es universal; porque el ser humano siempre, siempre, va a tener que elegir entre dos sendas, lo que sabemos que está bien, y lo que sabemos que está mal. El twist más famoso del mundo (No, yo soy tu padre) es una confirmación de lo anterior: cualquiera puede caer en el "Lado Oscuro", incluso el padre que idolatrabas y creías modelo a seguir.

Y la tercera película, "El Regreso del Jedi" (el título es una obvia referencia al libro "El Retorno del Rey" ) es como rock-pop industrializado, que trata de parecerse al rock-garage original, pero añadiendo esa producción comercial para que sea del gusto de todos y de todas, en especial de los pequeñines de la casa. No es una película mala, de hecho, la confrontación final entre Luke y Darth Vader puede fácilmente considerarse como la mejor de la saga, por su contenido emocional. Y hace bien su trabajo al terminar lo que El Imperio Contraataca inició: el fin del viaje de nuestro protagonista, quien toma su decisión.

Son buenas películas, y nunca me voy a cansar de repetirlo, son buenas, en verdad, pero nunca las he considerado obras maestras del cine. Como decía antes, su mayor valor es cuando las ves como una fábula espacial. Claro que sin dejar de lado la intensa creatividad detrás de la construcción de este extraño universo, el extraordinario diseño de producción y sus efectos visuales, la música legendaria de John Williams, las grandes actuaciones de Mark Hamill y Harrison Ford, y mucho más.

Pero la verdadera razón por la que estas tres películas se convirtieron en el fenómeno de una generación es la siguiente: cautivaron la imaginación de los niños, y también de los adultos, al grado de hacerlos sentir niños de nuevo. Cómo olvidar esa sensación de maravilla al descubrir ese espacio tan lleno de peligros y aventuras, con monstruos y bestias puluando en cada asteroide, cantina o contenedor de basura existente. Cómo olvidar ese lore apenas insinuado en las películas que mantuvo despiertos a niños platicando sobre qué eran las Clone Wars o qué fue lo que hizo que Darth Vader fuera seducido por el lado oscuro. Cómo poder olvidar esas piezas de filosofía sobre esa misteriosa Fuerza que pulula en todos nosotros, energía que iba más allá de la carne y de las apariencias: el arma absoluta era la vida misma, y la vida oponiéndose a la muerte. Supongo que podrían decirse muchas más cosas acerca de estas películas, pero en realidad ya se ha dicho todo lo que debía decirse. Todo. No eran necesarias más películas y no eran necesarias en realidad todas las piezas de ficción que conforman el "Universo Extendido". El mensaje había sido dado, y la historia había sido contada. Cualquier otra película sólo sería un esfuerzo más para generar montañas de dinero a expensas de arruinar un círculo que ya había sido cerrado. Lo que nos lleva a las precuelas...