Qué pedo con Birdman.

Spoilers!

Birdman es una crítica a las películas de hollywood, específicamente hablando, de las películas del género de superhéroes. Sus comentarios incisivos, honestos y desternillantes provienen de diálogos del increíble Michael Keaton (si desde ahora quieren apostarle a alguien a que será nominado como mejor actor en los oscares, es posible que no acepte si ya vio Birdman) como: "Miles de moscas comen mierda todos los días, pero eso no significa que la mierda sea buena" o "Ese payaso [refiriéndose a RDJr.] no tiene ni la mitad de mi talento y gana millones en un traje del Hombre de Hojalata" o ese largo discurso sobre el cine de superhéroes que el alter-ego de Riggan, o seáse el mismo Birdman, suelta a la audiencia, demasiado bueno para ser verdad. Demasiado meta, también. Al igual que muchos otros, vi los trailers esa escena en la que un gigantesco pájaro metálico aparece de la nada, destruyendo edificios. Obvio que desde un principio eso es lo que más esperas que pase (estoy hablando de mi propia experiencia, claro) y cuando finalmente llega ese momento, cerca del final, Birdman te dice, literalmente (en un close up extremo) que eso es lo que querías ver desde un principio, que a nadie le importaba esa mierda filosófica y existencialista (refiriéndose tanto a la obra de Riggan como a la película que entraste a ver al cine), que lo que queremos ver es pornografía de acción y violencia, la sangre, las cosas que hacen que adolescentes granientos se corran en sus pantalones... Ese maravilloso momento en que la cuarta pared no sólo es atravesada, sino hecha trizas, posiblemente sea la mejor escena de la película, no por los efectos especiales, sino por el discurso en sí. Como cereza en el pastel, pocos momentos después vemos un poster a lo lejos de Man of steel.

Sin embargo, hay aspectos que no dejan que esta película sea perfecta, siendo uno de los peores los personajes secundarios. TODOS, (con la muy posible excepción de Zach Galifianakis), son unos ególatras que sólo piensan en sí mismos y en sus propias necesidades; traten de contar las veces que dicen "Yo", "para mí", "mí" o "lo que soy". Riggan es igual, de hecho tal vez sea el más ególatra de todos, pero en él está aceptable pues es el protagonista, es a él a quien queremos ver y escuchar, no a personajes de cartón que no tienen mucho peso en el curso de los acontecimientos. Además, entiendo que ser artista es un trabajo que puede llegar a ser egocentrista, pero esta representación cliché fomenta el mito popular de que todos son unos neuróticos gritones dramáticos que sólo piensan en sí mismos y en las cosas que hacen. Estoy seguro que es así en varios casos, pero el personaje de, por ejemplo, Edward Norton es demasiado exagerado. Y, por cierto, ¿qúe pedo con ese güey? Su personaje no tiene ningún arco, no hay evolución o desarrollo, y la única razón por la que existe, al parecer, es que Riggan se encuentre con la crítica en el bar. Tiene una relación con Emma Stone, la cual no va a absolutamente ninguna parte. Él logra seducirla en dos escenas que son dolorosas de ver porque detienen completamente a la película, y lo único que haces es esperar a que terminen. La película dura dos horas, pero sin el relleno González Iñárritu fácilmente pudo crear una de hora y cuarenta minutos mucho más poderosa, discursivamente fuerte y, sobre todo, enfocada. Y vaya que hay relleno. Contemos las partes que fácilmente pudieron ser retiradas del metraje sin ningún tipo de repercusión negativa: el asunto del falso embarazo de la novia de Riggan (no va a ninguna parte, aunque por un momento pareció que tendría algún tipo de repercusión al final), el asunto de Naomi Watts con ese ojete de Mike Shiner, lo de la demanda del tal Ralph, ese extraño y muy mal actuado exabrupto de la Stone cuando su padre la encuentra fumando mota y, desde luego esas pinches, culeras, jodidas escenas en la azotea.
Llegamos al final de la película con la sensación de que quiso tratar muchos temas, pero al final, por querer decir mucho, no llegó a contar lo que quería con total eficacia, con excepción de la crítica al cine de superhérores. Digamos, pues, que sería preferible que tratara ese tema, junto al tema de la redención de Riggan como artista y como ser humano, más un poco del tema del artista vs crítico. (Y sí, tratan ese tema un poco en Birdman, pero con toda honestidad (y esto se va a escuchar bien gacho), Ratatouille trató mejor ese tema con el personaje de Anton Ego).

A pesar de tanta divagación, los aspectos positivos brillan bastante. La fotografía es hermosa, simple y sencillamente. Todo está editado de tal forma que pareciera ser una sola y gran toma de dos horas, y el resultado es fenomenal. Uno se siente ahí dentro, junto con los actores; es de hecho una experiencia bastante teatral, algo maravillosamente meta y que casa con las (a veces) exageras actuaciones del cast. Sé que Iñárritu es un director de actores, y realmente saca buenas gemas aquí. Galifianikis demuestra que sí puede actuar como algo diferente a un loco con barba, y al igual que él, varios otros actores dan lo mejor de sí (con excepción de la Stone, claro). La música son percusiones en su mayoría; se oyen bastante bien y tan naturalistas que pareciera que en cualquier momento vamos a ver al baterista... como de hecho sucede en algunas ocasiones. Mientras que algunos diálogos son típicamente pretenciosos y están ahí sólo con el propósito de hacer más "artísicas" y provocadoras ciertas escenas, otros son tan buenos que son inolvidables. A final de cuentas sí es recomendable Birdman, siempre y cuando no le exijas perfección, que es lo que no tiene.