Luna 4

Lo prometido es deuda mis inexistetes lectores, siento haberlos hecho esperar se cuanto lloraron por que no escribia (ja!!! si claro)


 


Capitulo cuatro: lobos y lunas, chicas y diamantes parte 1





 


 


-¡toma esto!- santiago le da un golpe en la cara a esa gárgola la cual termina en el suelo, la llevamos a la cueva


-me sorprenden, ya llevan cinco trabajos hechos, perfectamente


-gracias, hacemos lo que podemos


- ay, ay, ay, ay, ay…mi patita…-digo mientras me sobo mi pierna, primero fue mi cara con el orco, luego mi espalda con el grifón, el pulpo gigante me lastimo mi brazo, la serpiente en el metro casi me come y la gárgola me lastimo mi pierna


-¿Cómo te sientes bruno?- me dice pixqui


-¿Cómo te lo digo de una manera sencilla?...mmm… sigo vivo por milagro


-ja ja, no seas tan negativo, ya falta menos


-¿Cuántos se supone que debemos atrapar?


-si te digo te espantas- pongo cara de espantado


-muy tarde, creo que ya lo hiciste


-ja ja ja, tranquilo bruno, no importan cuantos sean, los atraparemos-dice santiago


-si claro…





 


 


Mi nombre es bruno, tengo 16 años, hasta hace poco vivía en el mundo…real, normal, no se como llamarlo, pero mi mejor amigo, santiago y yo rompimos el sello que tenia guardado el mundo de monstruos y para hacer mejor el asunto no solo liberamos monstruos sino que fusionamos los dos mundos, ahora tenemos que atrapar a algunos ya que son peligrosos para que haya paz, el mundo nuevo no es malo, pero como siempre hay algunos que si son malvados y les gusta molestar, para eso están los protectores, se encargan de que las cosas no se salgan de control, todo según lo planeado, santiago hace poco se transformo en un vampiro, el puede pelear mano a mano con los monstruos, pero…yo soy solo un humano, a veces pienso que debería dejar este trabajo, de verdad no se como sigo vivo, y santiago siempre termina salvándome la vida, por algunos momentos me siento mas como un estorbo que como un protector.





 


 


Escuela preparatoria benjamín herrera…





 


-atención a todos los estudiantes, las exposiciones de los clubes están acercándose, se les pide a los presidentes preparar la exposición para la fecha planeada, también el baile de primavera se acerca así que pueden empezar a buscar parejas, eso es todo- dice el director por el alto parlante


-¿Qué haces amigo?- dice santiago llegando a las gradas del gimnasio


-nada, leo y bebo un jugo


-¿Qué lees?


-es una novela sobre vampiros, hace poco estaba viendo que abundan los de tu clase


-¿de verdad?


-si, hay infinidad de películas, libros, juguetes, caricaturas y demás cosas sobre vampiros, empiezo a creer que son empresarios y como tienen un sentido ególatra se vanaglorian haciendo presencia en la industria consumista


-cálmate tu consumista


-es enserio, y no solo eso, también siempre hacen menos a los hombres lobos, los hombres lobos siempre han sido mejores, estúpida industria


-ja ja ja, ¿Qué piensas hacer?, ¿harás marchas para la igualdad entre hombres lobo y vampiro?


-no, no hare nada, ja ja, yo solo decía


-daaa… entonces no te quejes


-sabes me gustaría ser un hombre lobo, desde que era pequeño me ha encantado la luna, sabes, cuando era pequeño y necesitaba hablar con alguien hablaba con la luna


-…vaya…


-si es tonto, ven vamos tenemos clase- salimos del gimnasio y en pasillo mientras íbamos caminando yo iba distraído y choque con una chica


-¡ouch!-dice ella sentada en el suelo porque la empuje


-lo lamento mucho, perdón- la ayudo a levantarse


-si no te preocupes


-¿estas bien?


-si, enserio no te preocupes


-esta bien, perdón de veras


-si descuida, adiós


-perdón, adiós- toma su mochila y se va


-a ver si ya te fijas por donde vas ja ja ja, debiste ver tu cara de asustado


-no molestes, murcielaguito


- ja ja ja





 


 


Esa noche…





 


Vine a este parque a pensar, no puedo abandonar a santiago, y aparte, es mi culpa que todo esto haya pasado así que tengo que arreglarlo





 


Ha pasado un tiempo y me lo he pasado yendo a la escuela, mi casa y al final opte por dejarle el trabajo rudo a santiago, que por cierto, tiene mucho que no hablo con el, debe de estar muy ocupado en eso de cazar demonios y monstruos.





 


Mas tiempo sin ver a santiago, hoy me acorde de el en la mañana, de hecho si lo vi, mas bien no le hable, y el tampoco a mi, total, no importa, el vampirito se puede quedar con su trabajo, gran cosa, que importa que no me hable ¿Cómo si lo necesitara?








 


El tiempo sigue pasando, estúpido santiago, tuve una pelea con el hace rato…





 


-hola  bro


-uh…ah eres tu murcielaguito ¿has estado ocupado?


-pues ya vez, uno que es responsable


-¿estas insinuando algo?


-¿Qué? No


-no es mi culpa no poder tener poderes, y aunque los tuviera no andaría por ahí presumiéndolos a cada rato


.oye, yo solo bromeaba, ¿Qué no te ha bajado o que?


-sabes que, púdrete santiago, eres un altanero, yo me largo de aquí


-bruno…espera


-púdrete





 


Maldito presumido, no es mi culpa, de verdad…no es mi culpa, es la suya





 


Estoy sentado en mi sala, todo sin novedad, tomo jugo, empiezo a creer que me estoy volviendo adicto a esta cosa, me levanto y desde donde estoy aviento la basura, miro hacia arriba del bote y esta la repisa de fotos, esas con las que mi madre se obsesiona, dice que le gustan porque así se siente rodeada de su familia, quizás sea cierto. Veo una de mi padre, esta en una banca o algo así en un bote con el mar detrás de el, el era marino. Tomo el cuadro y lo miro, no puedo evitar sentir nostalgia, han pasado cuatro años y la herida aun no cierra, recuerdo esas veces cuando me llevaba al bosque a tirar cuando era niño, quizás una actividad un tanto bélica, pero aun así divertida…





 


-lo primero en estos casos es asegurarte de que todo este en orden, tomas el cartucho y lo metes, recuerda siempre apuntar hacia abajo para evitar accidente, luego solo jalas y listo.


-¿así papa?- le pregunto


-exacto- me dice mientras se arrodilla a lado de mi, toma y alza mi brazo- ahora apunta, la puntita de aquí adelante alinéala con las dos de atrás y esa es la dirección que tomara la bala, luego respiras, inhalas, exhalas y disparas, ahora inténtalo


-de acuerdo- respiro lentamente y aprieto el gatillo, le pego a uno de los clips donde estaba colgando la silueta


-muy bien…ni yo lo hubiera podido hacer mejor-dice irónica pero alentadoramente mi padre





 


Ese y muchos mas recuerdos vienen a mi cabeza, voy al cuarto de mis papas y abro el cajón de las cosas de mi padre, saco su chamarra favorita y de pronto sale una caja de metal. La abro. Me siento sobre la cama observándola, ya fue suficiente tiempo de hacerse la victima, Santiago no es el único que puede hacer el trabajo rudo.











 





Un barrio solitario dentro del bosque, una chica con un extraño collar camina por la calle, escuchando tranquilamente música. De pronto salen de unas escaleras uno sujetos vestidos muy elegantemente y se paran frente a ella.





 


-un poco tarde como para dar un paseo ¿no crees?- le dice uno de ellos


-demasiado temprano como para asaltar y un lugar no muy indicado ¿no crees- les responde la chica


-¡vaya! Una niña lista, hagamos esto rápido, no quiero perder tiempo contigo- la toma del brazo y la avienta hacia un auto queriéndole quitar el collar


-¡aléjate de mi! – dice la chica forcejeando y le da una patada en la entrepierna a uno, el otro la abofetea, mientras forcejean uno de ellos es jalado del cuello y azotado en el auto


-demasiado tontos como para hacer estas cosas ¿no creen?- es Santiago, se levanta el que estaba en el suelo y el otro deja a la chica para lanzarle un puñetazo al vampiro, el lo esquiva, lo jala de la muñeca y golpea su codo, y después su rostro, lo vuelve a jalar y con una vuelta Santiago termina pateando el rostro del otro dejándolo en el suelo, suelta al otro.


-gracias, pero lo tenia bajo control- le dice ella


- si lo note, no hay de que- Santiago le responde mientras se voltea, luego el que había azotado saca un arma y le dispara por la espalda, Santiago cae arrodillado y recibe otros dos disparos, el que fue pateado se acerca y golpea a Santiago en el rostro dejándolo en el suelo y después le da otros cinco tiros, luego le apuntan a la chica


-dame el collar ahora, no te lo volveré a pedir- le dice el tipo de traje


-no, no te lo daré- ella lo mira a los ojos mientras guarda el collar dentro de su blusa.


-tu lo pediste- se escucha un tiro, luego el sujeto cae al suelo, el otro, desconcertado, apunta hacia todos lados gritando, toma a la chica por el cuello y pone el arma en su sien


-¡muéstrate! ¡Muéstrate ya!- ordena el sujeto, la punta del ala de Santiago lo atraviesa por el hombro  y luego una bala en su cabeza, cae al suelo.





 


-¿ya te sientes menos sensible?- pregunta Santiago mientras se pone de pie


-¡oh por dios!- dice la chica llevándose la mano a la boca sin dejar de decir “oh por dios”


-es que encontré mi regalo de navidad, una 45 comando hace feliz a cualquiera- le digo mientras me acerco para ayudarlo a levantarse- eso se ve feo ¿quieres que te eche una mano- el se mira


-tranquilo, solo necesito un poco de tiempo y sanara pronto- Santiago sonríe


-¿Quiénes son ustedes?- nos dice ella, no nos habíamos dado cuenta que ya no estaba en shock, nos miramos mutuamente como diciendo “dile tu, nel ¿yo por que?” o algo parecido


-nadie en especial- le dice Santiago


-te aconsejo que corras a casa, esto se pondrá mas feo- le digo


-pero…están muertos…están muertos ¿no?- nos pregunta desconcertada


-me temo que no, así que corre- le digo mientas me pongo detrás del auto- ¿no entiendes? ¡Ve!


-claro- ella asiente con la cabeza, después de unos pasos nos olvidamos de ella


-¿en que crees que se conviertan?- me pregunta Santiago


-dragones- le respondo


- no manches tu. Dragones


-¿Cuánto a que si?


-un jugo


-que sean tres


-va





 


Empezó el que tenia el brazo roto, su espina dorsal se empezó a llenar de picos, su mandíbula se hizo un gran hocico, su musculatura comenzó a crecer y un aro de fuego se formo a sus pies, luego fueron las alas y en poco tiempo un dragón de dos metros y medio aproximadamente estaba frente a nosotros, después siguieron los otros dos rugiendo ferozmente.





 


-maldita sea, te odio, te debo unos jugos- reclama Santiago


-ja, ja, excelente- festejo


-¿Cómo lo supiste?


-cuando le dispare al ultimo saco humo por la boca


-eso es trampa


-nada, me debes unos jugos- termino de decir mi frase cuando uno dio un coletazo destruyendo el auto


-yo voy por el azul, encárgate de los otros dos- me dice Santiago


-¡¿Qué?! Estas loco ¿verdad?- le reprocho


-no mas que tu, así que confió en  ti- dicho eso, levanta vuelo y en el aire comienza a pelear con su dragón, los otros dos me miran


-%#$//° Santiago- uno de ellos me lanza fuego, salto hacia un lado, me levanto y le disparo, el otro da un coletazo y me avienta a una pared, mi ceja comienza a sangrar, por un momento me invade el miedo no soy lo suficientemente fuerte, veo a los dos dragones, veo a Santiago siendo lanzado y azotado en un auto, tengo miedo de repente, mis manos tiemblan, estoy sangrando, veo el arma de mi padre, lo recuerdo


-¡yo soy lo suficientemente fuerte!- grito, brinco hacia la cajuela de un auto y salto hacia la calle mientras disparo, caigo, doy una maromenta y me escondo en un auto del otro lado de la calle para cargar mi arma. Que suerte, solo dos cartuchos. Recargo, respiro, me levanto, apunto… fuego. Le doy en el ojo a uno, comienza a rugir de dolor y a ponerse loco golpeando a todos lados. El otro vuelve a lanzarme fuego , me escondo detrás del auto, este se incendia lo cual me obliga a moverme, me barro, apunto de nuevo, en medio de los dos ojos del dragón, solo lo aturde, la bala no alcanzo a penetrar la piel, luego Santiago cae a lado de mi rompiendo el concreto con su espalda





 


-¿todo bien?- me pregunta


-si, lo tengo bajo control, es como estar de vacaciones- le digo


-es un buen momento de pensar en un plan, estos tipos no se cansan, ¿se te ocurre algo?


-la verdad no, tu golpéalo hasta que ya no se mueva


-de acuerdo, me gusta el plan- nos levantamos, corro hacia los dragones, esquivo el golpe del tuerto, me subo en el abdomen del otro que esta en el suelo y le disparo en la boca





 


-duerme bien lagartija, 1-0 favor nosotros- corro hacia el otro pero me avienta de un manotazo, vuelo dos metros, rasgo mi playera y mi labio sangra, nada que no pueda soportar, medio cartucho, mejor lo aprovecho, me levanto, el dragón se inclina y pretende embestirme, rasga el suelo, solo una oportunidad, alzo el arma, alineo las puntas y respiro. El dragón se lanza con la boca abierta, solo un disparo, exhalo, gatillo, el mismo ojo, me aviento hacia un lado pero una de sus garras alcanza a rozar mi pierna, es una lagartijota muerta ahora, como dije, nada que no pueda soportar.





 


-¿es que no puedes hacer nada bien? Disparo, entra por el oído y cae dando discreto gran fregadazo, marcador: 3-0, ganamos el juego, Santiago baja y me ayuda a levantarme


-¿Dónde aprendiste a disparar así?- dice impresionado


-es una mezcla de adrenalina con el entrenamiento de la CIA, soy agente especial


-¿de verdad?


- no, solo tuve suerte, vámonos de aquí





 


Corrimos hacia la dirección de la calle, unos 20 metros después escuchamos a la chica llamándonos y las sirenas de las patrullas





 


-¡hey! Por aquí- nos dice la chica, nos conduce por un pasillo y luego entramos a la casa- ven, limpiare tu herida- me sienta en una silla, esta un disco de música sesentera, bastante agradable


-¿Por qué tanta amabilidad?- le digo mientras Santiago toma una galleta de la mesa y se sienta en el sillón


-ustedes me salvaron, quisiera agradecerles- nos dice la chica


-¡vaya! Gracias- le digo


-descuida, déjame revisar- checa mis heridas, toma un poco de algodón, alcohol y las limpia


-¿Cómo te llamas?- le digo, Santiago prende la televisión


-angie, díganme angie- responde ella


-tu vas en la escuela ¿no?- le pregunto


-si, de hecho una vez chocamos tu y yo


-cierto


-angie ¿tienes jugo?- dice Santiago


-claro, en el refrigerador


-gracias- se para Santiago y va a la cocina


-¿no crees tener problemas por que estemos aquí?- le pregunto


- no, solo estoy yo, toda la familia fue a una fiesta pero regrese temprano porque me aburrí, como los vi llegaran hasta mañana así que pueden quedarse


-nos encantaría pero no podemos tenemos que volar…- dice Santiago mientras me avienta un jugo, se sienta a ver televisión de nuevo


-en serio, si quieren pueden quedarse- dice ella


-no, no queremos molestarte, es mas si quieres déjalo así, ya me siento mejor- le digo


-bueno, déjame si quiera terminar de curarte y pueden irse- ella insiste


-esta bien- le digo, ella toma hilo y aguja y cose la herida que tengo en mi pierna. Pasan las horas, Santiago esta dormido en el sillón, yo estoy a punto de dormir también, las sirenas dejaron de sonar desde hace mucho, espero no haber dejado un rastro de sangre o algo así, seria malo que vinieran a la casa de angie, ella se acostó en el otro sillón, están los infomerciales, me haría bien dormir.