Los trabajos de Makoto Shinkai se reconocen porque sus historias amalgaman de manera perfecta fantasía y vida cotidiana. La calidad del apartado visual en sus películas es impresionante al presentar paisajes llenos de vida o completamente devastados. En ambos casos, cada detalle está cuidado hasta un punto obsesivo y nos transportan al Japón que está en la mirada del autor. Suzume, traída por Crunchyroll y actualmente exhibida en las salas de cine, cumple con estas características y nos cuenta una historia con momentos llenos de tensión pero también se detiene para que disfrutemos el recorrido.
Suzume es la historia de una joven de 17 años que lleva una vida tranquila al lado de su tía Tamaki. Su rutina cambia el día que aparece en su camino Souta, un personaje que busca unas ruinas con una puerta. La curiosidad de Suzume la lleva a querer conocer el secreto y unirse a la misión de Souta, y así empieza a viajar por el mundo para salvar a la humanidad. El camino los llevará por todo Japón y Suzume enfrentará a seres de otro mundo mientras se reencuentra consigo misma.
Una puerta abierta a un destino incierto
Aunque parece ir contra reloj, la película se toma el tiempo para transmitir el sentimiento de ir en un viaje por carretera. Conocer gente y lugares nuevos, tener charlas profundas, detenerse a ver bellos paisajes y disfrutar la música son parte de un trayecto lleno de experiencias novedosas, y que ayudan a que Suzume crezca porque decide romper ataduras cuando se atreve a salir al mundo. La protagonista debe cumplir una obligación que heredó, pero el viaje le muestra que su destino era salir y conocerse en el recorrido.
Debido a que el fondo de la historia es una catástrofe es lógico pensar en montones de clichés o que la historia se volverá predecible en algún punto; de hecho, es muy probable que desde el principio adivines cómo terminará la historia, sobre todo por la capa de romance que, sin ser empalagosa, persiste de principio a fin. A pesar de esto, Suzume trasciende gracias a lo genuino de las situaciones que nos llevan de la acción a la reflexión en un instante. El desarrollo se siente como un ciclo que se repite a partir de la provocación de Daijin, un gato con intenciones ocultas.
Este personaje provoca el inicio del viaje por Japón en busca de respuestas, de cumplir la misión de Souta y Suzume y de atraparlo. Una vez que inicia la persecución, hay un patrón en el desarrollo de la historia que se conserva hasta el final. La película es lineal y trata de que todo sea asimilable, pero la mitología y el trasfondo de la historia son todo un misterio; hay un concepto de tradiciones fantásticas que nunca se explica y quedan muchas dudas en el aire. Esto no afecta el desarrollo de Suzume pero me hubiera gustado conocer un poco más del legado de Souta y cómo funciona ese mundo.
Otro aspecto que me pareció interesante es que, a pesar de ser una historia llena de emociones que se enfoca en sus personajes, también hay espacio para la acción. Son escenas que ponen a Suzume en situaciones extraordinarias donde tiene que lidiar con entidades poderosas. La animación de esos momentos luce muy bien y estpa llena de detalles, además de que marcan un contraste con los momentos contemplativos. Me parece que hay un buen balance entre ambas direcciones y así la película puede disfrutarse sin complicaciones mientras nos mantiee atentos a lo que está por venir.
Amistades pasajeras
En este viaje, Suzume tendrá un acompañante muy particular: una silla de 3 patas. Es increíble la manera en que Makoto Shinkai logró dar personalidad a un personaje como ese. Además de sumar puntos de humor, la silla de 3 patas añade valor a la animación. Por un lado, es un personaje y por otro, un fragmento del pasado que sigue presente. Y es que una de las lecciones de esta película es el peso de las pérdidas en la vida.
Además de Souta y Daijin, la protagonista conocerá a personajes que la apoyarán en su travesía y que se volverán grandes amigos. Los lazos que va formando se fortalecen en instantes, y hacen creer que Suzume tiene un don para hacer amigos. Por otro lado, esa facilidad con la que la protagonista conoce a las personas correctas es cuestionable, pero ayuda al ritmo de la historia. Al final, todos conocemos personas que fueron importantes en momentos específicos de nuestra vida porque nos ayudaron a llegar a donde estamos. Eso es parte del mensaje y queda claro sin necesidad de profundizar.
Un mundo lleno de matices
La película es un deleite visual que trata de captar la belleza de lugares reales y combinarlos con elementos de fantasía. El efecto es increíble, en especial si se pone atención a los detalles. Esta sensación de ver algo con mucho trabajo de fondo se percibe en cada cuadro de animación. Por ejemplo, cuando la lluvia moja el pavimento o vemos a muchos habitantes apresurados en una ciudad llena de movimiento. No es sorpresa que el trabajo de Makoto Shinkai mantenga este estándar de calidad, pero es probable que haya dejado la vara aún más alta con Suzume.
Suzume es una muestra de que las películas de animación no deben subestimarse. Su calidad visual es sobresaliente y nos hace entender por qué Makoto Shinkai se ha convertido en una de los directores de animación más importantes a escala mundial. Suzume no busca sumergirnos en una trama complicada, prefiere darnos una historia memorable con un mensaje contundente. Se agradece que Crunchyroll se interese en poner a nuestro alcance producciones de esta magnitud que respetan el trabajo de animación como la expresión artística que es. Una película que vale la pena ver sin importar si eres fanático del anime o apenas lo conoces.
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