Fuertes declaraciones y acciones emergen en la guerra entre Microsoft y Sony por la adquisición de Activision Blizzard y, en concreto, de Call of Duty. Lulu Cheng Merservey, directora de comunicaciones de Activision Blizzard, aseguró que Jim Ryan, director general de Sony Interactive Entertainment, declaró lo siguiente ante los ejecutivos de Microsoft durante su última audiencia en Bruselas el pasado 21 de febrero: "No quiero un nuevo trato sobre Call of Duty. Quiero bloquear su fusión". Wow. ¿Sin comentario? Olvídenlo, aquí vamos.
Primero, el contexto. Las declaraciones de Cheng son una respuesta a una extraña noticia acerca de las supuestas preocupaciones de Sony sobre Call of Duty. En el nuevo documento enviado para la consideración de la Autoridad de Mercados y Competencia del Reino Unido, Sony asegura que Microsoft podría incrementar el precio de Call of Duty o hacerlo una exclusiva de Game Pass, lo cual es una sospecha razonable. Pero el último escenario simplemente se vuela la barda: aseguran que Microsoft podría crear una versión llena de bugs exclusiva para PlayStation:
"Microsoft podría lanzar una versión de PlayStation de Call of Duty donde los bugs y errores sólo salgan tras el nivel final o la última actualización. Aunque dichas degradaciones podrían ser detectadas rápidamente, el remedio vendría demasiado tarde, la comunidad gamer habría perdido la confianza en PlayStation como la plataforma para jugar Call of Duty. En efecto, como mostró Modern Warfare II, Call of Duty es más comprado en las primeras semanas del lanzamiento. Si se hiciera conocido que el desempeño del juego en PlayStation es peor que en Xbox, los gamers podrían cambiarse a Xbox por miedo a jugar su título favorito en una plataforma de segunda o menos competitiva".
Wow. ¿Qué rayos? Esto parece el divorcio entre Johny Depp y Amber Heard. Nunca habíamos escuchado cuentos tan disparatados después de lo del perro que pisó una abeja. Ideas tan claramente alejadas de la realidad dan credibilidad a las declaraciones de Cheng. Y es triste, porque confirma algo: Sony no parece importarle tanto Call of Duty en PlayStation, sino bloquear a Activision Blizzard y a Microsoft. Esto, de entrada, es terrible. Activision Blizzard está muy enojado, y si el trato se cayera: ¿quién garantiza que Call of Duty vuelva a Sony después de haberles hecho perder $69 MMDD.
Sin embargo, parece que la realidad depara un duro despertar para Sony, a menos que su actitud cambie. Los reguladores Brasil ya han aprobado el trato, en China va viento en popa, y parece que sigue la Unión Europea, el mayor mercado de Sony. Inglaterra podría ser una excepción de poca importancia. En fin, todo está preparándose para los fatídicos 25 y 26 de abril, fechas en que se decidirá esta cuestión en ambas orillas del canal de la Mancha. Lo preocupante es lo que sigue. Microsoft ha ofrecido un buen trato, y se ha mantenido en prudente silencio. Pero Activision Blizzard y Bobby Kotick están furicos. La guerra señores, la guerra nunca cambia. Nos vemos.
VIDEO: UN DESASTRE: la compra de Activision Blizzard
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