Aunque no debió pasar, cuando éramos niños ignoramos las clasificaciones de los videojuegos, y por eso jugamos algunos títulos que infartaron a nuestros papás cuando se dieron cuenta.
¡Hoy hablaremos de algunos que definitivamente no debimos jugar cuando éramos pequeños!
5: Conker’s Bad Fur Day
El Nintendo 64 se caracterizó por tener juegos increíbles que fascinaron a millones de fanáticos. La mayoría son muy coloridos, divertidos y aptos para niños, por lo que recibieron una clasificación E, que significa for Everyone. Pero en la alineación se coló uno que, en apariencia, era similar a estos títulos tiernos, pero con un contenido totalmente opuesto. Algo así como los Happy Tree Friends.
Rare se lució con sus primeros juegos para el 64, así que cuando la compañía anunció para 2001 un nuevo plataformero, todos esperábamos algo fantástico y con una estética parecida a las de sus títulos anteriores. Al ver a Conker’s Bad Fur Day en los estantes de las tiendas, notamos que su portada parece inofensiva, con 2 ardillas muy bonitas, una hasta se parece a Lola Bunny, así que nuestros padres lo compraron sin preocupación.
Lo que ignoraron por completo es la letra de la clasificación: en lugar de una E hay una M, de mature. Así que, cuando llegamos a casa y encendimos nuestro Nintendo 64, nunca esperamos que en la primera escena el pequeño y lindo Conker está de borrachera y orinando en público mientras apenas se mantiene de pie, y al día siguiente tiene una resaca peor que la de tu papá cuando se reúne con sus amigos de la prepa.
Conforme avanzamos en nuestra aventura, aparecen más elementos que, si nuestros padres hubieran notado en trailers o comerciales, jamás nos lo hubieran comprado ni permitido jugarlo. Por ejemplo, hay varias muertes muy violentas, escenas en donde los personajes fuman o beben alcohol, muchas groserías, el legendario monstruo de popó y una flor con bastante...personalidad. *guiño guiño*
Esto nos dio mucha risa e hizo que disfrutáramos más el juego, pero a fin de cuentas, aunque hubiera omitido el humor adulto, su calidad seguiría altísima. Podemos garantizar que, aunque lo recordamos con mucho cariño, Conker’s Bad Fur Day no nos hizo violentos ni groseros, a lo mejor convirtió a varios en furros, pero de ahí no pasa.
4: Mortal Kombat
En los 90 e inicios de los 2000, era muy común ir a las maquinitas con nuestros compas para echar las retas de Street Fighter, The King of Fighters, Marvel vs Capcom y otros clásicos. El juego que teníamos prohibidísimo por nuestros papás era el Mortal Kombat, en cualquiera de sus presentaciones y versiones.
En los Arcades teníamos menos vigilancia, pero si comprábamos alguno para consolas, debíamos jugarlo a escondidas, o de plano en casa de otro amigo, porque todos los títulos de esta franquicia son extremadamente gráficos y violentos. En otras entregas de pelea, por más madrazos que se acomoden, las heridas o impactos se ven menos intensos, pero esta saga nunca se guardó la sangre y el gore.
Su acción siempre ha sido visualmente llamativa, sobre todo en los 90, ya que, mientras otros juegos tenían gráficos más caricaturescos, Mortal Kombat era realista y sus personajes más parecidos a un actor o peleador. Arrancarle la cabeza a nuestro rival, electrocutarlo o hasta sacarle la columna vertebral fue algo brutal y que definitivamente no debimos ver de niños.
¡Claro!, ese era otro diferenciador del juego y servía como imán del morbo: los Fatalities. Aunque hay movimientos finales en otras entregas, los de Mortal Kombat nos volaron nuestra pequeña cabeza (y las de nuestros rivales). Los Fatalities en las primeras versiones de los títulos cambian según la plataforma en donde las juegues, pero en un Arcade, cualquiera resultaba en el ataque más bestial de tu vida.
Con el paso del tiempo, la violencia en los videojuegos nos parece menos llamativa, pero nuevas generaciones experimentan lo mismo con las recientes entregas de Mortal Kombat, que cada vez añaden más detalles salvajes, pero no pasan de simple morbo.
3 God of War
Una de las razones por la que mucha audiencia eligió a PlayStation sobre Nintendo en los 90 es que se permitían desarrollar todo tipo de juegos. Había títulos para niños, claro, pero otros se pasaban un poco de la raya. Para su segunda consola, Sony preparó una franquicia que supo hacer una violencia tan radical y apabullante, que roza lo glorioso. Nos referimos a God of War.
La historia de Kratos es muy clara desde el principio: el protagonista, que es un guerrero, hará lo que sea por destruir a sus enemigos, hasta vender su alma al dios de la guerra. Gracias a esto, y a que es un semidios, tiene una fuerza sobrehumana que arrasa con todo lo que se interpone en su camino. Y no lo hace en una pelea de almohadas, sino que elimina a cada uno de sus rivales de la manera más dolorosa posible.
Tiene sentido, ya que la mayoría son dioses, y a esos no los matas con un disparo o con un simple espadazo, hay que pulverizarlos. Así que, durante los juegos de God of War, vemos a Kratos partir a la mitad, quemar, desmembrar, acuchillar, pisotear, aplastar y mil brutalidades más a los personajes más reconocibles de la mitología griega y nórdica.
Aunque amamos el God of War de 2018, los primeros son mucho más salvajes y gráficos, y salieron cuando vivíamos en casa de nuestros papás, lo que agregaba la emoción de revisar que ningún adulto pasara cerca y viera cómo le sacábamos los ojos a Poseidón. Eso hubiera significado quedarnos sin nuestro Play un buen rato.
El deleite visual de cada batalla colosal y violenta de God of War nos hacía sentir tan fuertes y poderosos como Kratos, simplemente capaces de vencer a cualquier rival, sin importar su tamaño y poderío.
2: Gears of War
En Latinoamérica, el Xbox 360 fue tremendamente popular y exitoso, y cómo no, si su biblioteca albergó múltiples franquicias nuevas que se robaron nuestro corazón. Una de las mejores fue Gears of War, que para muchos fue la razón para tener de manera obligada esta consola.
El primer Gears tiene todo lo que hace a una IP debutante exitosa: personajes llamativos, gráficos preciosos, un estilo artístico único, una historia memorable, y MUCHA acción. Los shooters siempre han sido uno de los géneros favoritos del público por la intensidad y adrenalina que desbordan en la pantalla, pero lo que hizo Gears of War fue supremo. Sólo vean a estos weyes, ESTÁN MAMADÍSIMOS.
Como gamers, apreciamos y disfrutamos todos estos aspectos, pero nuestros padres estaban aterrados. Los entendemos, ya que desde la portada del juego vemos a Marcus Fenix portar una Lancer, que claramente es una arma muy intimidante, pero también GENIAL. Con ella podemos volarle las extremidades y los sesos a los Locust, y también partirlos a la mitad mientras gritan de dolor. ¿Qué más podemos pedir?
El doblaje, a pesar de que es de los GODS, es muy poco familiar. Vaya, una de las primeras líneas es una grosería bastante altisonante, y el Escuadrón Delta se la pasa maldiciendo durante toda la campaña. Usan un vocabulario que un niño no debería escuchar, y si lo repetíamos, nuestra mamá nos daba un manotazo que ponía nuestro cachete más rojo que los 3 aros de la muerte del Xbox 360.
Eso sí, defenderemos a Gears of War siempre a capa y espada, ya que creemos que toda su violencia está justificada y no es un gancho para atraer adolescentes y pubertos edgys. Esta franquicia siempre ha contado historias hermosas y muy profundas, que nos han llenado de enseñanzas y nos han hecho conocer a amigos que se han vuelto nuestros hermanos. Por eso y más, gracias, Gears.
1: Grand Theft Auto
El salto de los videojuegos al 3D fue un hecho demasiado épico para todos los gamers de los 90. Muchos lo recuerdan con más cariño que a su primera mascota, primer día de clases o primera revista H. Hay varias franquicias que lo hicieron a la perfección, pero quien más nos sorprendió fue Grand Theft Auto, porque el resultado fue indescriptible e impresionante.
Esta serie no había llamado mucho la atención, pero Grand Theft Auto 3 captó la atención de todo el mundo. Prácticamente nunca habíamos visto un mundo abierto como ese ni experimentado esa libertad en un juego. Decir que sólo hay violencia y crímenes es mentir 85%, porque hay más cosas que hacer, pero de niños eso nos llamaba más la atención.
El repertorio de armas puso a volar nuestra imaginación, y rápidamente comenzamos a crear el mayor caos posible en Liberty City. Cada entrega posterior implementó diferentes y nuevas maneras de volvernos más locos que la anterior, además de que cada ciudad nos puso en un mapa diferente y listo para que arrasáramos con él de la manera más divertida y catastrófica posible.
Vice City nos hizo sentir en el Miami de los 80, San Andreas en el California de las pandillas y GTA IV en una película de Martin Scorsese. Cada juego contiene secretos y actividades que nos dieron horas de diversión, pero teníamos que descubrirlas de manera discreta, ya que no había peor vergüenza que tus papás entraran al cuarto y que te vieran en el strip club o subiendo a una mujer al coche para llevarla a los arbustos y hacer cosas de adultos.
Grand Theft Auto nos ha dado recuerdos tan graciosos y añorados, que hasta la fecha sigue como una de las franquicias más populares, ya que en sus mundos nos permite ser libres y actuar sin consecuencias. Definitivamente hacemos cosas en ellos que jamás haríamos en la vida real, y justo eso es lo divertido, que podemos ser unos monstruos sin dañar a nadie realmente.
¡Hasta aquí el TOP! ¿Qué otro videojuego tenías muy prohibido en tu casa pero que aún así jugabas a escondidas? Coméntanos, y seguro más de uno se sentirá identificado.
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