Consolas que debí tener: Game Boy Advance

Un gran cierre para la primera familia de portátiles de Nintendo


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Hace tiempo te hablé de mi complicada relación con el Nintendo 64. Con el Game Boy me sucedió algo similar, sólo que en este caso, mi renuencia a adquirir tal sistema no tenía que ver con que pensara que fuera de mala calidad o algo parecido, sino por el simple hecho de que no tenía luz propia y eso me parecía muy molesto. Tal vez suene como una tontería, pero para mí era algo que demeritaba mucho la experiencia de juego. Dejando a un lado ese pequeño gran detalle, es una de las mejores consolas portátiles que han existido y su catálogo es impresionante. Sin duda, fue el dispositivo que marcó la pauta para la aparición de sistemas desarrollados por otras compañías que intentaron hacerle competencia, en la mayoría de los casos sin éxito.

El Game Boy fue diversificándose con los años, regalándonos prodigios como el Game Boy Color y el Game Boy Pocket, además de una gran variedad de accesorios, algunos de los cuales son irrisorios, como aquel que te permite controlar una máquina de coser u otro que sirve para anestesiar a los pequeños pacientes antes de una cirugía. Siendo una consola tan icónica y con tal alcance, su última iteración tenía que ser una hermosa canción de cisne que todos pudiéramos cantar y disfrutar. El hermano menor de esta gran familia fue el Game Boy Advance, uno de los mejores productos en la historia de Nintendo.

Gran potencia contenida en una pequeña carcasa

Una de las cosas que más me llamó la atención del Game Boy Advance fue que le hacía plena justicia a su nombre. Era mucho más poderoso que su antecesor y desde la primera vez que tuve la oportunidad de probarlo lo consideré un Super Nintendo portátil. Seguía sin tener backlight, pero incluso sin encenderlo, su diseño evidenciaba que sería mejor que su hermano mayor. Después de haber hecho la comparación con el Super Nintendo, me desilusionó un poco que sólo tuviera 2 botones al frente, lo cual consideré un retroceso, pero más adelante me di cuenta de que eso no obstaculizaba en lo absoluto la experiencia. Además contaba con botones L y R en la parte superior, además de START y SELECT a la izquierda de la pantalla.

En el Game Boy convencional ya había encontrado algunos ejemplos de títulos tan bien hechos que era difícil creer que estuvieran en esa consola. Estoy pensando en la serie de Castlevania y en Batman: Return of the Joker, los cuales, además del apartado visual, tienen una música impresionante que se sale de proporción con respecto al sistema en el que se reproduce. Con el Game Boy Advance volví a sorprenderme, ya que no sólo se veía mucho mejor, sino que tenía la mejor calidad de audio de cualquier consola portátil de la época. Además, fue el complemento perfecto de su contraparte casera: el Nintendo GameCube, con el que no sólo compartió color, sino algunas funciones interesantes e incluso un periférico que muero de ganas de probar.

Habiendo hecho la comparación con el coloso de 16 bits de Nintendo, debo decir que este pequeño gran sistema tiene capacidades que van más allá, ya que incluso puede generar gráficos tridimensionales que, si bien no son perfectos, por momentos se ven mejor que los del Nintendo 64. También tiene su buena dosis de títulos con perspectiva isométrica. Así de grande es el alcance del Game Boy Advance. Digamos que es como un puente entre generaciones y sirvió para que muchos jugadores nuevos conocieran las joyas con las que sus papás o hermanos mayores pasaron tantas horas de diversión.

Una familia ejemplar. ¿Cuál es tu favorito?
Una familia ejemplar. ¿Cuál es tu favorito?

Depósito de nuevas ideas y muchos ports

Teniendo propiedades intelectuales bien establecidas en sistemas anteriores, Nintendo se dispuso a sacarle provecho a su nuevo bebé llevando a él aquellos títulos que antaño brillaron tanto en entornos caseros como portátiles. Fue así como tuvimos Mario Kart Super Circuit, Metroid Fusion y Metroid: Zero Mission, así como un par de entregas de F-Zero (más una que sólo salió en Japón). Obviamente, no podía faltar un Zelda, por lo que pudimos disfrutar The Legend of Zelda: The Minish Cap, en donde logramos dimensionar mejor a Link y su entorno. El llamado GBA en forma abreviada también es el hogar del seguimiento que le dio Igarashi a Castlevania: Symphony of the Night con una gran trilogía: Aria of Sorrow, Circle of the Moon y Harmony of Dissonance. Aunque esta saga siguió creciendo en otras consolas, logró consolidarse en esta portátil y dejó una huella imborrable.

El Game Boy Advance también fue un terreno perfecto para darle paso a una gran cantidad de remakes y re imaginaciones de las franquicias más populares de la marca. Tal vez te haya parecido raro que en el párrafo anterior no haya mencionado ningún juego canónico nuevo de Mario. La razón es muy sencilla: no salió ninguno para esta consola, lo cual la convierte en la única en la historia de Nintendo con esa condición. Sin embargo, el plomero no hubiera podido estar completamente ausente de este icónico sistema, por lo que Nintendo decidió hacer una tetralogía llamada Super Mario Advance, la cual se encargó de dar una vuelta de tuerca a las entregas 2 y 3 de NES, así como a las 2 de Super Nintendo.

En la primera parte se agregó la necesidad creada de recolectar 5 monedas en cada nivel, con lo cual ya el chiste no es solamente superar la escena, aunque si no eres completista lo puedes hacer sin problema. Curiosamente, la segunda y tercera partes son las entregas de Super Nintendo. En el caso de Super Mario Advance 2: Super Mario World, se incluyeron voces y la posibilidad de cambiar entre Mario y Luigi en el mapa. Además, el hermano de Mario tiene las mismas habilidades que en Super Mario Bros. 2, por lo que sus saltos más altos resultan muy útiles. Super Mario Advance 3: Yoshi’s Island quizás sea el que tiene cambios menos notorios, aunque sí incluyó algunos elementos nuevos en el mapa y se alcanza a percibir una ligera mejoría gráfica.

Para la cuarta entrega, la cual está basada en la versión de Super Mario Bros. 3 incluida en Super Mario All Stars, Nintendo echó toda la carne al asador. Además de incluir las ya mencionadas voces y la opción de jugar el Mario Bros. original (que, por cierto, se incluyó en todas las partes de la tetralogía), implementó el uso del Nintendo e-Reader, un periférico que puede leer tarjetas cuyo contenido afecta lo que sucede en el juego. Estas tarjetas le dieron un giro muy interesante al mejor juego de Mario de la historia, ya que con ellas podías jugar niveles adicionales, ver trucos de los desarrolladores para ciertos puntos del juego, utilizar power ups distintos, como la capa de Super Mario World o cambiar algunas mecánicas del juego. La verdad no recuerdo si alguna vez vi alguna de estas tarjetas pero, a juzgar por el uso que tenían, son el antecedente de los Amiibo. De modo que la decisión de Nintendo no fue tan mala. Es cierto que no tuvimos juegos de Mario completamente nuevos, pero sí con adiciones interesantes que provocan ese sentimiento extraño de novedad dentro de lo conocido en el cual la gran N se ha especializado con el paso de los años.

Como era de esperar y dadas las capacidades del sistema, muchas joyas del Super Nintendo volvieron a brillar con una versión Advance, como la trilogía de Donkey Kong Country o la saga de Final Fantasy, que tuvo 5 entregas. Lo mismo ocurrió con Contra, que en este caso se llamó Contra Advance: The Alien Wars EX. Es un caso curioso, ya que en esta versión se omitió el segundo espacio para el arma y las bombas. Lo mismo pasó con las escenas en Modo 7, las cuales fueron reemplazadas con niveles de Contra: Hard Corps, la entrega de SEGA Genesis. Aunque el juego no deja de ser bueno, nadie entendió por qué Konami decidió hacerle cortes tan drásticos. No creo que se haya debido a limitaciones técnicas de la consola.

Otra joya que, si mal no recuerdo, fue el primer título que probé en la consola, fue el remake de The Legend of Zelda: A Link to the Past. Venía con otro juego llamado Four Swords, que la verdad es que no me interesó mucho. Un amigo me había prestado su consola y lo que yo más quería era experimentar de forma portátil el que para mí es el mejor Zelda de la historia. Lo disfruté mucho a pesar de que no le agregaron gran cosa más allá de la voz de Link, pero es un juego tan maravilloso que cualquiera de sus versiones vale la pena.

Es una saga tan buena, que con ella no extrañamos un juego nuevo
Es una saga tan buena, que con ella no extrañamos un juego nuevo

Compatibilidad y accesorios

Aunque más bien es un accesorio del GameCube, para mí el Game Boy Player es una maravilla. Nintendo ya había tenido éxito con el Super Game Boy, por lo que era de esperarse que este periférico también la rompiera. Además es compatible con todos los títulos de la familia Game Boy, así que constituye lo mejor de ambos mundos. Aparte del e-Reader ya mencionado, tal vez los 2 aditamentos más útiles sean el Wireless Adapter para partidas entre varias consolas y el Nintendo GameCube - Game Boy Advance Link Cable, con el que es posible interactuar con algunos títulos de la consola casera como The Legend of Zelda: Four Swords Adventures y Wind Waker, así como Final Fantasy Crystal Chronicles. Recuerdo haber usado el cable con Four Swords Adventures y me pareció que la integración está muy bien hecha. Por poner un ejemplo, cuando Link entra a algún interior (valga la redundancia), la acción se traslada a la pantalla de la portátil, además de que ésta se usa como control.

Como sucedió con el Game Boy original, para el Game Boy Advance aparecieron dispositivos un poco extraños y no oficiales, entre los cuales el más llamativo es el Glucoboy, que se lanzó en Australia y servía para monitorear los niveles de glucosa en la sangre de niños diabéticos. No sólo era eso, sino que traía juegos cargados para que los pequeños se entretuvieran. ¿No te encantaría tener un glucómetro interactivo con tus juegos favoritos cargados? Suena raro, pero da gusto ver cómo la creatividad nos lleva a estirar la liga para encontrar usos muy provechosos en ciertos dispositivos.

Uno de los mejores periféricos que ha hecho la marca
Uno de los mejores periféricos que ha hecho la marca

De lo mejor para llevar

Desde su primera versión, el Game Boy tuvo como punto fuerte de venta el hecho de ser portátil. A muchos nos voló la cabeza poder llevarnos a Mario, Link, Samus y demás personajes en el bolsillo. Pasaron los años e irremediablemente la tecnología mejoró y Nintendo puso en nuestras manos el mejor Game Boy que pudiéramos tener. Todos sabemos que el Nintendo DS también llegó a revolucionar el mundo de las portátiles, pero la historia escrita por el Game Boy desde aquel famoso tabique hasta la culminación con el Game Boy Advance SP (ya con backlight, por fin) marcó el camino para lo que vino después. Si tienes un Game Boy Advance, atesóralo y cómprale juegos. Pocas consolas tienen una oferta de ese calibre y, sobre todo, con tal calidad de juegos. Nos leemos en el próximo #ViernesRetro.

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