Sí, compramos juegos incompletos

¿Internet nos ha convertido en gamers conformistas o reaccionarios?


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La emoción que se siente cuando tienes en tus manos un juego nuevo, lo abres, lo ojeas, lo hueles y después lo pones en tu consola para jugarlo, es simplemente indescriptible... hasta la fecha. Sin embargo, creo que antaño esa sensación era mucho más intensa. El cartucho o disco aún envuelto con celofán esperando a ser abierto tenía un valor incalculable. Sabías que tenías en las manos un objeto de gran significado que no todos podrían agregar a su colección. Era un tesoro muy preciado que no tenía contraparte digital ni se podía adquirir de ninguna otra manera. La fiebre por una franquicia se acrecentaba con la llegada de más entregas, las cuales todos queríamos tener para seguir disfrutando las aventuras de aquellos personajes que nos habían cautivado con su primera aparición.

En la era preInternet, las expansiones de los títulos llegaban en forma de secuelas o con un apellido distinto. Tenemos el caso de Mega Man, que en el NES tuvo 6 entregas y también el de Street Fighter II, que tuvo un buen número de versiones previas a la llegada de la tercera parte. Otro ejemplo muy cercano para mí es Adventures of Lolo, el cual sólo tuvo 3 iteraciones en NES y una más en Game Boy para después desaparecer tristemente. Creo que si hubiera salido en estos tiempos, sería un solo juego.

Una saga de la cual ya nunca se supo nada
Una saga de la cual ya nunca se supo nada

Con la red de redes llegó la posibilidad de ofrecer contenido descargable, el cual en algunos casos se ofrece de forma gratuita y en otros a cambio de un costo que no siempre es razonable y que tienta al jugador como si fuera una zanahoria frente a un burro. Creo que quien tiene la peor fama a este respecto es Capcom, que es algo así como el Subway de los videojuegos, ya que te cobra por todo. Mi opinión es que, si se trata de algo fundamental para disfrutar el juego, no deberían cobrarlo aparte, pero si son sólo de coleccionables que en el fondo sabemos que no sirven para nada, entonces no lo veo tan grave.

Un esquema que me gusta mucho es el de darle al jugador la posibilidad de desbloquear contenido simplemente jugando o adquirirlo como DLC. Me parece muy adecuado que existan las 2 posibilidades: una para los desesperados que lo quieren todo rápido y fácil y otra para los que gustan de los buenos retos y están dispuestos a dejar su vida en el control con tal de ver su inventario lleno o abrir la puerta de ese nivel secreto que los tiene intrigados.

Caso aparte son las expansiones, en donde para disfrutar de un epílogo, niveles extra o conocer el verdadero final de la historia a la cual le hemos dedicado tantas horas, debemos desembolsar algunos centavos. La primera y única vez hasta ahora que he hecho eso fue con Breath of the wild, porque quería tener “the whole enchilada”, además de que lo ofrecido en los paquetes me pareció lo suficientemente atractivo y razonable en proporción con su precio.

Varias horas de contenido extra hacen que valga lo que cuesta
Varias horas de contenido extra hacen que valga lo que cuesta

El asunto no se queda nada más en los DLC, sino que el recurso de la red se ha utilizado para acelerar la salida de algunos títulos en su formato físico. Lo que sucede es que el disco que compras no contiene el juego completo o bien requiere una actualización del sistema para funcionar. Es el caso de Halo Infinite, del cual se ha estado hablando recientemente y que ha despertado cierto descontento en los fans. Honestamente, yo no soy seguidor de la franquicia, pero me llamaron la atención varias notas que dicen que la versión física de la más reciente aventura del Master Chief no está completa, sino que se hace necesaria una descarga. Aquí hay varias cosas que mencionar. Primero, se está asumiendo que todos los usuarios tienen acceso a Internet, lo que no necesariamente es una regla. En segundo lugar, el valor del disco se deprecia al no tener el producto completo, de modo que si el usuario quiere vender o cambiar su juego, debe notificarle al nuevo dueño acerca de esta situación. Tercero, la inversión de Microsoft para producir copias físicas de su título estelar tal vez no se recupere con las ventas del mismo, sino que los usuarios podrían inclinarse a la versión digital, la cual evidentemente sí está completa.

Todo esto me recordó un caso con el cual hice algunos corajes. Como ya lo sabes, soy fan de Resident Evil, especialmente de la cuarta parte, por lo que cuando vi un triple pack con las entregas 4, 5 y 6 pensé que era algo muy atractivo. Mi sorpresa se convirtió en decepción cuando descubrí que sólo el 4 viene en formato físico y el 5 y el 6 se deben descargar por medio de un código. Este “paquete” cuesta $60 USD; es decir, es full price y los juegos por separado cuestan alrededor de $20 USD cada uno. Me parece un golpe bajo por parte de Capcom, ya que se aprovechó de la gran fama de Resident Evil 4 para vendernos humo. Es cierto que para muchos fans las partes 5 y 6 son de lo peor de la franquicia, pero aún así me parece un movimiento bastante desafortunado. ¿Compraste ese paquete? Cuéntame en los comentarios.

¿Será que sólo por el 4 vale la pena?
¿Será que sólo por el 4 vale la pena?

Dejando a un lado este penoso caso y volviendo al de Halo Infinite y otros tantos con las mismas o similares características, ¿realmente es tan malo que el disco no tenga la información completa? ¿Es un timo? ¿Un abuso? Creo que la respuesta puede variar, pero desde el punto de vista de Microsoft puede funcionar como un experimento muy provechoso. Si las cosas salen como ellos lo esperan y los usuarios se conforman con descargar gran parte del título para poder disfrutarlo completamente, entonces sabrán que es un modelo que se puede reproducir con buenos resultados. Sin embargo, a juzgar por las reacciones que he podido recoger acerca del tema, me parece que no es la mejor forma de manejar el lanzamiento de un juego ni mucho menos de uno de ese calibre. Es muy probable que más adelante se lance una versión física completa con la que se apague el fuego que ahora arde cual llama olímpica, pero esta primera impresión puede ser muy dañina para la compañía.

Soy de la opinión de que, si estás pagando por un juego AAA completo, eso es justo lo que debes llevarte a casa. En los últimos años me he vuelto más fan de lo digital que de lo físico, salvo en algunos casos especiales, pero a lo que voy es a que los que gustan de coleccionar copias físicas de sus títulos deben seguir teniendo la posibilidad de hacerlo. Entiendo que lanzar un juego en ese formato representa costos, pero un buen estudio de mercado y estrategias sensatas de distribución pueden subsanar esas inversiones. Creo que, al final del día, estamos hablando de negocios que deben buscar la manera de seguir sosteniéndose, pero considero que en el caso particular de los videojuegos es importante que se piense en el usuario final, ya que finalmente de éste depende que todo lo demás funcione.

El “Halogate” presenta una circunstancia que ya se ha visto antes, pero no por eso deja de ser importante hablar de ella y tomar una postura. Es un hecho que nuestros hábitos de juego han cambiado. Las tendencias nos han obligado a abordar este glorioso pasatiempo de distintas maneras, pero lo que nunca debe perderse es la búsqueda de la satisfacción de aquel que está sujetando el control y que le da sentido a cada proyecto que se pone sobre la mesa. ¿Qué te parece la situación de Halo Infinite? ¿Es muy grave que el disco no tenga el juego completo? Cuéntame en los comentarios y te espero la siguiente semana.

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