En la industria de los videojuegos hay algunas prácticas que tienen sentido desde la óptica del negocio, pero no siempre son bien recibidas por los jugadores. El cobro del componente online en consolas, las franquicias con lanzamientos anuales o el constante desarrollo de remasters y remakes; ejemplos sobran. Si bien cada uno de esos temas es interesante, vamos a enfocarnos en el tercero, porque es el que más crecimiento reciente ha tenido y el que está causando mayor controversia. Y es que mientras algunos gamers aman reencontrarse con sus héroes de la infancia y aprecian la oportunidad de jugar títulos de antaño con gráficos en alta definición, otros consideran que la renovación es un desperdicio. Ante dicho contexto es inevitable preguntar si los remakes y remasters son algo positivo para la industria.
¿Cuál es la diferencia entre uno y otro?
Antes de abordar la polémica, es necesario hacer un par de aclaraciones. Un remaster es un juego que supone una mejora audiovisual y de rendimiento notable con respecto a la primera versión, en la forma de nuevas texturas; mayor resolución y/o cuadros por segundo; o pistas mejor ecualizadas, pero sin cambiar la experiencia básica. De hecho, los títulos remasterizados son trabajados sobre los mismos assets que el juego original y son llevados a una nueva consola para que se vean y se sientan mejor, gracias a la nueva tecnología. BioShock: The Collection es un paquete que incluye versiones gráfica y técnicamente mejoradas de la trilogía lanzada entre 2007 y 2013, así como todo el contenido descargable de las primeras 2 entregas, nuevos coleccionables y un modo Director’s Cut con comentarios del director Ken Levine y del director artístico Shawn Robertson. A pesar de que la colección añade algunas características extra, en general, la experiencia (gameplay, estilo y diseño de juego, narrativa, etc.) no cambia con respecto a la ofrecida en las consolas de séptima generación.
Por otra parte, un remake es un juego que, a pesar de estar basado en una idea precedente, es trabajado desde 0, independientemente de si el producto final ofrece una experiencia similar o un poco diferente a la primera. Lo único que se mantiene es la esencia del diseño y gameplay originales. Por ejemplo, Tomb Raider: Anniversary de Crystal Dynamics retoma las ideas de la aventurera Lara Croft y la exploración de lugares antiguos, pero esas son prácticamente las únicas similitudes con sus contrapartes de los 90: la narrativa, el diseño de arte, personajes y niveles, por supuesto los gráficos y hasta algunas mecánicas de juego son distintas.
A pesar de que tanto los remasters como los remakes buscan revivir franquicias, los objetivos y los procesos de trabajo son diferentes y, por lo tanto, también la inversión de tiempo y capital. Aclarada la diferencia entre estos 2 tipos de desarrollo de juego, ya se puede empezar a analizar, en primer lugar, su razón de existencia; y en segundo, su utilidad para la industria y la comunidad.
La nostalgia es poderosa
La razón principal por la que existen este tipo de juegos es porque los fans quieren volver a jugarlos y porque están dispuestos a pagar por ello. Nostalgia, le llaman algunos. Según la Real Academia de la Lengua Española, la nostalgia es “una tristeza melancólica originada por el recuerdo de una dicha perdida”. En la actualidad, el significado está ligeramente tergiversado, pero la idea es clara: el gamer aprecia sus memorias de cuando jugaba de pequeño, porque usualmente la niñez es recordada con mucho cariño. Los usuarios piden y los desarrolladores entregan en un simple ejercicio de oferta y demanda.
Después del gran recibimiento que tuvo el anuncio del remake de Shadow of the Colossus durante el E3 2017, Shuhei Yoshida, presidente de Sony Worldwide Studios, declaró que “en los equipos de desarrollo de Sony se la pasan genial rediseñando y trabajando en remasters y remakes de los grandes clásicos con la tecnología más actual posible. Es por eso que no han dejado de pensar en seguir por ese camino. Sin embargo, todo depende de las peticiones de los jugadores”.
Ahora bien, es importante hacer énfasis en que los gamers no solo quieren volver a jugar como en su niñez, sino que quieren experimentar lo mismo que en aquel momento. Aunque parezca pequeño, este detalle es fundamental y la razón por la que los juegos antiguos son mejorados técnica y visualmente, en lugar de que simplemente sean porteados a una nueva consola. La tecnología envejece y no todos disfrutan un título que no esté a la altura del estándar de calidad actual; aun cuando lo hayan disfrutado muchísimo hace años.
Antoine Routon, director técnico del juego de puzzle Lara Croft GO explicó en una entrevista que el proceso de crear un remake (en este caso, de Tomb Raider) es muy parecido al impresionismo. “En lugar de copiar literalmente la realidad…se trata solo de capturar la esencia de algo. Queremos hacer juegos que te hagan sentir ahora lo que sentiste cuando los jugaste en su momento”.
Sí, muchos gamers quieren volver a disfrutar sus juegos favoritos, pero no muchos están dispuestos a hacerlo sin mejoras sustanciales en el nuevo producto. Pokémon es un gran ejemplo de este fenómeno: las primeras versiones Red y Blue rompieron con todo tipo de esquemas y proyecciones, por eso vendieron más de 30 millones de copias desde su lanzamiento en 1996. En 2004, los remakes Fire Red y Leaf Green mantuvieron las ideas del juego pero trabajaron sobre plataforma y motor gráfico diferentes, añadieron contenido nuevo (las islas Sevii y el Pokédex expandido no estuvieron en los juegos originales, por obvias razones) y vendieron 12 millones de copias. Por último, en 2016, las versiones originales fueron relanzadas para el 3DS a través de la Virtual Console y vendieron “solo” 1.5 millones de copias. De estos números se puede interpretar un par de cosas: en primer lugar, que a 20 años de su lanzamiento, aún hay millones de personas dispuestas a jugar las primeras versiones de Pokémon. Sin embargo, el número de copias vendidas palidece con respecto al que lograron los remakes de 2004. El usuario está a dispuesto a pagar por productos que ya conoce y que recuerda con cariño, pero en general busca un cambio importante.
Por otra parte, ¿acaso solo los antiguos fanáticos pueden disfrutar versiones retrabajadas de juegos? Esta polémica pregunta fue respondida por un integrante de Santa Monica Studio después de que el anuncio del remaster de God of War III fuera tan mal recibido en el PlayStation Blog.
“Los entendemos y está bien, el remaster nos permite abrir la puerta a nuevos jugadores que no pudieron disfrutar de God of War III hace 5 años, pero que ahora podrán hacerlo en el PS4”, aseguró Aaron Kaufman, integrante del equipo de desarrollo, en uno de los comentarios. “Muchas veces, la gente olvida que entre más jugadores podamos atraer a una franquicia, mejor para todos”.
Después de esta aclaración, la reacción al anuncio empezó a ser más positiva, pues los usuarios empezaron a ver el remaster desde otra perspectiva: no toda la comunidad tiene la misma edad ni puede jugar todo al mismo tiempo. Sí, muchos fanáticos estuvieron con Kratos en el PS3, pero muchos otros se lo perdieron porque no tuvieron la consola, el dinero, el tiempo o el interés.
Chrono Trigger, considerado uno de los mejores juegos de la historia, fue lanzado para el NES en 1995. Una buena cantidad de gamers activos hoy día aún ni estaban vivos en ese año, por lo que las posibilidades de que conozcan el título son relativamente bajas. ¿La solución? Square Enix lanzó en 2008 una versión mejorada para el Nintendo DS, que si bien no es un remaster, sí incluyó mejoras en el gameplay, cambios en la calidad del producto y hasta contenido extra. Así, los nostálgicos pudieron volver a disfrutar tanto como lo hicieran en su momento y una de las franquicias más alabadas de la historia pudo ser experimentada por una nueva generación. El éxito moderado que tuvo Chrono Trigger llevó al distribuidor asiático a continuar y mejorar la tendencia: en 2013 lanzó un remaster en conjunto de Final Fantasy X y Final Fantasy X-2; en julio de 2017 lanzó el remaster de Final Fantasy XII: The Zodiac Age; y el remake de Final Fantasy VII está en pleno desarrollo. Todos estos títulos, aunque muy buenos, son relativamente viejos, por lo que las versiones actualizadas permiten y permitirán que una nueva generación de gamers los conozca.
Revivir los mejores juegos
El PS4 es, sin duda, la consola más criticada por “abusar” de este tipo de juegos. Según el agregador de calificaciones Metacritic, 3 de los juegos mejor calificados de esta plataforma desde su lanzamiento son remasters: Grand Theft Auto V con 97, The Last of Us Remastered con 95 y Journey con 92. La sección de PS3 del sitio revela que sus contrapartes de generación pasada tienen exactamente la misma calificación, lo que indica que los desarrolladores tomaron 3 excelentes juegos y los mejoraron para que más gente pudiera jugarlos, en una nueva consola y con mejoras visuales y técnicas.
No es coincidencia que la mayoría de los remakes y los remasters que salen a la venta sean tan conocidos, pues los distribuidores eligen cuidadosamente un título o una franquicia que apele tanto al cariño del consumidor como a la alabanza de la crítica. En efecto, puede parecer que la industria ha reciclado muchas IPs en los últimos años, pero la parte que no hay que olvidar es que, en general, se trata de juegos sobresalientes sin importar si son muy nuevos o muy viejos. Gears of War Ultimate Edition de Xbox One o The Legend of Zelda: Ocarina of Time 3D de Nintendo 3DS permitieron conocer al legendario Marcus Fenix en Full HD y al mágico reino de Hyrule en tercera dimensión, por lo que los gamers pudieron vivir estas franquicias de una manera corregida y aumentada.
Halo: The Master Chief Collection incluso fue un paso más allá, ya que dejó al jugador cambiar entre los gráficos originales y los mejorados con un solo botón. Nostalgia es ver qué tan lejos ha llegado la tecnología como para observar a Master Chief original pasar de ser un humanoide poligonal a un soldado espacial con tanta calidad gráfica que puede protagonizar una película de Hollywood. Y por supuesto, poder vivir la historia de la misma manera que en 2001 cuando fue lanzado el primer juego.
“Con cada título de la colección, nuestra meta fue mantenernos fieles al espíritu del gameplay original”, comentó Dan Ayoub, productor ejecutivo de 343 Industries, en una entrevista. “La habilidad de cambiar [entre los gráficos nuevos y viejos] fue importante para nosotros porque es una gran manera en que la gente puede revivir sus memorias y disfrutar cómo se veía el título cuando lo jugaron hace una década”.
Un remake o un remaster puede estar basado en un juego de 3, 5, 10 o 15 años de antigüedad. Mientras el producto original tenga calidad y los desarrolladores lo traten con el respeto que merece —sin olvidar lo que lo hizo entretenido en primer lugar—, hay una buena probabilidad de que el nuevo producto también termine siendo bueno.
Recursos bien invertidos, todos ganan
La más grande crítica que reciben los remasters y los remakes es que “quitan tiempo a los desarrolladores de trabajar en nuevas ideas”. “Si Santa Monica Studio no hubiera perdido tiempo en el remaster de God of War III, quizá ya tendríamos el cuarto [juego] en nuestras manos” es una frase que escuché más de una vez cuando Sony anunció durante el E3 2016 el esperado regreso de Kratos. En el caso de los remasters, la realidad es que muy pocos estudios se enfocan en las reinvenciones de sus títulos y más bien dejan esa tarea a otros que se dedican (casi) exclusivamente a ese tipo de desarrollo. God of War III Remastered fue trabajado por Wholesale Algorithms, no por Santa Monica Studio; y Call of Duty: Modern Warfare Remastered fue trabajado por Raven Software, no por Infinity Ward, por ejemplo. Esto quiere decir que, en realidad, los grandes estudios no suelen perder mucho tiempo ni recursos trabajando en juegos viejos; así que no hay peligro de que estos quiten espacio a las nuevas ideas. En la mayoría de los casos, equipos como Bluepoint Games se dedican a tomar el trabajo ya hecho por el equipo original y solo aseguran que se vea y se sienta mucho mejor en una nueva plataforma.
Los remakes son diferentes, pues requieren mucho más labor al tener que trabajarse desde 0 y tal vez incluir contenido nuevo. No obstante, al ofrecer una experiencia diferente, el producto final es mucho más que una simple mejora visual. En el caso de Ratchet & Clank, Insomniac Games tomó un juego propio con 14 años de antigüedad y lo mejoró prácticamente en todos los aspectos, brindando nueva vida a una serie que se estaba quedando en el olvido. “Ratchet & Clank es un nuevo juego que toma ciertos elementos del original”, explicó Shaun McCabe, director de producción, en una entrevista. “Con lo que terminamos fue con un juego nuevo que marca un inicio nuevo para la pareja”. El remake tiene más del doble de armas que el original, mejora muchas de las mecánicas (como las de apuntar y disparar) y cambia muchos de los elementos de la narrativa. En combinación con su grandiosa calidad gráfica, es injusto decir que este juego es igual a su contraparte de PS2. La calificación de 85 de Ratchet & Clank en Metacritic indica que ofrece una experiencia que vale cada minuto y dólar que se gastó en su desarrollo.
Además de que este tipo de producción es más barata para los estudios que crear una nueva IP (puesto que pueden reutilizar material ya existente), también ayuda al bolsillo del gamer. Una de las ventajas que ofrecen las versiones retrabajadas de franquicias completas es que muchas veces se venden en conjunto. El consumidor puede disfrutar sus títulos favoritos con gráficos y mecánicas actualizadas y también en un cómodo paquete que ofrece practicidad y conveniencia tanto para jugar como para ahorrar dinero. BioShock: The Collection con 3 juegos; Halo: The Master Chief Collection con 4 juegos y Kingdom Hearts 1.5 + 2.5 ReMIX con 4 juegos y 2 películas; son algunos ejemplos de bundles que incluyen 3 o más títulos que en su tiempo se vendieron por separado y ahora lo hacen juntos por el precio de uno solo.
Por otra parte, guste o no a la comunidad, la industria de los videojuegos es un negocio. Es por ello que los distribuidores solo eligen revivir franquicias que, además de calidad, aseguren el éxito financiero. Y en este sentido, los remasters y remakes han resultado muy redituables.
Crash Bandicoot N. Sane Trilogy es, a poco más de un mes de lanzamiento, el juego más vendido en Amazon UK y el noveno más vendido en Amazon México este año; fue el juego más descargado de julio en la PS Store y lleva 5 semanas en el primer lugar de ventas en el Reino Unido. Resident Evil HD Remaster es el título mejor vendido (digitalmente) en la historia de Capcom y The Legend of Zelda: The Wind Waker HD es el noveno juego más vendido para el Wii U.
Por supuesto, números tan notables son muy atractivos para los distribuidores y los estudios de desarrollo. Durante el último reporte de resultados de Activision Publishing, el director general Eric Hirshberg aseguró que el éxito de Crash Bandicoot sobrepasó todas las expectativas de la compañía.
“[Remasterizar y reinventar juegos] es una estrategia que definitivamente tiene nuestra atención. Creo que pueden estar seguros de que habrá más actividad como esta de nuestra parte, con grandes IPs”, declaró el ejecutivo.
Crash Bandicoot es solo una petición más de una larga lista de franquicias que miles de fanáticos quieren experimentar en sus consolas de última generación. Naturalmente, otra de ellas es Spyro the Dragon, la cual también pertenece a Activision y puede ser la próxima en recibir el mismo trato que la del marsupial. Los fans del carismático dragón están encantados con la idea y esto demuestra que el ciclo de desarrollo y venta de remasters/remakes es sano para la industria de los videojuegos. El éxito en ventas de estos títulos retrabajados abre la puerta para que obras maestras de años pasados puedan ser disfrutadas ahora. Final Fantasy VII, System Shock y Shadow of the Colossus serán pronto realidad… ¿quién sabe qué más pueda llegar en el futuro?
Optimismo precautorio
Para que un proyecto tenga buena recepción por parte de la audiencia, debe ser examinado cuidadosamente durante todo el proceso. Es digno de aplausos que los distribuidores revivan viejos héroes, siempre y cuando les brinden el respeto que merecen. Los desarrolladores deben tener muy claro por qué ciertos títulos fueron tan exitosos en su tiempo y trabajar para recrear ese encanto.
Un remake o un remaster serán positivos solo si el desarrollador los trabaja como si de un juego nuevo se tratara; con sumo cuidado en el más mínimo detalle, desde el nacimiento de la idea hasta la postproducción. Cuando no se persigue un estándar de calidad o simplemente hay una actitud irrespetuosa hacia el concepto original, el resultado puede ser desastroso.
Assassin’s Creed: The Ezio Collection recibió muchas críticas debido a que tenía bugs en el gameplay, glitches visuales y problemas de rendimiento, aunque afortunadamente Ubisoft corrigió todo con un parche. Según fanáticos, Silent Hill HD incluso empeoró con respecto al producto base, debido al fatal manejo de los efectos en luces, sombras y agua; y también porque la reducción de la niebla eliminó la tensión constante en la que te mantenía el juego. Sin el factor miedo/suspenso, ¿un juego puede ser considerado Silent Hill? Bomberman Act Zero quiso modificar demasiado de lo que hizo popular a la franquicia en primer lugar (y por demasiado me refiero a casi todo), al cambiar el caricaturesco diseño de personajes por un intento de diseño cyberpunk de baja calidad. Por supuesto, todos estos juegos fueron recibidos muy mal por la crítica y la comunidad. Casos como estos demuestran que no todos los títulos reinventados van a tener éxito simplemente por apelar a la nostalgia. Y aunque, afortunadamente, no hay tantos remakes o remasters decepcionantes, deben ser un recuerdo constante para que el desarrollador no olvide que a este tipo de IPs hay que tratarlas con pinzas.
En conclusión, a pesar de que los remakes y los remasters son duramente criticados por una parte de la comunidad, mientras se les trate con cuidado y respeto, prácticamente no tienen desventajas. La opinión pública y los números lo demuestran: este tipo de juegos son convenientes para la industria de los videojuegos. Lo único que pedimos los gamers es que las nuevas versiones nos hagan disfrutar tanto como las originales.
Hola amigos, mi nombre es José Eugenio Moto Fernández. Tengo 26 años, me gradué con excelencia académica de la carrera de Ciencias de la Comunicación y tengo el honor de llevar trabajando casi 5 años en el periodismo de videojuegos. A lo largo de todo este tiempo, he realizado artículos, especiales, análisis, reseñas e investigaciones sobre mi tema favorito y toda la industria que gira a su alrededor. He tratado de usar mi posición mediática para ayudar a que desarrolladores pequeños (indies) sean más conocidos. Ahora, en LEVELUP, tendré la oportunidad de que todos ustedes me lean y me brinden sus ideas. Estoy emocionado de escuchar sus opiniones.
Comentarios
Mejores
Nuevos