Yo solía ser de esos que miraba los videos de reacciones graciosas a la realidad virtual con un dejo de condescendencia, como pensando que esos vergonzosos episodios sólo ocurrían a la gente ajena a la tecnología, no a los gamers. Hasta hace algunos años, tenía la equivocada noción de que la única diferencia real entre jugar en un televisor y hacerlo con una gafa, sería traer la pantalla suficientemente cerca de los ojos como para dejarte ciego y escandalizar a tu abuela de paso.
Cuán grande fue mi sorpresa, entonces, al sentir vértigo durante mi sesión con Eagle Flight en el pasado E3. Nunca fui fan de los juegos mecánicos. La única vez que me subí al Superman en Six Flags, me bajaron de la atracción como a Jesús de la cruz. El Centro de Convenciones de Los Ángeles era, desde luego, el último lugar donde esperaba toparme con las sensaciones asociadas con las montañas rusas, después de todo, existe tanto bullicio que incluso probar los juegos más ruidosos es una experiencia disociada y poco envolvente. Pero la realidad virtual es diferente... muy diferente.
La realidad virtual es diferente
No me desmayé al usar Eagle Flight y tampoco empecé a patalear gritando. De hecho, a los pocos minutos, logré disfrutar la experiencia tanto o quizá más que cualquier otra que hubiera tenido en el evento, a pesar de lo simple que era. Pero esa extraña sensación de electricidad en el estómago que yo pensé jamás sentir fuera de una atracción mecánica, me hizo reflexionar sobre la extraordinaria capacidad de dicha tecnología para engañar a la mente y sobre los efectos que la realidad virtual podría tener sobre el cerebro. Por ejemplo, si jugara Eagle Flight lo suficiente, ¿dejaría de sentir vértigo al subirme al Superman en la vida real? Más interesante aún: ¿la realidad virtual podría curar otra clase de miedos o, por el contrario, generarlos? ¿Qué pasaría si me mareara y siguiera jugando? ¿Y los ojos... qué hay de los ojos?
Puede parecer prematuro para dar respuesta a varias de las interrogantes, pero lo cierto es que ésa y otras preguntas resultan fascinantes y por eso me di a la tarea de investigar lo que los especialistas en el estudio del cuerpo humano piensan sobre la realidad virtual, lo que les preocupa y lo que los motiva de ella.
¿QUÉ HACE LA REALIDAD VIRTUAL A TUS OJOS?
El efecto nocivo mejor documentado y más conocido de la realidad virtual es la "ciberenfermedad" o cybersickness que ocasiona mareo luego de ponerse una gafa de realidad virtual y jugar por un lapso que varía entre persona y persona, edad y edad. De acuerdo con algunos estudios, al menos la mitad de la gente pasa por esto y es un asunto complicado, no nada más involucra los ojos. Sospecho que de primera instancia, Eagle Flight se presta para esperar una reacción adversa del cuerpo; no obstante, quienes la padecieron con mayor intensidad fueron los que probaron Resident Evil 7: Biohazard.
Esta sensación, que por cierto resulta similar a la que experimentan los pilotos de avión en sus simuladores, tiene más de una posible explicación. La primera alude a defectos en el diseño de la tecnología misma. En otras palabras, que la frecuencia con la cual la computadora actualice las imágenes para estar a la par con los movimientos de tu cabeza sea más lenta de lo que el cerebro necesita.
Otra teoría tiene que ver con un conflicto sensorial, es decir, mientras tus ojos te dicen que te estás moviendo, tu oído no detecta tales estímulos y hay un problema. "Tu sentido del balance es diferente a otros en cuanto a que tiene muchas entradas.", explica el profesor de otorrinolaringología de Harvard, Steven Rauch. "Cuando esas entradas no se ponen de acuerdo, te sientes mareado y con náusea.", añade.
Y la última hipótesis sostiene que tu cuerpo adopta poses inestables ante los estímulos visuales de movimiento cuando juegas con realidad virtual o incluso con juegos tradicionales, lo que causa el mareo y la sensación como de salirse del planeta mientras devuelves el desayuno en el proceso. Y la verdad es que sí, cuando uno juega con realidad virtual, no está tan consciente de dónde está parado y adopta posturas un tanto inusuales.
Sin importar cuál de todas las explicaciones sea la correcta, lo cierto es que se desconocen los efectos de la ciberenfermedad a largo plazo y la razón es muy simple: muy poca gente puede jactarse de haber usado realidad virtual frecuentemente por un lapso prolongado —entendiendo "prolongado" como años—. "Hacen falta estudios a largo plazo para entender el impacto completo.", declaró la doctora en ingeniería industrial, Kay Stanney. "En el ejército puedes permanecer hasta 12 horas en tierra luego de una simulación porque entienden que las secuelas son reales."
Las secuelas son reales
El mareo puede parecer inofensivo pero quienes lo hemos padecido incluso con juegos regulares, sabemos que es algo súper incómodo y altamente incapacitante. Y ése sólo es uno de los problemas. Existen otros como el de acomodación y convergencia. El proceso de acomodación y convergencia es aquel que le permite a tus ojos reaccionar ante ciertas señales del entorno para enfocar correctamente las cosas. El asunto es que, la pantalla de las gafas está a una profundidad fija, pero los objetos que aparecen en ella, no. Eso "obliga al cerebro del espectador a adaptarse artificialmente a señales conflictivas (...) esto contribuye a fatiga visual (algunas veces severa)", afirma el investigador de realidad virtual y visión computarizada de la universidad de Maryland, Gregory Kramida, en un estudio relacionado. ¿Es algo por lo que debes preocuparte antes de dormir? Parece que no, pero de nueva cuenta, no hay forma de conocer los verdaderos efectos por ahora. "Todo lo que he visto sugiere que este problema (de acomodación y convergencia) es a corto plazo y que reajustas cuando te quitas la gafa.", explicó Marty Banks, profesor de optometría de la Universidad de California. "Pero pienso que sería poco aconsejable decir que no hay un problema.", advirtió.
Y finalmente está mi favorito: los ojos de waflera. Esto está menos documentado pero suena perfectamente lógico. Resulta que, entre los pocos "afortunados" que ya pueden jugar con realidad virtual a placer y por periodos largos, hay quienes reportan el efecto rejilla o "screen-door effect" que consiste en percibir la retícula de pixeles en la mirada tiempo después de dejar de jugar. Esto no es nuevo y de hecho data de los primeros proyectores, pero ha vuelto a ser un factor cuando de realidad virtual se trata. "Todavía puedo percibir sutilmente la cuadrícula ahora, cuando cierro los ojos, a pesar de que tuve una buena noche de sueño." describió en su momento el editor de tecnología, Lee Hutchinson para el portal arstechnica. "[La retícula] está súper impuesta sobre el ruido habitual de mi retina o quizá es más apropiado decir que es una parte muy prominente de ese ruido—. Definitivamente es menos prominente que anoche, luego de 5 horas de juego, pero ahí sigue." ¿Qué pasará si experimentas esto con regularidad por 5, 10 o 15 años? ¿Se quedará la retícula ahí para siempre? ¿Habrá otro problema o siempre se quitará? Queda por verse. Lo alentador es pensar que las pantallas seguramente incrementarán su calidad con el tiempo y minimizarán este detalle.
Pero hablar solamente de los problemas sería tan reprobable como ignorarlos. La realidad virtual también promete mejorar la salud visual de la gente, dejando a los oftalmólogos instrumentar estudios más efectivos. El profesor de oftalmología clínica Felipe A. Medeiros, por ejemplo, probó un nuevo método de estudio con Oculus Rift que permite diagnosticar con mayor precisión el grado de pérdida de visión que sufre un paciente con glaucoma. "Las pruebas que solemos efectuar para evaluar pérdida de visión por glaucoma son estáticas, como campos perimétricos estándar. Planteamos la hipótesis de que usar estímulos dinámicos sería una manera más efectiva de evaluar qué tan dañada está la vista de un paciente de glaucoma.", explicó el doctor. "Yo veo la realidad virtual como una forma de probar cosas en un modo más real que nos permitirán evaluar cómo el daño visual afecta la habilidad de los pacientes para hacer las cosas. Por ejemplo, tenemos un complejo simulador de manejo en mi laboratorio; es un carro completo, así que la prueba es muy realista. Con la realidad virtual podríamos ser capaces de recrear una versión portátil de la prueba."
Otro asunto es el carácter artificial de la realidad virtual como cualidad para la vista dañada. Se lee contradictorio pero si hemos de conceder crédito a lo que el periodista Rafi Letzter reporta haber experimentado con el juego astronómico Universe Sandbox, parece que gente con algunas condiciones de la vista puede apreciar mejor ciertas distancias en realidad virtual que fuera ella. "No estoy seguro si fue que la pantalla izquierda de Vive proyectó algo directamente sobre el rango de vista súper cercana de mi ojo malo, si fue la luz brillante activando algún camino mental sin usar, la rareza del revoltijo de la realidad virtual, o algo más, pero el mundo repentinamente explotó en una dimensión que jamás recuerdo haber visto con tanta nitidez."
¿QUÉ HARÁ LA REALIDAD VIRTUAL A TU CEREBRO?
Otro frente de análisis de la realidad virtual, éste todavía más oscuro e inexplorado que el visual, es el neurológico. Todos hemos leído las advertencias de arranque en una consola o videojuego que avisan sobre episodios de epilepsia espontáneos, vinculados a videojuegos; yo personalmente he experimentado espasmos extraños en los dedos luego de temporadas muy pesadas de juego; y existe evidencia que apunta a cambios en el desarrollo del cerebro adolescente como producto de la práctica del juego.
Ahora bien, al igual que en el campo de la oftalmología, parece que los efectos a largo plazo de la realidad virtual en el sistema neurológico siguen siendo, en buena medida, una interrogante aunque condiciones como la ciberenfermedad pueden catalogarse como de corte neurológico y existen ya algunas investigaciones precursoras en ratones que dejan darnos una idea de lo que la realidad virtual puede hacerle al cerebro de un ser vivo.
Mayank Mehta, profesor de física, astronomía, neurología y neurobiología en la Universidad de California —casual— es uno de los pioneros en la materia. Lo que hizo fue poner a ratones de laboratorio a caminar por un corredor virtual y notó que 60% de las neuronas del hipocampo —la región del cerebro que ayuda a ubicar el cuerpo en el espacio— dejaban de operar, mientras que el resto registraba patrones de actividad atípicos, es decir, en vez de generar un mapa del entorno, el cerebro del ratón sólo llevaba cuenta de los pasos que daba. "El mapa del espacio queda totalmente destruido.", explicó Mehta.
Realmente no habíamos visto al cerebro comportarse así
La hipótesis es que, para crear un registro espacial del lugar en donde nos encontramos, el cerebro emplea algo más que apariencias, como sonidos o aromas, 2 elementos ausentes en realidad virtual. "¿Es eso bueno o malo? No está claro aún.", dijo. "Pero son cosas sorprendentes porque realmente no habíamos visto al cerebro comportarse así. Estaría más contento si se efectuaran más estudios para probar las consecuencias de la realidad virtual."
No todos son tan indulgentes, sin embargo. Rony Abovitz, director del startup de realidad aumentada, Magic Leap, advirtió a mediados del año pasado que la realidad virtual podía causar un espectro de déficits neurológicos temporales o permanentes. "El cerebro es muy neuroplástico y no cabe duda de que los sistemas tridimensionales estereoscópicos tienen potencial para causar cambios neurológicos. Personalmente he experimentado un número de estos problemas estereoscópicos y no usaría estos dispositivos, sabiendo especialmente que sistemas digitales de campo luminoso están en camino y son seguros." Con esto último, Abovitz se refería a holografía lo cual pone de relieve una agenda secundaria en su discurso alarmista: promover la realidad aumentada por encima de la virtual; sin embargo, no dejan de ser señalamientos inquietantes.
Un obstáculo en el estudio del cerebro bajo los efectos de la realidad virtual es que la imagen por resonancia magnética, uno de los instrumentos médicos más avanzados y completos para el análisis de tejidos —incluido el cerebro—, precisa que el sujeto esté quieto, lo cual es contrario a la práctica del juego en realidad virtual casi por definición.
Ahora bien, al igual que en el ámbito oftalmológico, en el neurológico existen beneficios potenciales asociados a la realidad virtual como herramienta. "En mi campo específico (neurocirugía), el desarrollo de simuladores virtuales para neurocirujanos es sin duda una gran herramienta para el entrenamiento de las habilidades que requieren de escenarios realistas para llevarse a cabo.", me explicó el neurólogo Carlos René Dominguez Herz. Y es que ya existe una tendencia muy marcada en medicina orientada a la modernización de la misma mediante nuevas tecnologías. Uno de los grandes impulsores de dicha ola es la fundación francesa MOVEO que hace algunos años capturó una cirugía ortopédica en tercera dimensión para después trasladarla a realidad virtual, dejando así a los estudiantes de medicina estar prácticamente presentes en el proceso de manera remota para aprender de ello.
"La realidad virtual permite al estudiante convertirse en un avatar del cirujano, estar virtualmente en la sala de operaciones.", declaró el doctor Thomas Gregory, profesor del hospital-escuela Georges Pompidou. "Un estudiante puede reproducir la cirugía a detalle y verla a través de los ojos del cirujano. Los cirujanos también pueden usar esto para observar y aprender de su trabajo." Caray, incluso ya hay simuladores de neurocirugía con base en realidad virtual como NeuroTouch, que es algo así como Surgeon Simulator, pero sin matar al paciente a propósito. A continuación un video de NeuroTouch con música clásica para que no te espantes con los sesos.
¿QUÉ HARÁ LA REALIDAD VIRTUAL A LA MENTE?
Con el inminente arribo comercial de la realidad virtual, cabe preguntarse cuál será el efecto que tendrá en nuestras conductas, en nuestra manera de ver el mundo, en la forma cómo interactuamos con otras personas, en nuestras relaciones y hasta en nuestros sentimientos porque no es ningún secreto que los vínculos afectivos actuales se han transformado gracias a la tecnología y resulta fascinante preguntarse cómo verán los bebés que nazcan hoy, las relaciones de amistad o noviazgo en un mundo con realidad virtual como parte de la dieta de entretenimiento y el repertorio de herramientas de comunicación.
Pero al igual que en las categorías anteriores, ni todo es completamente bueno, ni todo es completamente malo. Antes de pensar en estarte dando de besos babosos con una hermosa novia remota, es válido considerar también lo que le hará a tu vida social o incluso a la dinámica de tu familia. Si ya de por sí a veces no hablamos en la mesa por estar revisando status de redes sociales, memes, etcétera, qué será de ello cuando puedas aislarte por completo gracias a la realidad virtual. Suena como una pregunta retórica, pro la interrogante es real: ¿qué pasará entonces?
Una de las inquietudes más lógicas a este respecto, tiene que ver con el asilamiento y el fenómeno referido como "escapismo", ese mecanismo de defensa que te hace procurar la televisión cuando tienes un problema, tu videojuego favorito o incluso tus audífonos de música cuando la situación en casa es adversa, la escuela no va bien, te dejó tu pareja o sencillamente no te sientes contento con el estado de las cosas. Todos lo hemos hecho alguna vez y no es precisamente malo, la cuestión es si la realidad virtual promoverá un escapismo más... agudo por así llamarle.
Fenómenos notorios de aislamiento social existen en Japón desde la década de los 90 y Corea del Sur batalla desde hace años con la adicción al internet, es decir, esto ya ocurre. "Una vida virtual secundaria puede reemplazar a la 'vida real' de algunos individuos, pero esto puede ser bueno o malo.", afirma Jim Blascovich, profesor de psicología en la Universidad de California, y Angélica Ortiz de Gortari, psicóloga de la Universidad de Nottingham y nuestra experta en materia de salud mental y tecnología, concuerda hasta cierto punto. "Individuos con depresión o fobias encuentran refugio [en la tecnología], para algunos esto es positivo, beneficiando su autoestima, pero para otros, el satisfacer necesidades de socialización en línea puede incrementar el aislamiento e inclusive la depresión ante las discrepancias del mundo real y el virtual. Dependerá de cada caso y de cómo se utilicen estas experiencias altamente inmersivas."
Las confusiones temporales entre el mundo real y el virtual estarán a la orden del día
Pero ahí no termina el asunto. Una cosa es el aislamiento y otra nuestra percepción de la realidad y en ese sentido, la realidad virtual se presta para fenómenos psicológicos un tanto curiosos. "La inmersión en el videojuego será más realista y nuestras memorias serán más vívidas con gran variedad de contenido sensorial y con mayor similitud que las experiencias del mundo real, por lo que las confusiones temporales entre el mundo real y el virtual estarán a la orden del día.", explica Ortiz de Gortari. "Esto no significa que no seamos capaces de distinguir la fantasía de la realidad, pero confusiones pueden ocurrir."
Y de esta confusión temporal quizá se desprende la alternativa de entrenar al cerebro para enfrentar sus miedos y cambiar ciertas conductas bajo condiciones simuladas altamente realistas pero proporcionalmente controladas. Por ejemplo, Patrick Bordnick, científico conductista de la universidad de Houston, diseñó una forma de terapia con realidad virtual que expone a los adictos a la heroína a los estímulos del ambiente que agudizan su necesidad por la droga a fin de que, poco a poco, aprendieran a resistirla. "Si te expones a los estímulos sin darle a tu cuerpo el refuerzo (en la forma de droga), matas el lazo, lo que en términos psicológicos se conoce como extinción.", explica.
Mientras que en la Universidad del Sur de California, trabajan en un proyecto inspirado por la misma dinámica, pero encaminado a eliminar el estrés postraumático de los veteranos de guerra, al llevarlos de regreso a esos lugares que les recuerdan el conflicto para que desdibujen el vínculo mental entre las calles de Irak y los horrores de la violencia, por poner un ejemplo. Supongo entonces que si con realidad virtual es posible tratar situaciones tan intensas, mi vértigo en las montañas rusas será cosa de niños. Y una ilustración más de usos alternativos de la realidad virtual en el campo de la psicología lo encontramos en una terapia para gente con quemaduras que viaja a lugares nevados mediante las gafas para reducir el dolor que causa el cambio de vendajes.
Pero Mayank Mehnta, a quien mencioné párrafos arriba con el asunto de los ratones, tiene un punto muy interesante al preguntar que si la realidad virtual es tan real como para usarse a manera de tratamiento no será también capaz de crear experiencias traumáticas. Es una interrogante válida y muy interesante.
Falta mucho, realmente mucho por conocer de la realidad virtual. Es una coyuntura tecnológica súper excitante y hay motivos para estar entusiasmados pero precisamente por la falta de conocimiento pleno de esta tecnología, lo más saludable sería adoptar una postura cautelosa y evitar el abuso. Para mi sorpresa, encontré pocas señales de alarmismo. La mayoría de los especialistas en el cuidado de la salud coincide al adoptar una postura cuidadosa pero también entusiasta, así que cuando compres tu PlayStation VR el próximo mes de octubre, no lo uses por 10 horas seguidas y probablemente todo esté perfectamente bien.
"Existe un potencial tremendo para el bien en la realidad virtual.", afirmó el director del laboratorio de interacción virtual humana de Stanford, Jeremy Bailenson.
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