Tuvimos que esperar más de 7 años pero finalmente, la próxima generación de consolas se materializó con el anuncio de Xbox One. Aunque faltan unos meses para que Microsoft y Sony lancen sus siguientes plataformas, el fervor está llegando al máximo, la expectativa se multiplica y las llamas de la pasión en millones de jugadores vuelven a encenderse. En pocas palabras, la guerra estalló una vez más. La diferencia, en comparación con otras generaciones, es que la tecnología de Xbox One y PlayStation 4 es idéntica, si bien fabricada con distinto molde. Y porque las diferencias son importantes, nos dimos a la tarea de hacer una comparativa sobre la base de la información oficial disponible, con el fin de revisar en cuáles aspectos se dará la competencia y en cuáles habrá un cambio de dirección.
El corazón de la máquina
Se dice que el núcleo de una computadora radica en el procesador y en lo que respecta a este par de rivales, el corazón es casi el mismo. Ambos recurrieron a AMD para el desarrollo de sus chips y favorecieron un estándar común: x86. Dicha tecnología es la que se utiliza en el sector de la PC, lo que podría traducirse en una plataforma unificada con la cual, los desarrolladores externos enfrentarían menos complicaciones al adaptar sus títulos al hardware de cada fabricante.
Pero las cosas no son tan sencillas. La arquitectura de un procesador es mucho más compleja, hay especificaciones a considerar y está el hecho de que una generación supera por mucho a la anterior. Así, Xbox One y PlayStation 4 están potenciados por Jaguar, uno de los más recientes CPU de AMD que se caracteriza por buen desempeño y bajo consumo energético.
Ahora bien, Jaguar es una pieza de tecnología muy polémica e interesante. Temash, una de sus variantes, está diseñada para utilizarse en equipos portátiles, con particular enfoque a tablets, mientras que Kabini -la otra variante-, es la incluida dentro de las consolas de nueva generación. En teoría, las 2 vertienes son iguales, lo único que cambia es el ahorro de electricidad. ¿Eso significa que las tablets podrían ganar pronto la misma potencia que una plataforma especializada de videojuegos? Probablemente no, pues aunque Jaguar reduce la demanda de energía a un mínimo sin precedente, sigue haciendo falta una batería mucho más sustancial que las de alrededor de 9000 mAh que ocupan los dispositivos móviles de mayor tamaño. A menos que la industria tecnológica solucione ese contratiempo, las consolas tradicionales conservarán su reinado. Lo anterior es importante a considerar, porque el procesador no será exclusivo del sector de videojuegos y de hecho, si su buen desempeño contribuye al éxito de Xbox One y PS4, AMD tendrá argumentos para convencer a otros fabricantes de que instalen el chip en sus productos. Esa hipotética situación conduciría a un panorama en el que los desarrolladores podrían adaptar sus juegos sin mayor problema a una multitud de plataformas.
Las especificaciones de Jaguar señalan que su velocidad ronda los 2GHz, así que dependiendo de la capacidad de enfriamiento y para mantener los recursos en condiciones óptimas, lo más probable es que Sony y Microsoft opten por 1.6GHz. Cabe recordar que la frecuencia de Xbox 360 y PlayStation 3 está alrededor de 3.2GHz pero, una vez más, la arquitectura es muy diferente. Un procesador actual tiene mucho mejor desempeño que los fabricados hace media década, sin mencionar que el de las nuevas consolas está constituido por 8 núcleos; digamos que los transistores de un CPU moderno procesan mayor cantidad de datos.
Portento gráfico
La diferencia notable entre las consolas de próxima generación se da en el GPU y es ahí donde podría estar el mayor punto de rivalidad. Ambas plataformas están construidas sobre un System-on-a-chip (el SoC crea un vínculo más eficiente entre componentes), pero mientras Microsoft prefirió una integración más profunda, Sony apostó por un ligero incremento de poder. Dentro de las especulaciones podríamos prever que la intención con Xbox One es tener un eficiente manejo de recursos para la administración de los 3 sistemas operativos y que la transición entre aplicaciones sea realmente instantánea. Por su parte, Sony estaría decidido a seguir la tradición de ofrecer gráficos más glamorosos, en este caso para que cada juego se ejecute sin interrupción del resto del sistema.
Así las cosas, Xbox One tiene un total de 768 núcleos dedicados a lógica aritmética, los encargados de procesar las sombras, los efectos de luz, el anti alias y demás efectos visuales. PlayStation 4 tiene 1152 de esos procesadores, distribuidos en 18 secciones. La distinción efectiva es que el primero puede ejecutar 1.23 TFLOPS de datos, en tanto el segundo, tiene capacidad para 1.84 TFLOPS. Antes de declarar a un ganador de forma tan prematura, Microsoft planea compensar con un aumento en la latencia del reloj, aunque al final, la velocidad de respuesta será indudablemente mayor en la consola de Sony. Lo anterior se traduce en una mejor capacidad para desplegar gráficos más complejos y escenarios de mayor tamaño sin sacrificar cuadros por segundo. Para la firma de Bill Gates esto supone una grave desventaja, pues dado que la arquitectura es prácticamente igual, Sony está ofreciendo más recursos a los desarrolladores.
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