Imagina que un ejército extranjero se
encuentra estacionado en tu país, acabando con tu libertado, tu modo de vida,
la gente que quieres y básicamente, quitándote todo lo que le puede ser robado a
un ser humano. La Segunda Guerra Mundial fue un periodo difícil, durante el
cual cientos de miles de personas, familias enteras, perdieron lo que
tenían: su casa, su hogar, sus pertenencias, su modo de ganarse la vida, sus
amigos y sus seres queridos. Obviamente, hubo gente que sólo pudo dejarse arrastrar por los acontecimientos, sin embargo, también hubo quien
puso un enorme granito de arena y logró darle un giro importante a los
acontecimientos que tuvieron lugar a lo largo de Europa.
Si estuvieras en una situación
parecida, y te encontraras con que te robaron todas las cosas que le dan sabor y razón
de ser a tu vida, estoy seguro de que tratarías de hacer algo más que
simplemente convertirte en un espectador impasible; quizá podrías aportar algo. Si tuvieras la oportunidad de
unirte a la resistencia y pelear por tu país y por los tuyos, seguramente lo
harías, claro que necesitarías un poco de ayuda a la hora de cumplir con los
deberes que se te asignaran, no todo en la vida de un saboteador es andar
por ahí tirando granadas y plantando dinamitas. Para
convertirte en un buen agente del pueblo deberás aprender dos que tres
cosas relacionadas con el trabajo encubierto y moverte sin que nadie detecte tu
presencia.
Así que como cada semana, he decidido
compartir contigo mi milenaria sabiduría de infiltración, he aquí mis consejos
para patear traseros invasores:
- No todo es lo que parece. No importa cuánto creas conocer a alguien, siempre tienes que estar alerta y cuidar lo que dices y haces frente a los demás, especialmente frente a aquellos que de por sí te povocan una sensación de peligro y te hacen estar alerta. Muchos de nosotros estamos acostumbrados a ser poco cuidadosos, a creer que podemos salirnos siempre con la nuestra, y que las consecuencias de nuestros actos no serán mayores que un regaño, una advertencia o una pelea de bar; sin embargo, harías bien en recordar que el mundo se encuentra lleno de peligros y situaciones que pueden terminar muy mal para todos aquellos que no están preparados para enfrentar las consecuencias de sus actos.
- Invierte en el mercado negro. Toda persona que haya decidido tomar un camino como el tuyo, necesita contactos y no estamos hablando de algún amigo dentro del departamento de policía, lo que necesitas son contactos que se mantengan en esa área gris, ubicada en el límite entre lo que la sociedad considera el bien y el mal. El mercado negro puede ser tu única opción al momento de tener que encontrar armas adecuadas o incluso los explosivos necesarios para destruir todo lo que lleve una svástica y se cruce en tu camino, desde tanques, hasta torres de vigilancia, pasando por reflectores y cañones de artillería. Lo bueno es que eres justo el tipo de persona que estos oscuros traficantes busca, alguien que seguramente va a molestar tanto a los nazis, que requerirá un flujo interminable de armamento, lo cual se traduce en dinero en la bolsa para ellos.
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